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«Cruzamos los dedos para que no vaya a más y el terreno no se ablande más». El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de El Espinar, se encomienda a un respiro meteorológico que parece que no va a llegar y a las intervenciones de ... prevención que se desarrollaron tras las riadas que causaron cuantiosos daños en febrero de hace cinco años. De momento, Jesús Gascón asegura que no se han producido desperfectos de aquella magnitud, aunque el agua caída hasta ahora sí está ocasionando problemas que se localizan y afectan sobre todo al núcleo de La Estación del Espinar.
Sobre el terreno, este martes el teniente de alcalde del Consistorio, Tomás López, confirma del empeoramiento de la situación como consecuencia de las precipitaciones intensas y constantes que llevan produciéndose en las últimas horas y que se acumulan a las registradas en jornadas pasadas, cuando el viento también provocó desperfectos y tiró algún árbol.
Esta vez la riada baja con inusitada por la ladera de la montaña. El volumen y la rapidez del caudal que arrastra a su paso ramas, piedras y tierra ha desbordado alguna arqueta, que ha sido incapaz de soportar y drenar la escorrentía. «Desde las siete de la mañana, la Policía Local ha empezado a trabajar en la carretera de la garganta», relata el teniente de alcalde. López sitúa ahí los mayores problemas porque «las alcantarillas no pueden tragar todo lo que les llega, lo que ha causado anegaciones en la calzada».
En concreto, el entorno más damnificado por esta riada es conocido como Esperillas, entre las calles Atenas y Estrasburgo. Bajo tierra hay una conducción que discurre de arriba abajo entre dos viviendas, aunque sobre todo bajo una de esas residencias que este martes no están habitadas, ya que suelen ser usadas de segundas viviendas por veraneantes. Preocupa la estabilidad de la infraestructura si la conducción no logra digerir el agua y se produce un exceso de filtraciones que reblandezca el sustrato. Por lo tanto, Tomás López apunta que, a mediodía de este martes, no ha hecho falta evacuar a ningún vecino no desalojar ninguna casa en prevención de que el agua pudiera causar alguna inundación en estos inmuebles.
El cauce de la escorrentía arrastra todo cuanto encuentra a su paso por la bajada de Cabeza la Reina. «A las tuberías les cuesta digerir toda esta cantidad de agua», incide el teniente de alcalde de El Espinar sobre los problemas con los que están lidiando los servicios municipales para controlar la riada en La Estación del Espinar. Los operarios y la maquinaria del Ayuntamiento se afanan en «quitar hojas, ramas, piedras» arrastradas por la fuerza del agua descontrolada que desciende por la ladera de la sierra de Guadarrama. Esa intensidad del caudal también ha «arrancado parte de un acera y quitado adoquines», añade a la lista de daños el teniente de alcalde.
tomás lópez
Teniente de alcalde de El Espinar
«Hay caminos canalizados con sus cunetas que se están rompiendo», cita también López, quien comparte con su compañero de Medio Ambiente en el corporación el deseo de que la lluvia dé una tregua para no tener que lamentar mayores desperfectos que los que hay. Sin embargo, «parece que quedan cuatro días por delante», vaticina con preocupación el teniente de alcalde de El Espinar al consultar las predicciones meteorológicas que no levantan la nube de precipitaciones que se ha instalado sobre este enclave serrano.
Tomás López pide ese respiro de la lluvia para poder retirar lodo y sedimentos que ha arrastrado el agua en las últimas horas y limpiar calles. La mayor balsa de agua formada por la lluvia y el torrente de la montaña se localiza en la carretera de la garganta, donde los operarios municipales trabajan en desatascar la arqueta para que trague el caudal desbordado. Un tramo de sta arteria ha tenido que ser cortado a la circulación, concretamente el que está a a la altura del vivero.
Asimismo, el teniente de alcalde sitúa otro de los puntos conflictivos para el tráfico y el paso de peatones en la calle Estrasburgo. «De momento no ha sido necesario desalojar a ningún vecino, aunque hemos avisado a todos para que tengan prudencia, sobre todo la gente mayor, porque baja mucha agua.
López y Gascón subrayan que las obras que se ejecutaron en algunos puntos para agrandar las tuberías y las labores de prevención en saneamiento y limpieza de infraestructuras tras los destrozos del año 2017 han impedido que los daños hasta ahora fueran más graves.
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