Segovia
La aportación de los fieles por el IRPF y las colectas sostienen la economía de la diócesisSegovia
La aportación de los fieles por el IRPF y las colectas sostienen la economía de la diócesisLos católicos celebran mañana el Día de la Iglesia Diocesana, conmemoración que la Iglesia aprovecha cada año para rendir cuentas y desvelar cómo distribuye sus recursos y en qué los emplea. 'Orgullosos de nuestra fe' es el lema que la Conferencia episcopal ha ... elegido este año para reforzar el sentimiento de pertenencia de los creyentes en un momento poco propicio para la fe, con una galopante crisis de vocaciones y una desafección religiosa que cada año pone a prueba la institución eclesiástica.
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El balance económico es bueno, porque ingresos y gastos arrojan un consistente equilibrio, pero hay síntomas de fatiga que invitan a la reflexión y ponen en alerta a la jerarquía. La diócesis de Segovia cerró el ejercicio económico de 2022 con unos ingresos de 7.164.129 euros, un 3% menos que el inmediatemente anterior, el correspondiente al año 2021, circunstancia que obligó a ajustar mucho más los gastos para conseguir el equilibrio financiero entre ambos balances.
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«La vida y la misión de la Iglesia no se sostiene si los que formamos parte de ella no asumimos como un deber fundamental su funcionamiento y el desarrollo de sus tareas fundamentales: evangelización, liturgia y caridad. A través de colectas, donaciones, aportaciones extraordinarias, la Iglesia puede llevar adelante su misión y cuidar de los más necesitados». El obispo de Segovia, César Franco, ha dicho en alguna ocasión que esta rendición de cuentas que la diócesis realiza a primeros de noviembre es un buen termómetro para conocer la implicación y la pertenencia de los fieles a su Iglesia.
Un vistazo a las tablas de ingresos y gastos permite concluir que la aportación tributaria de los contribuyentes que marcan la equis en la declaración anual de la renta (IRPF) en favor de la Iglesia católica sigue siendo, a día de hoy, la parte más importante en el capítulo de ingresos. De los 7,1 millones de euros que la diócesis ingresó durante el ejercicio de 2022, un 33,65% (2,4 millones) entró en las arcas vía IRPF, algo más que durante el inmediatamente anterior (2,2 millones). Es decir, uno de cada tres euros que ingresa la Iglesia segoviana es a través de las declaraciones de la renta en la provincia.
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César Franco, obispo de Segovia
Del mismo modo, es significativo el crecimiento de las aportaciones de los fieles, que registraron un incremento del 21,4% en relación con el ejercicio anterior, pues pasaron de 1,4 a 1,7 millones de euros. En este apartado, la Iglesia incluye las colectas en parroquias y para instituciones eclesiásticas, que aglutinan la mayor parte de las aportaciones de los fieles. Las suscripciones y otros ingresos de fieles completan el capítulo.
Los ingresos de patrimonio y otras actividades constituyen otro de los pilares de la economía diocesana. E igualmente registraron un incremento considerable, pues pasaron de 1,7 millones en 2021 a 2,09 millones en 2022. Dentro de este apartado destaca lo recaudado a través de donativos y legados, 1,5 millones de euros, un 30% más que durante el ejercicio anterior.
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«Debemos agradecer todas las aportaciones económicas, mayores o menores, sin las que muchas de las acciones de la Iglesia no serían posibles», afirman fuentes de la diócesis. Gracias a ellas, por ejemplo, la Iglesia puede acometer gran parte de las restauraciones patrimoniales de las parroquias. «Y también sirven para desarrollar proyectos encaminados a sufragar las necesidades de quienes menos recursos tienen», añaden, y recuerdan el «vasto patrimonio» del que la diócesis es propietaria, «puesto siempre a disposición de todos y cuidado con el celo que merece como legado recibido y herencia que queremos dejar a las generaciones futuras».
En la tabla de los gastos, fijados en 7.164.129 euros, destaca precisamente el dinero destinado a la conservación de edificios y al funcionamiento diario, que superó los tres millones de euros, un 42,50% del presupuesto diocesano. Las retribuciones del clero constituyen la segunda partida más numerosa, con 1,6 millones de euros (23,13%), a los que hay que sumar los 730.178 euros correspondientes a los salarios del personal seglar (10,88%). Todos estos gastos subieron ligeramente en relación con el año anterior. Los apartados de nuevos templos y de programas de rehabilitación no requirieron en esta ocasión un solo euro.
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Este apartado de gastos incluye, desde 2020, las cuentas de otros centros dependientes de la diócesis, como el Seminario, la Librería diocesana, la Casa Sacerdotal y la Casa de Espiritualidad. El incremento de los precios de aprovisionamientos, reparaciones y servicios ha supuesto un desembolso muy considerable para el sostenimiento de estos centros, aunque menos que el año pasado: 204.830 euros frente a 1.309.001. La rendición de cuentas anual también pone el foco en cada uno de ellos, y todos están en números rojos.
El Seminario diocesano cerró el año con un déficit de 24.551 euros, cuando en 2021 no dio pérdida alguna. Los donativos, las limosnas y las colectas sostuvieron los ingresos, así como la cesión de instalaciones y el turismo, pero los gastos en reparaciones y mantenimiento fueron excesivamente costosos.
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La Casa Sacerdotal, lugar donde residen los sacerdotes ya jubilados, también cerró el ejercicio con déficit: -146.255 euros, más incluso que el año anterior, que concluyó con -138.931 euros en el balance. En este caso, el pago de las nóminas y la Seguridad Social de los profesionales que atienden la residencia supuso la mayor parte de los gastos: 680.469 de 781.447 euros.
La Casa de Espiritualidad San Frutos es asimismo deficitaria, con un balance de resultados negativo de 75.235 euros, frente a los 39.111, también negativos, del ejercicio de 2021. Aprovisionamientos, servicios y reparaciones y nóminas suponen la mayor parte de los gastos. Igualmente ha dado pérdidas la Librería diocesana. En comparación con el año anterior, el desplome del balance ha sido considerable, pues ha dejado pérdidas de 15.538 euros frente a los 42.291 euros positivos de 2021. La compra de libros, artículos religiosos, cerería y formas ha conllevado en esta ocasión un desembolso de 53.776 euros.
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