Segovia

Agreden con una piedra y un arma blanca a un grupo de jóvenes en Cuéllar

El alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile, permitió a los testigos de la agresión hablar tras la sesión del Pleno después del revuelo generado en la villa durante las últimas horas. Fue el padre de una de las agredidas quién contó lo ocurrido durante la noche. Según su relato, entre 20 y 30 personas se acercaron armados con «mazos, palos, cuchillos y navajas» a un grupo de jóvenes que estaba en el parque.

Según comentaron, los atacantes son un grupo formado por personas de distintas nacionalidades, algunos de ellos residentes en Cuéllar pero también de otros municipios como Cantalejo o San Miguel del Arroyo. Los participantes en la agresión tienen relación, según declararon, con la pelea que tuvo lugar el primer fin de semana de agosto en la localidad vallisoletana de Íscar.

Los asistentes a la sesión plenaria del Ayuntamiento de Cuéllar insistieron en que sus quejas no obedecen a una cuestión de racismo y señalaron que el yerno de una de las agredidas es de nacionalidad marroquí. De hecho, algunos de los jóvenes asistentes destacaron el papel que jugó esta persona, que acabó detenida y herida. «Si no hubiera sido por él nos habían matado a todos. Nos acorralaron», declaró una de las testigos de la agresión.

Padres y jóvenes declararon que una chica de 20 años y su pareja tuvieron que saltar la valla del cuartel de la Guardia Civil «para poder estar a salvo» de la agresión. Además, indicaron que el grupo de agresores intentó atropellarles con el coche.

Según el relato de los asistentes al pleno fue esta misma joven quien llamó a sus padres, que se personaron en el lugar a por ella, versión confirmada por su progenitor en el pleno. La Guardia Civil le aconsejó que se la llevara a casa con él a su domicilio de Íscar. Sin embargo, pese a que fueron acompañados por agentes de la Guardia Civil, fueron perseguidos por la carretera por el padre de uno de los agresores vecino de Cuéllar, hasta el punto de intentar atropellarles y chocar con un coche de la Guardia Civil.

«Lo que queremos es protección y seguridad», declaró el padre de la joven, residente en Íscar pero criado en Cuéllar. Aseveró que ahora los jóvenes tienen miedo incluso para salir a la puerta de su casa tras recibir numerosas amenazas de muerte en su teléfono.

El alcalde de la villa, Carlos Fraile, que ya había hablado por teléfono durante la mañana con el padre de la joven, declaró que el Ayuntamiento no puede hacer nada y dejó el asunto en manos de los juzgados para que puedan tomar medidas como una orden de alejamiento o incluso la expulsión del país.

Los asistentes al Pleno explicaron que la mayoría de los atacantes estaban identificados y que durante la mañana de ayer se habían puesto al menos una decena de denuncias sobre los hechos ocurridos la noche anterior.