Adiós a un médico inolvidable

La alcaldesa de Cantimpalos, Inés Escudero, abrió el acto con unas palabras de agradecimiento hacia Raúl Fernández Lambea, y después lo hicieron Marina de la Infanta, Miriam Otero y una vecina, en nombre de todos los pacientes.

Todos ellos coincidían en que Fernández Lambea ha vivido su profesión «de forma activa, esforzada e ilusionada» y ha sido un ejemplo de «bondad, sensibilidad y cordialidad con sus pacientes». Uno de los textos decía: «Con este cálido y sencillo homenaje, los vecinos de Cantimpalos queremos trasmitir al médico que se jubila el calor del pueblo, el agradecimiento por tantas horas de trabajo, la gratitud y el cariño forjado a lo largo de los años». Los aplausos se prolongaron durante varios minutos.

Finalmente, el ya exmédico de familia leyó una carta dirigida a los vecinos, en la que destacaba que estos 31 años han sido un camino largo pero muy fructífero. «Trabajé como único médico para toda la población 18 años y 13 más compartiendo con otros compañeros. Ha sido un placer convivir con vosotros, siempre estaréis en mi corazón y en mi mente». La alcaldesa le hizo entonces entrega de dos placas, una como dedicatoria de los años de servicio en Cantimpalos, y otra para que permanezca en la estancia donde hasta ahora ha pasado consulta, con el fin de mantener viva y presente la figura de un médico «inolvidable». A la salida, todos le felicitaban con incontables gestos de cariño y agradecimiento. El médico estaba muy emocionado al ver a tanta gente y decía «en el homenaje me sentí muy querido y en cada abrazo, un reconocimiento emocionado hacia mi persona». Como colofón, pasaron al salón multiusos para tomar un vino español ofrecido por el Ayuntamiento.