«Fue una alegría inmensa, pero después vino la pandemia y lo cambió todo»

«Fue muy emocionante y una alegría inmensa. Son cosas que no esperas que sucedan. Le tocó a mi hermano, a muchos de los clientes que vienen por aquí (menos a los que no llevaban, que también los hubo)... No era mucho dinero, 6.000 euros el décimo, pero la alegría es mayor cuando ves que le ha tocado a mucha gente, a mucha gente que, además, lo necesita», añade. Ivalina y a Danail, su esposo, solo jugaban un décimo, pero los 6.000 euros les vinieron muy bien. «Pude adelantar el alquiler, porque enero y febrero suelen ser meses muy flojos... Luego vino la pandemia y todo se vino abajo, todo cambió».

Ese contraste entre la emoción y la alegría de diciembre de 2019 y el miedo, la incertidumbre y la preocupación de marzo de 2020 es muy difícil de explicar. A Ivalina las emociones invaden sus recuerdos. «Es la vida misma. Tanta alegría y luego... Todo lo que ha venido después ha sido durísimo. La pandemia nos ha cambiado la vida. Nada es igual. La gente no sale como salía antes, se reprime, tiene miedo, y eso se nota. El negocio ha bajado mucho, muchísimo. Antes, los fines de semana había mucho jaleo, pero ahora todos los días son iguales. Y así seguimos. Hay momentos buenos y momentos malos. Pero lo importante es tener salud e ir pagando para mantener el negocio. En Segovia estamos bien. Tenía veinticuatro años cuando vine y ahora tengo cuarenta y cinco», cuenta.

La venta de Lotería de Navidad va bien, como siempre, pese al bache de la covid. El número sigue siendo el mismo, el 54527. «Hoy no he vendido mucho, la verdad, pero la gente sigue jugando. Con eso número empezamos aquí y con ese número seguiremos», dice convencida.