La actividad en el sector de la fotografía retoma los niveles previos a la pandemia

El año 2020 fue el de las suspensiones y el 2021 el de los retrasos. «Empezaron tarde», comenta, y las normas en cuanto a mascarilla, distancia social y aforo estaban vigentes, con lo cual la gente posponía los eventos y se aglomeraban a finales de verano. Este año, sin embargo, es el de la normalidad. «Está todo en orden». No hay cambios de fechas. «Si uno se casa en julio, se casa en julio». No hay restricciones y por lo tanto no hay variaciones del número de invitados.

En cuanto al futuro, Misis desea que no haya más problemas. «Lo única incertidumbre que hay es la que nos está creando la vida, los gobiernos, las guerras...». Y la inflación de precios de cara al invierno. La luz o la gasolina es lo que más afecta al sector de la fotografía. La luz si tienen mucha maquinaria y la gasolina porque «los eventos no son a la puerta de casa, el desplazamiento ya lo incrementa». De hecho, los presupuestos incluyen un precio pactado de gasolina, pero ese acuerdo puede ser de hace meses, cuando la gasolina tenía un precio menor, así que «en vez de pagar en la factura de la gasolina a llenar el depósito a cincuenta euros puede que lo estés llenando a noventa». El verano es la temporada alta de celebraciones y en invierno, el sector fotográfico se gana la vida con el estudio para hacer sesiones, revelando fotografías, fotos de carné y pasaporte, exposiciones o colaboraciones con medios, entre otros. «Los meses más flojitos normalmente para nosotros son enero y febrero», confiesa Nacho Valverde, fotógrafo con estudio propio en Segovia. «El invierno se prevé duro para todos los sectores y para el nuestro todavía más porque es en esos meses en los que la gente no se gasta el dinero».

Un punto a favor para salvar el invierno es el revelado de carretes. «A la gente joven le está dando por lo 'vintage'», apunta el presidente de la asociación. Confiesa que la compra y el revelado de carretes y revelado en blanco y negro son una parte importante de sus ingresos en los meses más duros. Otro punto a favor es que la gente les suele contratar a ellos en días señalados y no a fotógrafos 'amateurs' con un móvil o cámara. «En los eventos importantes se cuenta con los profesionales». Además, señala que la calidad de los móviles es buena pero «todavía no llega a la calidad que da una cámara profesional, con una óptica buena y una posproducción en condiciones». Otro problema es el intrusismo laboral. «Es un poco triste, sobre todo, la competencia desleal». El presidente de la asociación señala que, para no desactualizarse, hacen eventos y talleres de fotografía porque es un oficio en constante movimiento. «Nos estamos reciclando y tratamos de estar al día. Se trata de estar en la vanguardia».