Asaltan la sede de Autismo Segovia tras inhibir la alarma

El asalto se produjo, según las primeras investigaciones, unas once horas antes. A las 21:07 del domingo, la presidenta de la asociación, Susana Guri, recibió una llamada de la central de alarmas. En ella, se advertía de una inhibición del sistema. Una situación que suele ser habitual cuando el local está en las inmediaciones de un departamento oficial, como puede ser una comisaría de policía o un cuartel de la Guardia Civil. Pero este no era el caso. Por eso, la empresa mandó a un vigilante de seguridad hacia la zona.

«Se asomó desde fuera y trató de ver qué pasaba con una linterna. No entró, pero parecía que todo estaba normal», explica Guri, quien sospecha que la presencia del vigilante pudo provocar la huida del ladrón o ladrones.

La forma en la que accedieron a la sede es aún una incógnita. Guri descarta que fuera a través de las ventanas, ya que ninguna estaba rota ni forzada. Por su parte, la puerta sí que podría haber sido ligeramente forzada. «Es algo que están investigando. Ya ha estado aquí la policía científica recogiendo huellas y confío en que a través del material fotográfico de las cámaras se pueda identificar al ladrón», añade la presidenta de Autismo Segovia. También contempla que el ladrón hubiera podido acceder al disponer de una copia de la llave, realizada sin que nadie de la asociación lo supiera. «Los que tenemos la llave de la sede sabemos el código de la alarma», precisa.

Guri, que ayer mismo presentó la correspondiente denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional, explica que si la alarma hubiera llegado a saltar se habrían hecho fotografías automáticas del interior de la sede. «El problema es que en la aplicación figuraba que la alarma está activada», añade.

Por suerte, el asaltante no se ha llevado nada. «Aquí nosotros no tenemos dinero. El día que más, con la lotería de Navidad, unos 200 euros», señala la presidenta de la asociación. Aún así, sostiene que «entrar en una asociación sin ánimo de lucro... no me entra en la cabeza».

Tampoco se han llevado ni ordenadores ni tablets con los que cuenta la asociación. «Tenemos información personal de la gente de la asociación. Al final te sientes vulnerable», declara Guri, para quien lo peor de todo es que durante la mañana del lunes no se pudieron realizar las habituales terapias para los usuarios.