Con el arte y rock por banderas

«No teníamos más vicios. Nos daba igual la ropa, nuestro coche, un 4L blanco... solamente ir a Madrid a ver los conciertos y a meterse en las discotecas a demostrar que te sabías todas». Cuando el templo tabernario del Santana cumplió diecisiete eneros, un reducto de arte y rock levantado en Segovia el mismo año en el que Barcelona celebraba los Juegos Olímpicos o Sevilla vivía la eclosión de la Expo, un libro homenajeaba el prodigio obrado por dos hermanos. José y Kike. El segundo confesaba a los autores de aquel tributo de 190 páginas rendido en negro sobre blanco la veneración por la religión del rock que ambos han profesado desde la adolescencia. Sin dudas existenciales o crisis de fe. Como mucho, discrepancias sobre los evangelistas preferidos. Y es que si Kike adora a los Rolling Stones, José es militante de los Beatles.

Su 'milagro' es el apostolado que todavía perdura, que ha sobrevivido a una pandemia, a la clausura de los conciertos en vivo que agitaban las noches y las almas en el bar y, por desgracia, a momentos crueles, a tonadas tristes y tragos amargos por los amigos que se han quedado por el camino durante tres decenios de comunión con un público que trasciende generaciones y modas.

Treinta años merecían un altar de enjundia que revelara al público el prodigio resumido en dos coordenadas que si se meten en un navegador localizan su ubicación en Segovia en el número 18 de la calle Infanta Isabel. Rock y arte, el orden de los factores no altera el mensaje que los Santana lanzan con la exposición que desde este jueves puede admirarse en la sala de las caballerizas del Torreón de Lozoya de la capital.

Hasta el 19 de junio, peregrinarán feligreses que han compartido el camino con José y Kike, aficionados ávidos de descubrir su legado o profanos en busca de faros culturales. 'Art and rock' es el título del recorrido que brindan los Santana a través de 170 escalas en forma de creaciones plásticas y de fotografías.

Entre los nombres que guían este viaje a través de sus obras, los artistas Luis Moro, Carlos Costa, Mesa Esteban, Borondo, Amadeo Olmos, Raúl Sánchez Muñoz o Luciano Esteban. Las instantáneas que también cuelgan de los paneles del Torreón están captadas por fotógrafos como Antonio Tanarro, Óscar Costa, Antonio de Torre, Rosa Blanco, Fernando Peñalosa, Íñigo Malvido, José Luis Irigoien o Blanca Berlín.

Esas imágenes evocan momentos y figuras del rock y de la cultura que escribieron renglones dorados en los treinta años del Santana y que siguen firmando capítulos fundamentales para entender el viejo y nuevo testamento musical patrio. Algunos, incluso, degustaron el parro en la casa familiar de Mudrián. Serrat y Sabina, Rosendo, Fito, Raimundo Amador, Kiko Veneno, Loquillo, M-Clan, Leiva, Burning y tantos otros oficiaron sus homilías de rock de la mano de Kike y José.

• Temas
• Joaquín Sabina
• Música
• Arte