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Tiene 121 años cumplidos y goza de una excelente salud. Es consecuencia de las visitas, entre 8.000 y 9.000 al año, que acuden en demanda de la información, y también de que su continente, el Alcázar de Segovia, y quienes ... lo cuidan (el Patronato de la fortaleza y el Ministerio de Defensa) atienden también como deben que esté en las mejores condiciones el rico legado patrimonial, los tres millones de expedientes personales y 81.000 legajos que forman el cuerpo del Archivo General Militar de Segovia. El teniente coronel Javier Alonso Herranz es el nuevo director del «archivo histórico militar más antiguo de España», como declaró este miércoles en su toma de posesión, cuando destacó que uno de los retos que se ha impuesto es «que cada vez un número mayor de ciudadanos pueda contemplar y disfrutar las obras que son herencia de la capacidad colectiva de un pueblo».
Es decir, además de la preservación en las mejores condiciones de los fondos documentales, el objetivo a largo plazo de «impulsar aún más el conocimiento de nuestra riqueza histórica y divulgarlo». Y el procedimiento, dijo, es «la paciente y constante digitalización de los documentos más notables, emplazando en primer lugar el cuadro de clasificación de los fondos, para proporcionar su acceso libre a través de Intranet e Internet», es decir, en el ámbito interno de Defensa y de cara al público en general.
Todos los documentos llegan en papel y los de más de 20 años de antigüedad de todo el Ejército acaban en el centro para su custodia. Son diecisiete kilómetros lineales de estanterías que requieren una atención constante porque, con las numerosas solicitudes de información (presenciales y 'on line') y el trabajo en la sala de investigadores, el personal del centro está constantemente «fotocopiando e imprimiendo documentos, y certificándolos con nuestra firma para que lleguen a cualquier parte del mundo donde nos lo solicitan», comentó el director. El acceso es fácil. Hay que entrar en la página web y buscar el documento y si hay suerte se encuentra, aunque el 80% de las peticiones obtienen respuesta en muy poco tiempo.
«Queremos intentar que los investigadores vean un cuadro de clasificación y qué tipo de documento, porque no solo hay expedientes personales, hay temas judiciales, de material o de instalaciones que pueden ser muy interesantes». De eso se trata, «conservación y divulgación, prácticamente al 50%, poniendo todo nuestro amor e interés», incidió el teniente coronel Javier Alonso. Los tres millones de expedientes personales y 81.000 legajos están distribuidos en 21 depósitos entre el Alcázar y la Casa de la Química. Hay algún documento del siglo XV, pero la inmensa mayoría son de los siglos XVIII, XIX y XX. Hay una sección de personajes célebres, que son los más demandados. Y los fondos van creciendo cada año, pues al final de cada ejercicio el Archivo General Militar incorpora los expedientes del personal militar que va pasando a la reserva, del orden de 500 a 1.000 por anualidad.
Llegan todos en papel y son los expedientes de oficiales y suboficiales que pasan a la condición de 'retirado' con más de 20 años de antigüedad, y también los de obras y Justicia militar. Los archivos intermedios del cuartel general del Ejército, que tienen también esa documentación que procede de los distintos regimientos, cuerpos y unidades, «al final acaban aquí», subrayó el director, pero «tenemos previstos sus espacios, estanterías y salas para seguir custodiándolos». «Es una labor inmensa», apostilló.
El teniente coronel Alonso expresó su satisfacción por el cargo, que asume con responsabilidad y compromiso. Recordó que fue creado por la reina regente María Cristina de Habsburgo mediante un real decreto del 22 de junio de 1898 y que su misión es la misma que entonces, cuando se refundieron en el Alcázar los archivos que existían en Alcalá de Henares, Aranjuez, Guadalajara y Segovia, la custodia «de todos los expedientes y documentos que merezcan conservarse».
Como superior del director y testigo de su toma de posesión, el general Enrique Bohígas, director del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra, consideró que el nombramiento del teniente coronel Alonso como director del Archivo General Militar de Segovia es «el mejor colofón para la carrera militar» de alguien que, entre otros destinos, ha ocupado la jefatura de Estudios de la Academia de Artillería y que ahora recoge el testigo del coronel Diego Quirós, que en los últimos cuatro años ha logrado cuotas de eficacia y de impulso de la institución muy importantes.
La digitalización del archivo es otro de los retos y contará con el apoyo del Instituto de Historia y Cultura Militar. Esta tarea de ir escaneando y dando formato en papel a los documentos comenzó hace años, pero hasta ahora «no abarca más del 20%», explicó el teniente coronel Alonso. Hay que entender que «hay que hacerlo despacio, con tiempo y con cautela». Y aunque la plantilla del archivo es «corta», el general Bohígas anunció su ayuda para esta misión de preservar el patrimonio con el que, estudiándolo, «los jóvenes sean capaces de decidir lo que España tiene que ser mañana».
Esta parte del reto va a avanzar, pero ya advirtió el nuevo director que la digitalización de documentos «seguramente no podrá terminarse en cuatro años, pero continuamos la labor que ya se hacía en su momento». Y, con «respeto a las nuevas tecnologías y a lo antiguo», el nuevo responsable del Archivo General Militar contará con ayuda. Tiene previsto destinar ocho o diez personas a esta labor de convertir documentos a formato digital, y lo indicó en su discurso de toma de posesión, pues el próximo mes de noviembre se desarrollará en el centro un curso de digitalización para los trabajadores del archivo, enmarcado en el plan de formación continua. «Legado histórico y nuevas tecnologías, en respetada combinación, para ofrecer el mejor servicio al investigador, al curioso, a las instituciones, en definitiva a la sociedad», manifestó.
La institución con sede en el Alcázar atesora también otra cualidad que quizá es única. El nuevo director destacó que ya se lo había dicho su antecesor, el coronel Quirós, que el «hermanamiento» con el resto de los archivos de la ciudad y de la provincia de Segovia, de la que fue impulsor, «no se da de igual manera en ninguna ciudad española, como sucede en Segovia», y esa «estrecha relación archivera», se concreta en la organización conjunta del Día Internacional de lo Archivos, la puesta en común en el día a día de» procedimientos , conservación y restauración, tecnología, descubrimientos en nuestros fondos, asesoramiento y un largo etcétera».
Y según el teniente coronel Alonso «debe seguir dando excelentes resultados en beneficio de todos», más si cabe con la ampliación de esas buenas relaciones al ámbito de todas las bibliotecas que pretende llevar a cabo.
La seguridad es otro reto en el Archivo General Militar. No hay documentos que requieran restauraciones importantes –el más antiguo es de 1477, de la época de los Reyes Católicos–, pero sí hay una gran parte de los fondos de más de cien y de doscientos años y los más importantes, entre ellos algunos planos grandes de ingenieros militares, están digitalizados gracias a un servicio externalizado.
El director subrayó que todos los documentos están protegidos «del fuego, de la humedad y del agua», si bien la seguridad es una labor constante, para renovar y actualizar extintores, para colaborar con los bomberos en la valoración de las rutas de evacuación... «y siempre hay que estar atentos a si hay una estantería doblada», comentó.
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