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Mónica Rico
Gomezserracín
Domingo, 18 de abril 2021, 20:59
La noche del pasado martes, millones de personas encendían sus televisores para disfrutar de la primera entrega de una nueva edición de 'Masterchef', el programa culinario por excelencia de la parrilla televisiva. En la localidad segoviana de Gomezserracín, la expectación era máxima ... : entre los aspirantes a participar en el concurso se encontraba su vecino Alberto Alonso del Caz, de 23 años. También estaban muy pendientes en la localidad vallisoletana de Cogeces del Monte, localidad de su madre, Brigi, y su abuela Valentina, que le acompañaron en esta aventura gastronómica y televisiva. Fue en este pueblo donde Alberto se estuvo preparando durante las pruebas de acceso, en el restaurante Maryobeli.
Sin embargo, para muchos, esta faceta de Alberto era desconocida, ya que es un amante del mundo de la moda, en lo que centró buena parte de sus estudios y teniendo en cuenta que es el sector en el que trabaja en la actualidad. Él mismo afirma que «cuando te centras mucho en algo, parece que otras facetas tienden a desaparecer», pero la cocina siempre le ha gustado y lleva cocinando toda la vida.
De hecho, cuando cursó su inscripción para estudiar diseño de moda, en un primer momento no fue admitido y había una gran lista de espera. Por ello ese año decidió estudiar idiomas (inglés y francés) y en la academia a la que asistió también se impartían clases de gastronomía, por lo que decidió inscribirse a algunas clases, sobre todo a las de repostería, algo que «me apasiona». Finalmente fue admitido en los estudios de moda, por lo que al principio estuvo compaginando ambas pasiones.
Después llegaron las fiestas con 'Vogue' y su incursión de lleno en el mundo de la moda, tanto que en estos momentos está estudiando para obtener el carné de conducir «porque a los 18 años estaba recorriéndome de Madrid de fiesta en fiesta», un tiempo que recuerda como una fantasía y 'maravilloso', pero en el que la cocina siempre ha estado presente. De hecho, se considera un gran anfitrión, y muestra su gusto por preparar todos los detalles, desde una cuidada decoración en la mesa, hasta engalanarse él, pero también ofrecer unos ricos platos. «Suelen ser noches muy divertidas y a lo mejor son tan divertidas que la cena pasa a un segundo plano», afirma, en parte halagado.
La experiencia de participar en 'Masterchef' y llegar a ser uno de los últimos 50 aspirantes y quedarse a las puertas de entrar en el programa ha sido «muy intensa», según señala, recordando cómo para llegar hasta ahí, en una ocasión en la que se han presentado 70.000 personas, ha tenido que pasar numerosas pruebas. La primera criba es un casting 'de papel', por Internet y enviar su vídeo de presentación. Poco a poco fue pasando pruebas, individuales, grupales… «Son muchas horas, así que es muy intenso, hasta que te llaman finalmente y te dicen que vas a cocinar ya en el primer programa», que a su vez fue la criba final para seleccionar a los quince concursantes en el programa.
Al presentar su plato, un crumble de galleta de almendra y espuma de mouse de limón, del que los jueces «se comieron todo», convenció a dos de ellos, Samantha Vallejo-Nágera y Jorid Cruz, pero no del todo a Pepe Rodríguez, por lo que le entregaron el delantal negro, lo que suponía tener que realizar una nueva prueba con cinco aspirantes más.
Fueron seis los aspirantes con un delantal negro, por lo que se enfrentaron a una prueba de habilidad en la cocina. Los tres primeros tuvieron que picar verduras en diferentes estilos, lo que Alberto dominaba e incluso explicó a su compañera cómo lo haría. Sin embargo, al levantar su caja no había verduras, sino un pollo que tenía que despiezar en dos minutos, lo que tampoco se le dio mal, de hecho «hubo muchas personas de producción que pensaron que entraba», aunque finalmente se quedó a las puertas, entre los tres últimos.
Respecto a los cocineros que ejercen como jueces en el programa señala que «son encantadores, te ríes un montón, intentan hacerlo muy ameno y son muy majos», aunque en el momento en el que encienden las cámaras se meten en su papel.
A ello hay que sumar el papel de los compañeros, alegrándose por los que finalmente han accedido a participar en el programa, que «son encantadores». Además, entre los que no entraron «me llevo amigos de verdad». Otra cuestión positiva que recuerda con cariño es que 'Masterchef' les dio el privilegio de vivir Filomena en Madrid: «Tuvimos el privilegio de conocer Madrid parado, un Madrid histórico».
Respecto a si repetiría y se enfrentaría nuevamente al 'casting' para poder participar en 'Masterchef', Alberto contesta con un rotundo «sí», aunque luego matiza, «ahora mismo, a día de hoy no, porque ha sido muy intenso». «Vamos a darnos un tiempo, descansar, pero yo el año que viene estaré ahí», asegura, recordando con cariño la experiencia y cómo lo vivieron sus acompañantes, su madre, más tensa, y su abuela, disfrutando «como una niña».
«En general a 'Masterchef' debería apuntarse cualquier persona que le guste el mundo de la cocina, porque lo recomiendo 100%, pero también que tenga mucho aguante y que no le importe el tema de la tele ni el qué dirán», apunta. Y es que la noche del estreno del programa, las redes tuvieron un papel muy destacado. En Twitter pudo leer halagos, pero también críticas. Entre ellas varias comparaciones con Josie, el conocido estilista que fue concursante de la versión 'celebrity' del 'talent'.
'El Josie de Gomezserracín', se podía leer en algunos comentarios que afloraron en las redes sociales. «Se me comparó muchísimo con Josie y me gustaron algunos comentarios, como uno que decía que conmigo se iba la elegancia de 'Masterchef'». Era consciente de que se le podría comparar, porque se lo habían comentando anteriormente, incluso en una de las pruebas y porque «somos un perfil muy parecido». Y si hubiera entrado «y se me hubiera comparado, yo súperbien, me encanta además», afirma, aunque asegura con rotundidad que «habría sido yo mismo». Es consciente de que en un minuto es difícil gustar a todos los espectadores, por lo que acepta bien las críticas, porque «tienes que saber a lo que vas».
El plato que Alberto presentó a la final tiene detrás una historia que no se explicó, y es lo único que «me tiene un poquito decepcionado». Se trata de un postre creado a modo de homenaje a su madre, quien siempre le ha acompañado en todas sus aventuras, desde sus fiestas hasta 'Masterchef', «y quería hacer algo, ya no por mí, sino por ella».
Aunque sí que dio el nombre y la explicación, esa parte no se emitió. Su crumble de galleta de almendra y espuma de mouse de limón se llamaba '23 de abril', un día muy especial en su familia porque el próximo viernes se cumple una década que su madre donó un riñón a un pariente al que salvó la vida.
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