Segovia

El aumento de actos vandálicos obliga a blindar el «Paseo de los Horrores»

La apuesta navideña del Consistorio en el paseo del Salón notifica cinco robos -cuatro de ellos en los puestos del mercado- en apenas diez jornadas, lo que se traduce en dos hurtos cada dos días. Las estrategias empleadas para acometer estas acciones incívicas han sido variadas, pero en su conjunto han tenido como víctimas a los negocios segovianos. «Ese es el perfil, será una casualidad», coinciden los perjudicados, que ya tildan al Paseo de la Navidad de «Paseo de los Horrores». Además de criticar una inauguración y desarrollo «caóticos», lamentan también una afluencia muy baja de clientes y, sobre todo, de turistas.

La mayoría de las sustracciones son de productos alimenticios, aunque también hay algunos casos de mobiliario de las casetas y otros objetos de valor. El primero de los robos se produjo en la madrugada del pasado miércoles, cuando los vándalos introdujeron la mano por el hueco del portalón de la empresa segoviana Petit Salty Sweet y se llevaron tabletas de chocolate, turrones y otros dulces del mostrador. Su propietario Juan Bernardos valoró en 70 euros las pérdidas.

La incertidumbre se transformó en temor cuando, dos noches después, otras dos casetas se vieron afectadas por los hurtos. Los gamberros emplearon el mismo 'modus operandi' con los artesanos locales de Jabones Lu&Jo. «Cogieron todo lo que había por delante, hemos perdido entre 60 y 80 euros», asegura la empresa.

En el caso de los productores segovianos de Merche's Galletas, «forzaron la puerta de delante, reventaron los candados y accedieron al interior». La cuantía económica de los productos robados, desde quesos artesanos hasta tazas y dos calefactores, superan los 200 euros. «Era lo que había de mayor valor», lamentan.

Cuando se descubrió este suceso, los perjudicados llamaron a la Policía Nacional y, tras desplazarse los agentes al lugar de los hechos para realizar una atestado, se interpuso una denuncia. A continuación, tapiaron los huecos que había libres y reforzaron la seguridad con la colocación de numerosos candados. «Los hay por todos los lados y aún así no te vas tranquilo por la noche porque no sabes lo que te vas a encontrar a la mañana siguiente», declara una trabajadora de Jabones Lu&Jo. Hay puestos que incluso han atornillado la puerta y ventanas.

El malestar no se disipó después de mejorar los anclajes y cierres. Este mismo domingo se produjo otro asalto a una de las casetas dedicadas a la venta de productos comestibles. En concreto, a la elaboración de arepas, donde se llevaron desde alimentos y bebidas hasta una caja de herramientas. Los ladrones entraron por la puerta de atrás tras ser forzada. «Esto es un infierno; hemos pagado un dineral y no podemos trabajar», añade la productora de jabones, quien ejemplifica con las goteras que se repitieron a raíz de las intensas lluvias durante la jornada del puente.

Estos hechos simultáneos en el tiempo y casi espacio con el desplazamiento de un indicativo policial a las casetas de la plaza Medina del Campo tras observar que habían sido forzadas, según informó el Ayuntamiento. Los responsables de su explotación negaron haber sufrido daños este lunes.

Los actos vandálicos también alcanzan las atracciones y adornos navideños, que ha llevado a los operarios a retirarlos de su emplazamiento para ejecutar su arreglo, como es el caso del copo de nieve iluminado que había bajo la estatua de Juan Bravo o el enmoquetado de las escaleras de la puerta de la Luna.

El Consistorio, que antes del periodo festivo descartó reforzar la seguridad, ha incorporado cuatro cámaras en las inmediaciones del mercado para disuadir a los gamberros. Los dispositivos, basados en inteligencia artificial, estarán en funcionamiento durante las 24 horas del día. El Norte intentó conocer más detalles sobre las mejoras acometidas sin obtener respuesta por parte del Ayuntamiento.

Nadie es ajeno a una realidad que ha estado presente en las calles de Segovia «desde siempre», subrayan tanto comerciantes como residentes. El presidente de la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado (AVRAS), Clemente Oria, considera que el paseo del Salón es uno de los puntos más conflictivos al haber «jaleo» por parte de multitudes que se concentran en los locales de ocio nocturno. En otras ocasiones se ha roto mobiliario, lunas de coches y también critica orines. Con la instalación del mercado navideño, «les han puesto un juguete en la puerta de casa».

«Quizá hay menos botellón que antes, pero salir de fiesta por esta zona es algo histórico. Si alguien va más exaltado, con cinco copas de más, ya no responden, y poner un miembro de seguridad frente a un grupo de 30 o 40 tampoco hace nada», declara, aunque no observa un repunte del vandalismo. «Es una cuestión de la que nos quejamos desde hace años, había que solucionarlo, pero no se hace nada», lamenta Oria, quien aboga por agudizar la vigilancia en el paseo del Salón y exigir el cumplimiento estricto del horario de cierre y de la prohibición de beber alcohol en la vía pública.

El presidente de Hotuse-Aihs, Jesús Castellanos, afirma que se trata de una «zona muy complicada» y tiende la mano al Ayuntamiento para buscar soluciones. «Aunque no nos perjudique directamente, no quiere decir que los actos vandálicos no nos preocupen», subraya. Por su parte, el presidente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), Manuel Muñoz, aclara que, aunque no se tiene una referencia clara para saber si las gamberradas han aumentado, «el cero no existe».

El vandalismo «está presente todo el año en todas partes, estamos acostumbrados, pero lo que está pasado en el mercado navideño es algo tremendo», considera a su vez el presidente de Fecose, Roberto Manso. «No sé si es por motivos ideológicos, gamberrismo, robos o por ser una víctima fácil», explica. Las tiendas, al estar a pie de calle, «somos las que más sufrimos», desde las pintadas y roturas de cristales hasta «los orines de los perros», por lo que pide a la población una mayor concienciación.