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Niños saharauis del programa 'Vacaciones en Paz', en la jaima instalada en la avenida del Acueducto de Segovia. Óscar Costa
Amargo como la vida, dulce como el amor, suave como la muerte

Amargo como la vida, dulce como el amor, suave como la muerte

La jaima instalada por la Asociación del Pueblo Saharaui en Segovia reúne a los niños del programa 'Vacaciones en Paz' con sus tradiciones, como las tertulias en torno al té

Sábado, 27 de julio 2019, 20:02

Una alfombra sobre las baldosas de granito invita a pasar y al recogimiento en su interior. La jaima tiene un poder transformador. Para ellos, para los niños saharauis, entrar y sentarse sobre la moqueta es volver a su hogar y reencontrarse con la ... morada de su cultura. En ella están a salvo de la tristeza y la devastación. La carpa les protege del olvido. En su interior laten más fuerte sus corazones y escuchan más alta la llamada de su pueblo a pesar de estar a unos 2.200 kilómetros de distancia de sus raíces, de sus familias, las biológicas, porque en Segovia han encontrado otros hogares de acogida a los que muchos regresan cada verano.

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