Catalina 'la Baratilla', una manceba que vivió en palacio; Hernán López de Yanguas, humanista que estuvo a la orden de los duques de Alburquerque; Isabel de Zuazo, esposa del regidor de Cuéllar a finales del siglo XV, y un preso tuberculoso son ... los nuevos personajes que vuelven a dar vida a la fortaleza en la nueva propuesta teatralizada que se desarrolla bajo el título 'Castillo de ánimas'. Son los fantasmas de estas figuras los que acercan a los visitantes hasta la historia y la arquitectura del castillo palacio de Cuéllar interactuando con los turistas y sin faltar los toques de humor tan habituales en los espectáculos escénicos de la fortaleza.
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Se trata de una iniciativa pensada para todos los públicos que comienza en la liza del castillo, donde Catalina 'la Baratilla' realiza un rápido recorrido por la historia del castillo, desde su construcción en el siglo XIII. Recuerda cómo del primer al séptimo duque de Alburquerque vivieron allí y algunos de los diferentes usos de la fortificación. Detalla cómo hasta los años 70 fue pasto del pillaje y el vandalismo hasta que el duque llegó a un acuerdo de cesión al Estado y en la actualidad alberga un instituto de educación secundaria. También se encarga de hacer pasar a los visitantes a la primera de las estancias, el granero, donde aparece el segundo de los personajes, López de Yanguas, que impartirá un curso de 'educación nobiliaria obligatoria' a los turistas, que, en el primer pase de la propuesta, procedían de Madrid, Guadalajara y Salamanca.
El humanista cuenta a su público que lleva ya 527 años enseñando tras las paredes del castillo y que fue profesor del primer y segundo duque. Su magisterio comienza por la mazmorra para luego pasar a un espacio adornado como capilla, parte de una torre militar, donde explica uno de los reposteros que cubren las paredes de algunas estancias. En él apunta algunas curiosidades sobre el escudo de Beltrán de la Cueva y cómo en el repostero se representa aquello que era necesario por entonces para la guerra.
Después irrumpe en la visita Isabel de Zuazo, cuyo sepulcro se encuentra en la iglesia de San Esteban, donde se encontró también un conjunto de bulas de su propiedad. López de Yanguas y Zuazo conversan a la vez que interactúan con los asistentes y explican la jamuga castellana o la credencial de tres baldas expuesta, además de un arcón del siglo XV. Ya solo con Isabel de Zuazo los visitantes conocen la sala de las damas, donde una tronera prueba que era parte de la torre militar.
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El paseo por la fortaleza continúa con la visita de uno de los presos tuberculosos que albergó el castillo en una de sus últimas etapas. Además de guiar a los visitantes a la parte alta de la fortaleza, donde disfrutan de las vistas al mar de pinares, también cuenta su historia, cómo llegó al castillo y cómo se fugó del mismo. Así podemos saber que este ánima es el de Francisco Biendicho, quien ideó la fuga de la cárcel en 1957.
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