Alba Sanz: «En Fuentepelayo, si se aburre alguien durante el verano, es porque quiere»

Desde hace mas de medio siglo, cuando llegan las fiestas de Fuentepelayo, los vecinos se ponen imaginativos para decorar las carrozas que procesionan hacia la plaza del pueblo, donde, además, tiran de teatralidad y musicalidad para disfrutar y hacer lo propio con los vecinos. Este verano no será menos, ya que doce peñas ultiman los últimos preparativos para el sábado, cuando llegará uno de los momentos centrales de los festejos, como reconoce la alcaldesa, Alba Sanz. Será la guinda a un verano, de por sí, activo, ya que, como explica la regidora, en este periodo estival, en el que la población del pueblo se multiplica por tres, la actividad es continua.

–¿Cómo ha sido la configuración del programa?

–La toma de posesión ha estado muy próxima a la organización y había cosas ya contratadas, como las orquestas. Se ha mantenido la música, el encierro ecológico para los niños, la fiesta de la espuma... Hay pocas modificaciones respecto a lo habitual; quizás, las más reseñables, en el recorrido del encierro campestre, porque hay que evitar los cultivos y el recorrido se adapta a las particularidades del campo de cada año.

–Además, se mantiene también el desfile de carrozas.

–No podía ser de otra manera; es algo muy típico del municipio y el plato fuerte, junto a los encierros, tanto para los vecinos como para quienes vienen a pasar estos días. Las carrozas están hechas por las peñas, que las configuran a lo largo del verano, y cada carroza desfila con su performance y haciendo una puesta en escena a la entrada a la plaza, ya sea teatral o musical. El punto álgido es cuando llegan ahí y se lleva a cabo esa actuación.

–¿Qué diría que tiene de particular ese desfile?

–Además del colorido y de cómo las peñas preparan sus pequeñas actuaciones, me quedaría con todos los valores que encierra la preparación de las carrozas, porque hay participantes de todas las edades, que se pasan muchas horas preparando sus carrozas durante todo el verano, sobre todo estas semanas previas, en las que terminar los preparativos son un motivo de reunión, de socializar, de trabajar en equipo con amigos o familiares... Es un desfile muy identificativo de Fuentepelayo desde hace más de 50 años.

–¿Cómo son estas fechas? ¿Reciben muchos visitantes?

–Sí, sí. Son fechas bonitas porque se pueden llegar a juntar hasta cuatro generaciones de familias, sobre todo durante las fiestas. En verano, la población de Fuentepelayo puede pasar de los 780 que solos fácilmente hasta los 3.000. Tanto para los visitantes como para los vecinos habituales, durante el verano hay una programación intensa, en la que participan todas las asociaciones, que están enfocadas para niños, como el campamento urbano, pero también para más mayores, como los juegos tradicionales, ya que entendemos que todo el mundo tiene derecho al ocio. Para fomentar también que las calles se llenen los fines de semana cerramos la plaza de El Salvador, para que la gente pueda caminar o tomar algo más a gusto. En Fuentepelayo, si se aburre alguien, es porque quiere.

–Son sus primeras fiestas como alcaldesa. ¿Cómo las va a vivir?

–Con mucha ilusión, pero también con mucha responsabilidad. Nada más llegar hemos vivido un aluvión, porque son muchos detalles a cuidar, como la seguridad de los encierros, con la que hay que tener un especial cuidado, pero estamos contentos y esperamos que los vecinos disfruten mucho.

–¿Qué proyectos tienen en mente para estos cuatro años?

–Queremos mejorar paulatinamente el asfaltado de las calles y queremos hacerlo ya, a corto y medio plazo, y queremos recuperar el antiguo edificio del médico también sin demasiada dilación. También queremos mejorar la cubierta de un edificio municipal y optimizar mejor el espacio interior. Hay una serie de mejoras que teníamos en el programa y que a partir de septiembre tenemos que empezar a llevar a cabo.

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