Agricultura e industria mantienen la actividad del entorno

El municipio segoviano de Valseca ha sufrido en los últimos años el azote de la despoblación en el medio rural. No es el único de la zona, el éxodo a las ciudades donde encontrar una oportunidad laboral no ha encontrado oposición en los pueblos que siguen luchando por mantener sus actividades. Actualmente, con 228 censados, los que viven y trabajan en la zona son cada vez menos, pero se mantienen.

En el sector primario, en la agricultura y en la producción del garbanzo de Valseca, Marca de Garantía, es donde los vecinos encuentran sus mayores alegrías. El producto es bueno, los consumidores confían y de esta forma el producto estrella de estas tierras alcanza una producción anual de 120 toneladas. Esta diminuta pero sabrosa legumbre es sin duda, el punto de referencia en cuanto a la actividad agrícola que junto a la ganadería suma puntos en la economía local de Valseca aunque el último pastor en la zona se jubiló hace un año sin encontrar relevo que se ocupara de su rebaño de ovejas.

La otra pata de la economía está representada por la industria. La presencia de empresas del sector cárnico, fabricantes de embutidos y de jamones contribuye al desarrollo financiero municipal con la presencia de empresas familiares que se han desarrollado en el entorno de la autovía A- 601. También se encuentra una fábrica de palets, dos concesionarios de marcas agrícolas y una tienda de muebles, entre otras.

Sin embargo, Valseca ha visto desaparecer con el paso de los años, otras actividades tradicionales como el pastoreo. Si en los campos próximos llegaron a pastar los rebaños a cargo de seis o siete pastores, el último dijo adiós a esta labor el pasado año con su jubilación. No hay relevo. También quedaron a atrás las actividades artesanas de panadería y bollería. Pero uno de los referentes económicos de esta tierra fueron las explotaciones de la minería de piedras.

Las antiguas minas de greda e la zona de San Medel fuente de recursos naturales como arcillas o arenas silíceas junto a la antigua cantera tuvieron un peso relevante en el devenir economía del entorno. Desde aquí se surtió de piedra caliza a la construcción de la catedral de Segovia. La extracción de piedra de la cantera fue fuente de ingresos para los vecinos. Pero el protagonismo de la piedra de Valseca se ha mantenido, pero de otra forma.

En el año 1997, se abrió al público el Geomuseo de Valseca, el primer museo geológico público de Castilla y León. El Ayuntamiento de Valseca y Andrés Díez Herrero, que cedió su colección particular (con unas 900 piezas) rubricaron un convenio para darle el lugar que merece este sector, que fue vital para el desarrollo del municipio. El Geomuseo alberga cuatro secciones: minerales; rocas; fósiles y etnogeología; además de una vitrina de contenido variable, para las nuevas incorporaciones a la colección o piezas del mes seleccionadas, como muestra del propósito de crecimiento y evolución del museo.

El químico francés, Luis José Proust, supo ver el potencial de las piedras extraídas de la cantera. Su nombre no es desconocido para los vecinos que reconocen que presencia y trabajo sobre las tierras de Valseca. De hecho, se bautizó como 'El barranco del francés' a una zona del término municipal. En estas tierras, además, hasta 1998 estuvo en activo una familia del pueblo trabajando en la cantera de arcillas donde funcionaba una fábrica de cerámicas. En la posguerra produjo ladrillos y tejas pero tras la jubilación de los propietarios, el relevo llegó de fuera y aunque se continúa con la explotación de la cantera la fábrica se despidió de sus vecinos.

El garbanzo de Valseca. La producción de esta legumbre mantiene la actividad agrícola en la zona.

Geomuseo de Valseca. Minerales, rocas, fósiles y etnogeología de la provincia de Segovia y del resto de España.

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