Patricia MARTÍN-ICAL
Segovia
Martes, 30 de junio 2020, 12:12
Jonathan de la Fuente, que cumple condena de 25 años en la cárcel de Segovia por el asesinato de su mujer, Mónica Berlanas, aceptó hoy cuatro años de cárcel tras alcanzar un acuerdo con el Ministerio Público por el delito de proposición de homicidio ... hacia su suegro y un amigo de su mujer. Al haber un acta de conformidad, se dictará una sentencia condenatoria según los puntos acordados entre las partes. Para la familia de la víctima no es suficiente y expresaron que siguen teniendo miedo aunque esté en prisión.
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Ante los magistrados de la Audiencia de Segovia, Jonathan de la Fuente afirmó estar «totalmente conforme» con los hechos que se le imputa y acepta los cuatro años de cárcel por mover, desde la cárcel de Segovia, el asesinato del padre de Mónica Berlanas y un amigo de ella, así como no acercarse a menos 1.000 metros de las víctimas y no tener contacto ni comunicación por ningún medio durante 14 años con ellos, así como una indemnización de 1.500 euros para cada uno de los afectados.
En su breve intervención, el acusado volvió a pedir perdón a la familia de su mujer aún sabiendo que «no estará contenta» con esta petición de perdón, remarcando que cuando la mató en Arévalo (Ávila) en octubre de 2016, estaba en un estado de «enajenación absoluta» al enterare de «los escarceos extramatrimoniales». De la Fuente rogó el perdón de la familia. Desde los bancos ocupados por el público, la madre de Mónica le espetó: «No le vas a tener en la vida».
Unas palabra que reiteró su hija y portavoz de la familia ante los medios de comunicación, María José Berlanas. «Justicia no ha habido porque justicia para nosotros nunca va a haber», aseguró. Su cuñado cumple 25 años de cárcel por el asesinato de su hermana, para ellos «nunca va a ser suficiente» porque para ella, sus padres y toda la familia y amigos de Mónica, su asesino «debería estar dentro toda la vida aunque ni estando dentro pueden estar a gusto porque ha planteado matar a mi padre».
La aceptación por parte del acusado de cuatro años de cárcel por estos hechos hacia su suegro y un amigo de Mónica no satisface a sus seres queridos. «Conformes no estamos. No va a haber nunca una satisfacción o viene vi hermana otra vez o no», declaró María José Berlanas, además de no entender porque les había vuelto a pedir perdón ya que «si una persona se arrepiente de algo no intenta no intenta asesinar a otra persona. Mi perdón no le va a tener en la vida».
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Además la portavoz de la familia Berlanas aseguró que siguen teniendo un sentimiento de miedo porque aunque el asesino esté en la cárcel, sigue teniendo miedo de salir a la calle de ir con las niñas. La muerte de Mónica Berlanas a manos de su marido se produjo en presencia de las pequeñas. María José Berlanas expresó que además siente «rabia e impotencia» por lo ocurrido en la Audiencia de Segovia.
Este segundo juicio a Jonathan de la Fuente no se celebró por haber alcanzado un acuerdo y aceptar los hechos que se le imputan, buscar la ayuda de otro recluso, a los pocos días de entrar en la prisión de Segovia tras matar la noche del 6 de octubre de 2016 a su mujer en Arévalo.
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La acusación particular en un primer momento pidió siete años de prisión. Al concluir la declaración del acusado y la intervención del presidente de la Audiencia de Segovia, Ignacio Pando, la familia de Mónica Berlanas y el abogado abandonaron la sala, donde continuó el juicio por extorsión al otro acusado.
4.000 euros
El asesino de Mónica Berlanas, Jonathan de la Fuente, declaró este martes, en el juicio posterior celebrado contra otro recluso de la cárcel de Segovia que se enfrenta una petición de tres años de cárcel por un delito de extorsión contra él, que sí estaba dispuesto a pagarle 4.000 euros para que le ayudara conseguir un informe psiquiátrico favorable a su defensa en el juicio por el asesinato de su mujer. Además este preso tenía en su poder las notas que escribió para buscar ayuda exterior para matar a su suegro y un amigo de Mónica, hecho por los que se declaró culpable.
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De la Fuente explicó que Juan Aranda, al que definió como una persona con «una capacidad de manipulación constante», se le «fue arrimando» desde que ingresó en el módulo de Enfermería tras haber matado a su mujer pero que no era los presos de confianza dentro del protocolo de antisuicidios y que intentó sacarle 4.000 euros para ayudarle a conseguir, «con el abogado García Montes», un informe psiquiátrico favorable.
Según su testimonio, fue su padre el que se negó a pagar ese dinero y le dijo que le estaban engañando tras ponerse personalmente en contacto con el bufete de abogados de García Montes. Además explicó que tuvo que hacer frente a su exigencias porque este preso tenía en su poder las notas que él había manuscrito y que, según el relato de la Fiscalía, que de la Fuente aceptó como válido, en ella proponía «acabar con la vida del suegro de y de la pareja de la esposa».
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El asesino de Mónica Berlanas declaró: «Estaba literalmente muerto y me iban a condenar», por lo que «el pago del dinero» a Aranda era «diario». «Me sacaba tarjetas y las cambiaba por comida en el economato». En otro momento de su intervención, aseguró que este recluso le quiso llevar «hacia el lado oscuro».
De la Fuente afirmó además que recibió amenazas verbales y por escrito del acusado que tenía información de sus hijas y de toda su familia y les iba «a hacer daño». Estas notas, tal y como se confirmó durante el juicio, fueron entregadas por el acusado al jefe de Servicios y subdirector de Seguridad del Centro Penitenciario de Segovia.
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Uno de los funcionarios del centro penitenciario de Perogordo reconoció que de la Fuente era una persona «muy nueva, recién ingresada y muy manipulable», convencido de que con ese informe psiquiátrico iba a «recuperar a sus hijas y a estar cuatro días en prisión». La terapeuta de Enfermería declaró que existían las sospechas de chantajes y amenazas de Juan Aranda a otros presos pero «sin pruebas».
También compareció como testigo uno de los presos de confianza que tuvo Jonathan de la Fuente, que aseguró no haber escuchado las amenazas directas entre ambos acusado pero sí que Aranda solía hacerse con las tarjetas de teléfono de Jonathan y pedirle que le comprara cosas específicas con su tarjeta de pecunio en el economato.
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En su declaración, Juan Aranda negó los hechos, tanto la extorsión como las amenazas, y su abogado pidió la libre absolución, recordando que está enfermo de leucemia. Por su parte, la fiscal mantuvo la petición de tres años de cárcel, por lo testimonios ofrecidos por los funcionarios de prisiones y la terapeuta del Módulo de Enfermería.
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