Almudena Grandes: «La humanidad jamás ha aprendido de las catástrofes»

Almudena Grandes (Madrid, 1960) participó ayer en Segovia en la primera jornada del Hay Festival, en la que mantuvo una conversación sobre su última novela, «La madre de Frankestein» (Tusquets), con la directora de Relaciones Editoriales de Grupo Planeta, Ana Gavín. Se trata de la quinta entrega del proyecto narrativo 'Episodios de una Guerra Interminable', que comenzó en 2010 y cuyos títulos, traducidos a más de diez idiomas, han cosechado, además del Premio Nacional de Narrativa 2018, el de la Crítica de Madrid, el Elena Poniatowska y el Sor Juana Inés de la Cruz.

'La madre de Frankestein' se sitúa en un manicomio de mujeres de los años cincuenta en España para ahondar en la relación entre un psiquiatra regresado del exilio, una enfermera y una paciente, esta última un personaje que existió de verdad. Es la famosa parricida Aurora Rodríguez Carballeira, quien estuvo encerrada más de veinte años en un manicomio en Ciempozuelos tras asesinar a su hija, Hildegart, en 1933. Grandes explicó que la imagen que la opinión pública ha adoptado de este personaje es la difundida en la popular película Mi hija Hildegart (1977), de Fernando Fernán Gómez, pero no se ajusta a la realidad. «La mostró como una mujer cuerda, por lo tanto era un personaje odioso, una asesina parricida y castradora», explicó la escritora.

Lo que se ha propuesto ella es mostrar lo que Aurora era realmente, «una enferma mental que sufría paranoia y dos delirios en grado sumo», describió Grandes, que reconoce que lleva «dando vueltas» al personaje treinta años. En opinión de la novelista, la representación que se ha trasmitido hasta ahora de Aurora como mujer despiadada tiene que ver con la histórica discriminación de género a la que se ha sometido a las mujeres a lo largo de la historia, más en la época en la que se ambienta la novela. A modo de ejemplo, Grandes dijo que durante el juicio en el que fue procesada Aurora, declaró como perito uno de los psiquiatras más importantes del régimen franquista, Antonio Vallejo Nájera. Este expuso durante la vista que el de Aurora era el ejemplo de «lo que ocurre cuando una mujer lee por su cuenta, sin tutela de un padre o un marido», reproduce ahora Almudena Grandes: «Parecía que les daba miedo que existiera una mujer así, ha pasado siempre y sigue pasando», añade.

Si la escritora retira la mirada del pasado y la pone en el presente, concretamente en la pandemia, se niega a asumir la premisa de que «saldremos mejores de esto»: «La humanidad jamás ha aprendido de las catástrofes, y las ha ido reproduciendo a lo largo de toda la historia... ¿Por qué iba a cambiar ahora? No lo creo». Para lo que sí ha servido esta crisis es para inspirar su próxima novela, que de momento no será la sexta y última entrega de 'Episodios de una Guerra Interminable', sino un episodio muy distinto a los de la serie,