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Carlota González y Darío Núñez señalan el edificio del arquitecto Pagola amenazado de derribo. ANTONIO DE TORRE
La arquitectura modernista de Segovia lanza un SOS

La arquitectura modernista de Segovia lanza un SOS

Los arquitectos Carlota González y Darío Núñez ponen en marcha una campaña para salvar de la demolición el edificio de Pagola de la plaza de Santa Eulalia

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 21 de febrero 2021, 09:32

En la historia de una ciudad no solo la cuentan sus piedras milenarias o sus edificios más emblemáticos, sino que la ideología política, la forma de vida o el sentir social y cultural también quedan patentes en las edificaciones cotidianas. Por eso, la autorización de la demolición del edificio diseñado en 1941 por el arquitecto Silvestre Manuel Pagola (Bilbao, 1892-Segovia, 1943) y construido en la plaza de Santa Eulalia ha sido un jarro de agua fría para muchos de los arquitectos de la ciudad.

Ante esta decisión de la Comisión Provincial de Patrimonio, Carlota González y Darío Núñez, propietarios del estudio SF23 arquitectos, han puesto en marcha una campaña de sensibilización a través de las redes sociales. Publican cada día con el hashtag #sospagola fotografías, planos y una breve explicación de diferentes edificios del que fue el arquitecto municipal de Segovia entre 1923 y 1943. Además, han iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma change.org donde ya cuentan con cerca de 200 apoyos.

El objetivo es evitar la demolición de este edificio que «forma parte del legado histórico de Segovia» y cuyo creador es «uno de los arquitectos más importantes de la primera mitad del siglo XX en la ciudad», afirma Núñez. Con esta iniciativa también pretenden divulgar una arquitectura muy desconocida para evitar que en un futuro siga optándose por el derribo de los proyectos de Pagola, tal y como ocurrió hace algunas décadas con parte del Mercado de los Huertos.

Carlota González explica que esta arquitectura «constituye una forma de leer el pasado, ya que es un pedazo de la historia contemporánea de España y de Segovia». En cuanto al valor de este edificio radica en «su estilo y su singularidad», pero sobre todo porque se trata de unos de los pocos ejemplos de arquitectura racionalista de la ciudad. Está compuesto por el sótano, la planta baja de acceso desde la calle Muerte y Vida, dos plantas de viviendas y el ático. Aunque, en un principio, Pagola diseñó esta vivienda familiar con una planta menos, según indica la arquitecta.

Otro de los motivos que alegan para justificar la conservación de este edificio en la plaza de Santa Eulalia es su armonía con el entorno, ya que «es equilibrado y está bien integrado con la iglesia románica de la plaza y con los soportales. Además, resulta muy expresivo por ese volumen al aire que deja». La cubierta plana, que toma el estilo náutico, es otra de sus características. «Ahora lo podría diseñar cualquier arquitecto, pero para la época era muy vanguardista y se basaba en los trabajos que se hacían en el resto de Europa», apostilla Núñez. Un proyecto moderno, pero modesto, ya que contó con un presupuesto de 30.000 pesetas.

Desde el punto de vista de estos profesionales existen alternativas viables a la demolición. Entre ellas, Carlota González señala la rehabilitación y ampliación del edificio. «No se trata de un inmueble antiguo y tan solo se pretende tirar para construir otro más nuevo, que unos años también se quedará obsoleto».

El derribo de arquitectura contemporánea de interés no es algo exclusivo de Segovia, ya que tal y como explica se está produciendo en toda España. González reconoce que es una ciudad muy difícil de gestionar en este sentido porque hay «un patrimonio arquitectónico muy amplio» y determinar los límites de protección no siempre es fácil. Sin embargo, pide al Consistorio rectifique esta decisión.

Darío Núñez advierte de que parte de la responsabilidad la tiene el gremio. «Tal vez, no hayamos hecho lo suficiente para difundir estos bienes» y es que hay que tener en cuenta que antes de dar luz verde al derribo, el expediente ha pasado por varios filtros y arquitectos, aunque «si el Ayuntamiento no lo protege es muy difícil de frenar». La demolición está dentro de la legalidad, eso sí, matiza que la Comisión de Patrimonio podría haberlo salvaguardado, aunque el PEAHIS no recoja su protección.

La sostenibilidad de las acciones es otro de los aspectos que desde su punto de vista hay que tener muy en cuenta y es que «no creemos que la demolición sea una actitud frente a la arquitectura, rehabilitar es mucho más eficiente». En la misma línea, González especifica que en las ciudades hay cientos de miles de metros construidos y «todo se va ir estropeando, pero cada vez que ocurra es insostenible destruirlo». Ante esta tendencia lo más conveniente, según expone, es la apuesta por nuevas técnicas cada vez más eficaces y asequibles de rehabilitación. «Ya hemos construido mucho y deshacerse de ello para volver a construirlo genera una cantidad ingente de residuos y provoca la pérdida de gran cantidad de energía, algo que a nivel medioambiental es inviable», sostiene. A pesar de todo, admite que sus argumentos no implican que haya rehabilitar todos los edificios de Pagola porque «hay algunas viviendas sociales que se construyeron de forma muy rudimentaria y no merece la pena protegerlas ni rehabilitarlas».

Excesiva rigidez

Por último, critican la excesiva rigidez de los planes de urbanismo existentes en las ciudades y más en concreto del PEAHIS (Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia). «Era muy necesario, pero a la vez tiene que ser muy dinámico». Eso sí, enfatiza que este no es un problema exclusivo de Segovia ya que, «tal y como se elaboran los planes urbanísticos se quedan anticuados en cuestión de meses y dejan de responder a las necesidades urbanas», comenta Darío Núñez.

Su compañera, argumenta que el problema es que no tienen en cuenta muchos factores como el avance de la tecnología y al final «las ciudades se rigen por planteamientos de hace 40 años». Esto supone una odisea para estos profesionales que tienen conseguir unas licencias «en base a una norma que no responde a una realidad absolutamente cambiante».

Esta opinión la comparte la presidenta del Colegio de Arquitectos de Segovia, Susana Moreno, que considera un error importante del PEAHIS haber descatalogado edificios como este. No obstante, ahora la solución depende de «la capacidad de gestión y de la sensibilidad que tengan tanto el Ayuntamiento con la Comisión de Patrimonio porque cuentan con recursos suficientes para llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes», manifiesta. Ante una situación tan delicada ve posible preservar este ejemplo de la arquitectura histórica sin perjudicar a la propiedad del inmueble. «Se puede hacer una modificación en la parte superior, de hecho, este edificio tiene unos vuelos que ya no está permitido construir, por lo que se perderá edificabilidad en esa parte«», dice.

Otros inmuebles de Pagola en la ciudad. ANTONIO DE TORRE
Imagen principal - Otros inmuebles de Pagola en la ciudad.
Imagen secundaria 1 - Otros inmuebles de Pagola en la ciudad.
Imagen secundaria 2 - Otros inmuebles de Pagola en la ciudad.

El Colegio de Arquitectos pidió un aplazamiento de la decisión para que los organismos implicados pudieran estudiar en profundidad el edificio y su valor arquitectónico, pero no se lo concedieron. Por eso, ahora Moreno anuncia que van a interponer un recurso de alzada ante la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León con el fin de evitar el derribo. «Esta comisión no se tiene que guiar por la normativa municipal, sino que debe ser fiel a la ley de Patrimonio y su función es identificar los edificios con valor», subraya.

Con situaciones como esta, el PEAHIS demuestra que «es un documento malo y alejado de la realidad». Eso sí, es consciente de que «era un plan muy necesario para la ciudad, por lo que su aprobación era urgente para poder trabajar con garantías». En los plazos de alegaciones el Colegio de Arquitectos presentó amplios documentos con mejoras, pero durante el segundo periodo les resultó imposible revisar todo el catálogo de inmuebles por falta de tiempo. Moreno confía en que el Ayuntamiento esté dispuesto a realizar una gestión dinámica de este plan para ir corrigiendo los errores que se vayan detectado con el tiempo. «En el caso del edificio de Pagola se trata de un fallo de catalogación, por lo que esperamos que se reconozca y se llegue a un acuerdo con la propiedad», aclara. Todavía tiene solución, pero ve con «enorme preocupación» la aprobación de este derribo por parte del que, a su juicio, es «el organismo que tiene el deber de proteger nuestro patrimonio». Este inmueble racionalista de 1941 sigue las directrices del movimiento moderno.

Del mismo modo, recuerda que Manuel Pagola fue el arquitecto «más brillante de la primera mitad del siglo XX» y quien trajo la vanguardia a Segovia bajo las pautas de la GATECPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea). «Este movimiento suponía una ruptura con la arquitectura que se estaba haciendo, muy basada en principios estéticos. A partir de ese momento, se centra en la esencia de la arquitectura y de los materiales para dejar a un lado la construcción más artesanal».

La obra de Pagola

Tal vez esta sencillez y su modestia son las que, según Moreno, hacen que esta arquitectura sea poco comprendida por la ciudadanía, pero «hay que tener en cuenta que lo diseñó en los momentos más duros de la posguerra. Además, con ella, Pagola permitió a Segovia participar de las corrientes internacionales», sentencia. A pesar de que estuvo poco tiempo en la ciudad, tuvo una intensa producción. Su obra inicial fue de estilo regionalista, producto de la crisis del 98, y se basaba en la interpretación de los modelos tradicionales regionales. Entre los ejemplos más destacados, se encuentran de estilo montañés, el chalet de Villa Estrella (1925) en el paseo Ezequiel González o la villa de la carretera de La Granja, aunque ninguno de los dos está protegido. Posteriormente fue evolucionando hacia el estilo racionalista cuyos máximos exponentes son el chalet de Nicomedes García (1938), el edificio de la Clínica Gila (1939), en la calle San Francisco, o el inmueble de la plaza de la Rubia (1935). La buena noticia es que estos tres sí que están protegidos por parte del PEAHIS.

Moreno cuenta en que en Segovia hay mucha arquitectura anónima popular y gran parte está protegida por formar parte del centro histórico a pesar de no tener valor constructivo o artístico. De ahí, que no comprenda como edificios singulares de autor, como este de Pagola, tengan riesgo de desaparecer porque «son parte de la historia arquitectónica, cultural y política de Segovia».

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