Segovia

La aguadora de la leyenda del diablillo, un guiño del PP a Vox

Fuentes municipales sí confirman a El Norte que la adaptación de la escultura conmemorativa se refiere a la aguadora protagonista de la leyenda del Acueducto, que tendrá así el próximo año una imagen colocada en una de las calles de la ciudad. Las mismas fuentes no precisan la ubicación que tendrá la escultura y si acompañará al diablillo de la leyenda ubicado desde 2019 en el tramo superior de la calle San Juan.

La creación de una escultura de la aguadora protagonista de la leyenda que cuenta la construcción del Acueducto de Segovia no figura en ninguno de los 202 puntos con los que el Partido Popular se presentó a las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Sin embargo, sí que se trata de una propuesta que por aquel entonces hizo la candidata de Voz y hoy portavoz municipal de la formación, Esther Núñez. En concreto, durante la celebración del debate organizado por la Federación Empresarial Segoviana (Fes) en La Alhóndiga, Núñez abogó por «cambiar el fauno de la calle San Juan», en referencia a la escultura realizada por José Antonio Abella e instalada en el tramo superior de la calle en enero de 2019. Además, proponía la instalación de la imagen de la aguadora.

Durante los meses previos y posteriores a la colocación de la escultura, Vox apoyó a la asociación San Miguel y San Frutos en su lucha contra la pequeña estatua, de la cual sus detractores dijeron que iba contra la concepción de los valores cristianos. De hecho, la asociación lideró una recogida de firmas y llevó el asunto a los tribunales, aunque finalmente un juez permitió y autorizó la colocación de la escultura. En enero de aquel año, Vox llegó a emitir un comunicado en el que consideraba que el diablillo podía asustar a las niñas de las Concepcionistas -el colegio situado junto a la escultura- por su «ciruelo». El entonces coordinador de comunicación de la formación, Nazario Merino, dijo que poner un demonio desnudo junto a un centro religioso era «vergonzoso, provocador y de mal gusto».

La leyenda del Acueducto afirma que una muchacha que trabajaba como aguadora, harta de arrastrar el cántaro por las empinadas calles de la ciudad, aceptó un trueque con el diablo: dispondría este del alma de la mujer si, antes de que cantara el gallo, el agua llegaba hasta la puerta de su casa.

Consciente de su culpa, la joven rezó hasta la extenuación para evitar la pérdida de su alma. Mientras, una tormenta se había desatado y el diablillo trabajaba a destajo. De pronto el gallo cantó y el Maligno lanzó un alarido espeluznante: por una sola piedra sin colocar había perdido el alma de la muchacha.

Esta confesó su culpa ante los segovianos que, tras limpiar con agua bendita los arcos para evitar el rastro de azufre, aceptaron felices el nuevo perfil de la ciudad. Y dicen... que los agujeros que aún se ven en las piedras son las huellas de las pezuñas del demonio...

Desde 2019 la ciudad rinde tributo a esta leyenda con la escultura del diablillo de Segovia como el 'verdadero' artífice del Acueducto. Esta escultura representa al diablo derrotado sosteniendo el último sillar del Acueducto que le quedó por colocar, haciéndose un selfi con su obra inacabada.