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El cuerpo del adolescente de nacionalidad ecuatoriana que falleció ahogado en las aguas del Pontón Alto hace ocho días estaba vestido cuando fue rescatado sin vida por los equipos que se desplegaron por esta zona de esparcimiento situada entre la capital segoviana y Palazuelos de ... Eresma. El joven, de quince años, también tenía puestos los zapatos y una túnica cuando se dio la mortal zambullida en las tramposas aguas del embalse segoviano.
El fallecido formaba parte de una excursión de la organización religiosa Movimiento Misionero Mundial. Tal y como informa la agenda de la web de este grupo evangelista en España, sus miembros suelen llevar a cabo excursiones a distintos puntos de España en las que se oficia el ritual del bautismo colectivo, adhiriéndose de esta forma a una de las doctrinas fundamentales de las Sagradas Escrituras, como recogen las creencias de este movimiento evangelista.
Precisamente, el pasado sábado la excursión de la organización, procedente de Madrid, se encontraba celebrando una de esas jornadas de bautismos en el Pontón Alto, un enclave al que ya habían acudido en varias ocasiones con anterioridad sin que se hubiera producido ninguna desgracia como la del pasado día 20, cuando el joven supuestamente se lanzó desde una roca, conocida popularmente como 'el trampolín', con la fatalidad de que ya no pudo salir con vida.
Una vez hallado el cadáver, se comprobó que el adolescente se había bañado vestido, incluso con el calzado puesto y cubierto con una túnica blanca, atuendo usado por los miembros de la organización religiosa en las ceremonias como las del «bautismo por inmersión, según ordenó Cristo». Así presenta en su web el Movimiento Misionero Mundial una de la doctrinas inspiradas en la Biblia sobre las que asienta sus creencias.
En este caso, recoge un fragmento del evangelio de San Mateo que explica el por qué del rito acuático. «Toda persona que sinceramente se ha arrepentido de sus pecados y ha recibido a Cristo como su salvador, debe cumplir el mandato bíblico de ser bautizado en agua. Así que no querer ser bautizado en agua, conforme lo ordenó el Señor, es desechar los designios divinos».
Cabe recordar que, según varios testigos presentes en el Pontón Alto, el menor, que al parecer apenas tenía nociones de natación, se encontraba jugando con varios amigos en la zona. Era una tarde muy calurosa. Tras arrojarse de la roca situada a unos cuatro metros del agua, desapareció de la vista de sus compañeros de excursión, quienes dieron voz de alerta.
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