Atienza, De Manuel y Diosleguarde igualan a trofeos en el cuarto festejo de feria

Abría plaza Pablo Atienza, quién no pudo lucirse con el capote. Estuvo muy templado el segoviano ante un novillo noble al que supo llevar muy bien a media altura. Pero no le permitió el toreo ligado excepto en contadas ocasiones, por lo que basó su faena en muletazos de uno en uno. Tras pinchazo, estocada y descabello recibió una fuerte ovación tras una petición de oreja por el público que fue insuficiente. Con el cuarto de la tarde, un toro de precioso pelaje y que fue bien lidiado por el medinense Roberto Blanco, Atienza volvió a demostrar que posee algo innato, como es el temple. Desplegó varios muletazos por ambos pitones, nuevamente de uno en uno, y siempre con el sello del temple, que le hicieron merecedor de una oreja.

El segundo de la tarde, novillo que le tocó en suerte al madrileño Francisco de Manuel, fue a más durante la lidia, pues no se cansó de embestir en toda la faena. Tras un buen quite por chicuelinas después de su paso por el caballo, De Manuel inició la faena de muleta por el pitón derecho, con muletazos a media altura. Después cambió la muleta a la mano izquierda y fue al natural cuando se vieron las mejores series, con el diestro bajando la mano y obligando al novillo. Tras una estocada delantera y perpendicular que hizo guardia, dos pinchazos y estocada, su oponente cayó, pero los intentos hicieron que se esfumara la posibilidad de que el novillero cortara un trofeo.

El quinto novillo, negro listón, no le permitió el lucimiento con el capote a Francisco de Manuel. Después de una muy buena lidia de Raúl Ruiz llevando muy toreado al cornúpeta en el capote, el madrileño se dispuso a iniciar la faena de muleta doblándose con el novillo. Durante esta suerte supo entender bien al astado, siempre bien colocado para poder ligar las series, y De Manuel dejó buenas tandas de naturales por ambos pitones. Tras una buena estocada, cortó una oreja.

Cerraba terna el salmantino Manuel Diosleguarde, un joven con muy buenas cualidades. Con su primero no tuvo opción de lucimiento con el capote. Inició la faena de muleta con la diestra pero por ahí el novillo soltaba la cara al final del muletazo. Con la izquierda toreando al natural logró tantas de mérito bajando mucho la mano al de Sobral, dejando los mejores muletazos de la tarde. En un lance, el novillo hizo por él y fue prendido sin consecuencias. La estocada se le fue ligeramente, y esta circunstancia hizo, junto a la casta, que el animal tardara en doblar, perdiendo así la posibilidad de tocar pelo.

Con el que cerraba plaza, Diosleguarde se mostró voluntarioso, con ganas de agradar. Toreó tratando de buscar la colocación, atacando al novillo y mostrándose muy por encima de él, lo que ocasionó que el animal se rajara y buscara el refugio en tablas. Después de una buena estocada, Diosleguarde recibió una merecida oreja que le concedió la presidencia.