Danzantes bailan en Cuéllar envueltos en niebla. Mónica Rico

La ancestral tradición del Niño de la Bola gana al mal tiempo en Cuéllar

La cofradía organizadora de los actos incorpora cohetes para anunciar el inicio de la procesión de la imagen y suma público en su recorrido

Mónica Rico

Cuéllar

Miércoles, 1 de enero 2025, 21:22

A las tradiciones de la Navidad, en la localidad de Cuéllar se suma una muy especial, como son las celebraciones en honor a la imagen del Niño Jesús de la Bola. Es una cita que inaugura el nuevo año en el municipio, pues tiene lugar ... cada 1 de enero, con eucaristía y procesión, eventos que este miércoles volvieron a reunir a cientos de personas en las calles de la villa.

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Es una festividad ancestral que se desarrolla de forma similar desde hace siglos, y en la que la imagen del Niño de la Bola recorre en procesión apenas unos cientos de metros, los que separan la iglesia de San Miguel y la de San Esteban. A continuación, comienza el regreso a la primera, que se prolonga durante cerca de tres horas habitualmente.

Durante este trayecto, la imagen está acompañada de los miembros de su cofradía, pero también de multitud de vecinos de Cuéllar y la comarca.A ellos se unen los turistas y curiosos que acuden cada año para conocer y disfrutar de esta tradición. La banda sonora son las dulzainas y tamboriles, que tocan distintas danzas procesionales. Algunas de llas se remontan varios siglos atrás y no cesan durante todo el recorrido. Al mismo tiempo, los fieles danzan mirando de frente a la imagen del Niño, según marca la tradición.

Muchos de ellos portan también las castañuelas cuellaranas, conocidas como tejoletas, cuya melodía se suma a su vez a esta antigua cita, en la que también se pueden escuchar decenas de cohetes, que van anunciando el paso de la procesión.

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Multitud de personas y músicos acompañan al Niño de la Bola en procesión. Mónica Rico

Los actos en torno a la imagen comenzaron el pasado día 30 de diciembre, cuando los miembros de la cofradía vistieron la talla y prepararon todo para las celebraciones. Estas comenzaron este miércoles, durante la mañana, con la eucaristía solemne, presidida por la imagen. La citada agrupación religiosa es la que se encarga del grueso de la organización de las actividades en esta jornada y en la próxima, pues el próximo lunes, 6 de enero, la imagen volverá a recorrer del mismo modo las calles del municipio.

Por la tarde, las dulzainas y los cohetes anunciaron a las 17:30 horas el inicio del recorrido, que ha sido una de las novedades de este año. También se optó por comenzar el acto procesional media hora más tarde de lo habitual, lo que se notó en una mayor afluencia de gente en los primeros compases, que parten de la iglesia de San Miguel hacia la de San Esteban. Las danzas no cesaron de sonar en todo el camino.

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Ya en el interior del segundo templo, todos los presentes unieron sus voces en la oración dedicada al Niño de la Bola y, seguidamente, en el cántico de un villancico popular. En esta ocasión, resonó el 'Dime Niño'. Seguidamente la talla partió del templo pero se detuvo unos minutos en la puerta, donde se bailó una nueva danza, para después continuar el recorrido que le llevó de vuelta a San Miguel.

Sin importar la niebla

El trayecto de varias horas comenzó con sol, pero pronto le sorprendió la niebla en el entorno de la plaza del Mercado del Pan, antes de llegar incluso a la iglesia de San Esteban, lo que no restó fieles, que desafiaron a una fría tarde de Año Nuevo.

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El trayecto de acompañamiento de la imagen tiene una duración habitual de hasta tres horas

La imagen es una talla de madera de cuerpo entero, sexuada, de un Niño Jesús. Está fechada a mediados del siglo XVII y su estilo es barroco. Recibe su nombre por llevar en su mano izquierda una bola del mundo rematado con una cruz, mientras que en la derecha porta una rama.

La cofradía del Niño de la Bola está formada por más de un centenar de hermanos y pretende mantener viva la tradición. Así, da testimonio de las navidades cuellaranas, esfuerzo que ha logrado suscitar una gran aceptación entre el público en los últimos años. A la cofradía puede pertenecer cualquier persona que lo desee, así como ostentar el cargo de mayordomo, un puesto que este año ocupa Raquel Gilsanz.

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