Segovia

Los agricultores hacen suya la AP-6 en Villacastín

Minutos antes de las dos de la tarde, decenas de personas con chalecos amarillos caminan por el arcén de la N-6 y se dirigen hacia la autopista AP-6. Completan los cientos de metros del enlace a pie y cuando llegan a la calzada de la autopista, vigilados por varias patrullas de la Guardia Civil, deciden cortar el tráfico en ambos sentidos. Es el acto de protesta de mayor envergadura que realizan, pero no el único. Durante toda la mañana, esos mismos agricultores y ganaderos han conducido sus tractores por la N-6 en el entorno de Villacastín. Circuitos de varios kilómetros por la carretera nacional, con decenas de coches por detrás, que circulan con paciencia detrás de más de medio centenar de tractores que hacen sonar sus bocinas. Algunos, además, llevan carteles de protesta en los que reclaman mejoras para el sector del campo; otros, sin embargo, tan solo llevan la bandera de España.

El tráfico lento en el entorno de Villacastín no causó mayores problemas que el retraso de varios minutos a los conductores que les tocó delante un tractor. Por eso, algunos de los agricultores y ganaderos participantes en la protesta, la mayoría llegados de la zona de Arévalo, pedían ir un paso más allá. Un acto de mayor notoriedad, más incluso que el corte temporal de alguna rotonda.

Por eso, cerca de 70 trabajadores del campo decidieron cortar la AP-6. Sin el permiso de unas patrullas de la Guardia Civil que recordaban que se trataba de concentraciones y movilizaciones que no habían sido solicitadas, los agricultores y ganaderos ocuparon todo el ancho de la calzada. La Guardia Civil se desplegó para garantizar la seguridad. A cada segundo, los coches que circulaban por la autopista de pago debían detenerse ante la llegada al punto crítico. En algunos casos, simplemente bajaban la ventanilla para conocer qué ocurría unos metros por delante; en otros, se bajaban del vehículo ante un corte de la circulación que se esperaba largo en plena hora de salida de colegios y centros de trabajo.

Con el paso de los minutos, la Guardia Civil intentaba convencer a los protestantes para que se marcharan de la zona: «Esta es una carretera de alta capacidad», le decía un agente a uno de los manifestantes. «Puede haber algún accidente por alcance y seréis los responsables», añadía para intentar lograr que despejaran la calzada. No lo consiguieron. Los cerca de 70 agricultores permanecieron inmóviles pese a que otro agente de la Guardia Civil grababa todo con un teléfono móvil para tener perfectamente identificados a los participantes. «Tenemos que hacernos notar. Si no, no conseguiremos nada», declaraban los trabajadores del campo.

A los quince minutos, varios de los asistentes consideraban que el objetivo ya estaba cumplido. «Vámonos ya. Está la prensa, nos han visto y hemos causado un impacto», le decía un agricultor a uno de los organizadores de la protesta. Pero la idea era permanecer en la calzada durante media hora.

La mayoría de los conductores atrapados en la autopista en ambas direcciones se lo tomaron con resignación. «Es molesto, pero lo entendemos. Luego vas al supermercado, ves los precios y lo que se llevan ellos... Tienen razón», decía uno de los conductores afectados. Otro, sin embargo, no era tan comprensivo. «Así estáis fastidiando al pueblo y no a los políticos», les decía desde el otro lado de la mediana a los manifestantes. «Lo que tenéis que hacer es bloquear el centro de Madrid o el puerto de Algeciras», añadía. «No podemos. No nos dejan acceder», respondían los manifestantes.

Finalmente, sobre las 14:15 horas los trabajadores del campo se retiraron de la calzada. Lo hicieron mientras los coches y camiones (también el autobús del CD Tenerife) hacía sonar sus bocinas como muestra de apoyo. Tocaba volver andando hasta Villacastín y subir de nuevo a los tractores. Esperaba otra tarde de tractorada por la N-6.

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