El de las agencias de viaje ha sido uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria debido a las limitaciones de movilidad que esta trajo, ya fuera por orden de las administraciones o por el miedo al contagio. Un año y medio después ... del primer estado de alarma en España, estos negocios en Segovia están en condiciones de decir empiezan «a ver la luz», como dice el presidente de la asociación que agrupa a diez de estas pequeñas empresas, Luis García-Patiño.
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«Hemos notado este verano un inicio de recuperación, pero todavía es muy limitado porque el aspecto internacional y los grandes viajes están cortados. Todavía hay mucha limitación para viajar a la mayoría de países, excepto los que están dentro de la Unión Europea, que van de la mano de España en medidas covid», explica el empresario.
Por otro lado, «el turismo interno en España se ha movido bien», comenta, aunque esto no ha sido suficiente para zonas eminentemente enfocadas al turismo extranjero, como las Islas Baleares, que ha tenido en torno al 50% de tráfico del habitual o Benidorm, donde el 30% de los hoteles han permanecido cerrados: «No es oro todo lo que reluce», advierte García-Patiño, acerca del buen balance acerca del turismo nacional celebrado este verano.
Un balance más ajustado a la realidad señala que, en Segovia, las agencias de viaje han estado trabajando a un ritmo que, desde la asociación, cifran entre el 30 y el 40% del habitual. «La gravedad, entre comillas, para nosotros, es haber estado a estos niveles en la que es nuestra temporada alta, de la que muchos negocios viven el resto del año», señala el que también ostenta el cargo de presidente de Actividades Varias en la Federación Empresarial Segoviana (Fes).
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En este escenario, la federación de agencias de viajes Fetave pidió el pasado mes de mayo al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que los ERTE se extiendan, al menos, hasta el 31 de diciembre. En Segovia, muchas agencias son pequeñas y cuenta con uno o dos empleados solo, por lo que, en el momento de abrir, tienen que recuperar a toda la plantilla, pero aquellas que tienen más de dos trabajadores pertenecen acogidos a esta medida.
Es el caso de Viajes Patiño, donde la mitad de sus trabajadores, dos de cuatro, están en ERTE. «No hay volumen de trabajo para incorporar a toda la plantilla», explica el responsable de este negocio, que ya lleva más de cincuenta años al frente del mismo y reconoce que «nunca había vivido nada similar».
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Después de haber pasado los peores momentos de la pandemia, Luis García-Patiño espera que, además de una gran capacidad de resiliencia, el sector de las agencias de viajes pueda sacar como positivo de la crisis de la covid-19 una nueva puesta en valor por porta de los ciudadanos del servicio que ofrecen. A su representante le gustaría que se conociese el trabajo que han realizado estos negocios por defender los derechos de sus clientes en los peores momentos de la pandemia, una garantía que, señala, es difícil de encontrar en otras opciones, como las agencias 'on line'.
«Lo que pasó a partir de marzo de 2020 no fue cortar la actividad y ya está, como pudo ocurrir en un restaurante, la faena fue que en nuestro caso estuvimos muchos meses deshaciendo el trabajo que estaba hecho, porque teníamos como un treinta por ciento de reservas y había que cancelar, localizar al proveedor, solicitar el dinero del cliente… todo ese trabajo ha sido de las agencias físicas, gracias al trato con el cliente 'de tú a tú', ha habido que trabajar por ellos», relata el empresario.
Aunque esta medida ha ayudado mucho a las agencias, el sector reclama más ayudas, tal vez con la oportunidad que pueden suponer los fondos europeos, después de que las empresas se hayan quedado «supertocados» después de «sobrevivir año y medio soportando gastos» y sin poder trabajar prácticamente nada. «Ha habido muchos gastos que no hemos podido aliviar, y muchas empresas que llevaban mucho tiempo, que han estado siempre saneadas, ahora tienen que cargar con la losa sobre sus balances de créditos ICO, deudas… es una pena», lamenta el representante del sector en Segovia. Con todo esto en cuenta, el gremio calcula unos dos años para volver a tener una actividad «normalizada», con unos índices de facturación como los de antes de la pandemia. «El único rayo de luz nos lo ha dado la vacunación, aunque nos hubiera gustado llegar a este nivel hace cuatro o cinco meses», apunta García-Patiño. Además de unos niveles bajos de reservas, las que se hacían en estos meses pasados estaban plagadas de inseguridades, cambios y cancelaciones de última hora, algo que ha hecho muy difícil el trabajo y que parece que ya está comenzando a cambiar: «Ahora, después del verano, empieza la temporada de congresos, las empresas comienzan a hacer salidas internacionales que antes, salvo que fuera imprescindibles, las hacían de forma telemática… todo esto se está en empezando a reprogramar».
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