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Los expertos vidrieros checos trabajan codo con codo con los artesanos segovianos en los talleres de la Real Fábrica de Cristales de La Granja.

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Los expertos vidrieros checos trabajan codo con codo con los artesanos segovianos en los talleres de la Real Fábrica de Cristales de La Granja. Antonio de Torre

El arte del vidrio no entiende de idiomas

Más de medio centenar de expertos vidrieros checos comparten taller y experiencias con artesanos segovianos en la Real Fábrica de Cristales de La Granja

Ana María Criado

Real Sitio de San Ildefonso

Jueves, 23 de mayo 2024, 00:09

El arte del vidrio soplado no es el único legado que permanece intacto en el Real Sitio de San Ildefonso aun con el paso de los años. La huella de la República Checa todavía se hace notar en lo más profundo de la historia y cultura del municipio segoviano. De ahí que, con motivo de la reciente declaración de esta técnica de fabricación como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, las nacionalidades checa y española hayan vuelto a estrechar lazos tanto en el plano teórico como físico, al organizar una exposición conjunta. Esta iniciativa no solo pretende reivindicar la importancia de conservar la tradición, sino que también visibiliza la unión de las generaciones de artesanos que llega a nuestros días sin importar los kilómetros que separan ambos territorios.

Los hornos y talleres vidrieros de la Real Fábrica de Cristales de La Granja comenzaron a funcionar en las primeras horas de este miércoles, como es habitual. Ataviados con sus uniformes de trabajo, los artesanos se pusieron manos a la obra para adelantar encargos de piezas únicas y deleitar con su destreza a los cientos de visitantes que, en apenas unas horas, desfilaron por la pasarela que permite conocer este arte por medio de demostraciones.

El legado checo se remonta tres siglos atrás, cuando familias de cristaleros bohemios se instalaron en Segovia

Sin embargo, era una jornada diferente a las anteriores. Entre el fuego y las herramientas de tallado se escuchaba un acento desconocido para muchos de los presentes. Esto se debe a que los vidrieros segovianos trabajaron codo a codo con más de medio centenar de profesionales checos. El idioma no importó a la hora de compartir hora de aprendizaje en torno al arte y habilidad del diseño de cristal.

Los protagonistas empuñaron sopletes y tijeras para definir las dimensiones de su codiciada pieza artística. No hay guantes que valgan en este oficio a la hora de manipular y soplar el vidrio al rojo vivo, que después de tan solo unos minutos de moldeado alcanzarán su distintivo brillo y transparencia. «Está siendo una experiencia gratificante; nos enseñamos unos a otros, para aprender esta técnica, no nos hace falta hablar», explicó uno de los artesanos. En los talleres se escucharon risas y felicitaciones.

Son varias las generaciones responsables de que este encuentro se haya podido celebrar al transmitir las costumbres. Todo ello cuando los primeros encuentros entre Segovia y la familias de vidrieros bohemios procedentes de la República Checa se remontan varios siglos atrás, ya que fue a finales de 1700 cuando estos cristaleros irrumpieron en la industria vidriera provincial.

Proyecto conjunto

La exposición 'Simply the best', que ahora alberga la Real Fábrica, epicentro de este arte en Segovia, es una muestra que reúne una selección de más de un centenar de piezas. Está organizada por la Fundación Centro Nacional del Vidrio y el Museo del Cristal y Joyería situado en la ciudad de Jablonec nad Nisou, donde más de 3.000 diseñadores de cuatro generaciones hacen uso de esta reconocida técnica patrimonial. También cuenta con la participación de la fábrica Gordiola, en Mallorca.

El estilo contemporáneo prevalece en todos los lujosos y delicados objetos exhibidos, que mantienen un sello de identidad y exclusividad. Desde sencillas copas y vasos hasta coloridos jarrones, fruteros y linternas. En su mayoría, están hechos a mano y destinados a ocupar las vitrinas de los museos. El propósito perseguido es demostrar que, a pesar de la complejidad, es un oficio que ha logrado mantenerse vivo.

El embajador de República Checa en España, Libor Secka, matizó que se trata de un conjunto de actividades «que nos acercan». La cultura del país europeo está presente en las calles de la localidad segoviana, según pronunció. «Tenemos muchas cosas en común», subrayó el alcalde granjeño, Samuel Alonso, quien ejemplificó con el apellido de uno de los últimos regidores en el municipio: Félix Montes Jort. «Es tan solo una muestra del legado checo que comparten algunas familias», añadió.

Desde la pandemia, se han acrecentado los contactos entre ambos países para llevar a cabo iniciativas dirigidas a divulgar la importancia del vidrio soplado, «valorar aquello que aporta», insistió Alonso. Por un lado, defendió que contribuye al avance y mantenimiento de la ciencia; por otra parte, coloca a La Granja «a la cabeza de la ola mundial de la cultura». «Vamos a seguir luchando por este sector y pasión», concluyó el presidente de la Real Fábrica, Andrés Ortega.

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