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El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, Enrique Guilabert, observa «horrorizado» cómo el drama de diez meses atrás comienza a repetirse. ... La tercera ola empieza a adquirir una dimensión de contagios similar a la de la primera, pero los profesionales de la sanidad están ahora «agotados». El responsable colegial demanda «medidas más duras y drásticas» para contener la expansión descontrolada que a día de hoy parece tener el coronavirus en la provincia. Para ello, aboga por «un confinamiento selectivo e inteligente». No sería tan rotundo como el encierro de marzo;pero Guilabert explica que consistiría en «ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, de casa a la escuela y de la escuela a casa; solo se saldría para comprar lo imprescindible, y los desplazamientos se limitarían a situaciones de urgencia e inmediatez».
Guilabert lamenta que «por desgracia nos hemos acostumbrado a las cifras; pero hay que tener muy presente una cosa que es real: de cada cien enfermos de la covid-19, cinco ingresan en el hospital, y de esos, uno acaba en la UCI; pues de todos esos casos críticos, el 33% no sale».
El responsable de la institución colegial también califica de imprescindible» la suspensión de las reuniones sociales, que, a su juicio, deben quedar restringidas a las que celebren «solo y exclusivamente los convivientes, nada de visitas o de allegados, porque de lo contrario las consecuencias de seguir así van a ser catastróficas», intuye el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, quien cree que se deberían haber suprimido las navidades tal y como se han desarrollado. «Los expertos se equivocaron en la relajación», piensa Guilabert. Pero toca mirar hacia adelante y por eso insiste a las administraciones y gobernantes en reclamar «medidas urgentes y drásticas», ya que «la responsabilidad que se ha pedido no se ha conseguido».
«Tenemos que volver a actuaciones contundentes, que las Fuerzas de Seguridad del Estado vigilen y controlen y que las multas sean más duras».
Enrique Guilabert deduce que, a este paso, la anhelada inmunidad de rebaño frente a la covid-19 «no la vamos a conseguir hasta el laño que viene», una apreciación que también ha puesto de manifiesto la Organización Mundial de la Salud (OMS). «No podemos acostumbrarnos a las cifras de muertes, debemos de ser sensibles», hace hincapié el presidente colegial segoviano. En este sentido, consciente de la crisis sanitaria deriva en una crisis económica, advierte de que «sin salud no hay economía».
Con respecto a la campaña de vacunación, que se inició el pasado 30 de diciembre, defiende que «hay médicos jubilados y enfermeras dispuestos a vacunar, ya sea sábado, domingo o fiesta». Entiende que la estrategia de la inmunización es compleja, pero subraya que «hay gente dispuesta y que, por ejemplo, se podría usar un pabellón como el Pedro Delgado para vacunar a miles de personas en un día». Incide en que «no es un problema de recursos humanos». Asimismo, demanda que «no se maneje políticamente la vacunación porque los políticos pueden llegar a manipular la información para lo que les interesa y crear unas expectativas que luego se vuelven en contra de los ciudadanos».
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