Un aeródromo bajo nuestros pies

Una buena parte de España tiene su punto opuesto del planeta en tierra, concretamente en el país de Nueva Zelanda. No es lo normal, pues la mayoría de los países del mundo lo tienen en el mar. «Segovia está situada en las coordenadas 40º57'N 4º'O y su lado opuesto está en la misma latitud, pero en el hemisferio sur (40º57' S) y en una longitud en relación con el meridiano de Greenwich suplementaria para los 180º, y en dirección opuesta, en el Este (180º-4,7º=175º 53'E)», explica Mario. Este punto se encuentra en el distrito de Masterton, en la región de Wellington (Nueva Zelanda).

El punto opuesto exacto de zonas representativas de Segovia, como el Acueducto, la Plaza Mayor o el Alcázar está localizado en espacios de difícil acceso, como terrenos privados con ganado, áreas de río y laderas. «Un punto fácilmente localizable es el que se corresponde con la explanada de la iglesia de San Millán, un aeródromo a cuyos propietarios tuvimos la suerte de conocer», añade el intrépido segoviano, un apasionado de la cartografía y la geografía en general.

El alcalde del distrito de Masterton, Gary Cafell, recibió a Mario y Glenda. Le entregaron una carta de su homólogo segoviano, José Mazarías, un regalo de parte del Ayuntamiento, una bandera de la ciudad, un cartel recordatorio del acto, un Acueducto de cerámica e información turística. Cafell agradeció la visita y dijo que debía ser el principio de una futura relación entre ambas ciudades. «Después nos dirigimos al aeródromo Kahuiti Airstrip. Nos recibió la familia Monk con una botella de champán para celebrar el encuentro y colocamos una bandera de España y carteles indicativos. También estuvimos en las antípodas de La Lastrilla, Valverde del Majano, Juarros de Riomoros y Cantimpalos», relata Glenda. Juarros de Ríomoros se corresponde con el núcleo urbano de Masterton.

No dejaron pasar la oportunidad de visitar la ciudad de Gisborne, al norte del país, hermanada con Valverde del Majano por la vinculación de la familia Paniora con esta localidad segoviana, pues sus miembros descienden de Manuel José de Frutos Huerta, natural de Valverde, que emigró a Nueva Zelanda en 1834. «Gracias a la ayuda de la alcaldesa de Valverde, Olga Llorente, habíamos contactado previamente con James Barnes, presidente del comité de la familia Paniora, que organizó una reunión con varios familiares y la alcaldesa de Gisborne, Rehette Stoltz. Le entregamos regalos del Ayuntamiento de Valverde». Una de las cosas que más impresionó a Glenda y Mario fue el monumento a Manuel José de Frutos, frente a la costa, donde está enterrado, cerca del pueblo de Ruatoria. «El emplazamiento es espectacular, y en la tumba hay una gran bandera de España que, a casi 20.000 kilómetros de Segovia, te hace sentir como en casa. Allí pusimos una bandera de Valverde del Majano».

El viaje ha sido, para ambos, una experiencia única. «Es muy largo, pero compensa porque todo viaje te aporta, te abre y ves el mundo con otros ojos; pero también porque para mí, que siempre he oído hablar de los antípodas porque mis padres emigraron a Australia, tiene un componente emotivo añadido», señala Glenda. A Mario lo movía su pasión por la cartografía. «Me propuse ir al punto opuesto exacto y, en vez de ir por mi cuenta, traté de involucrar a las instituciones. Ha sido una experiencia muy buena, con momentos emocionantes».