Los accidentes de tráfico causados por el alcohol se duplican en solo cinco años

Una persona perdió la vida a lo largo de 2024 en la provincia tras ponerse al volante después de haber tomado bebidas alcohólicas. En total, fueron nueve los fallecidos en las carreteras segovianas, pero en ningún otro caso se detectó la presencia de esta sustancia psicoactiva. Así lo confirma la Jefatura de Tráfico en Segovia, quien advierte sobre el preocupante repunte de accidentes de tráfico -con fallecidos y víctimas- que se están notificando con el alcohol como un factor concurrente.

La pandemia ha supuesto un antes y un después en muchas esferas de la vida. Cauasas hay varias, pero este periodo también ha supuesto un destacado aumento de conductores ebrios. Esto se debe a que en 2019 y 2020 se contabilizaron 16 y 14 accidentes de tráfico, respectivamente, que fueron motivados por el alcohol. La última estadística, que se corresponde con los datos el último ejercicio cerrado, eleva la cifra a 28. Son el doble de siniestros viales que hace apenas cinco años.

La DGT insiste en que la única tasa realmente segura es de 0,0 gramos de alcohol por cada litro de sangre. Los umbrales que permite la actual normativa son ligeramente superiores, pero todo puede cambiar en los próximos meses. Esto se debe a que el Congreso tiene previsto debatir este mismo martes la reducción del límite legal de alcohol a un estándar que prácticamente imposibilitaría beber a aquel que después quiere ponerse al volante de un vehículo.

Tráfico concluye que «si beber y conducir se convierte en algo habitual, que el accidente se produzca es una mera cuestión de tiempo». Existe la percepción de que el riesgo de accidente se asocia únicamente a niveles de consumo muy elevados, pero sus efectos negativos sobre la capacidad de conducir se observan incluso con niveles bajos de consumo, como es la pérdida de control, la disminución de la percepción del riesgo o el deterioro de la función psicomotora, explica el organismo estatal.

A día de hoy, alrededor del 8% de los accidentes que se registran en la red viaria provincial -un total de 340 el año pasado- tienen presente el alcohol como factor concurrente en la conducción. Es una proporción que, independientemente del número de siniestros que se hayan anotado con el paso del tiempo, ha experimentado un destacado incremento. En 2023, la presencia del alcohol en los percances de tráfico era del 6,5%.

Esta sustancia psicoactiva, muy presente en la sociedad, no solo es un factor de riesgo implicado en los accidentes de circulación, sino que también está relacionado con unos pronósticos más graves. Aproximadamente uno de cada diez fallecidos en carretera en Segovia dan positivo en alcoholemia en las pruebas realizadas. La estadística suma una víctima mortal por este motivo en 2020, 2021 y 2024. En 2023 no se apuntó ninguna, pero en 2022 fueron dos personas las que perdieron la vida en el asfalto al conducir ebrias.

La presencia de alcohol en sangre acompaña a entre un 9% y 12% de los atestados con heridos, tanto los que requieren hopitalización como los que son dados de alta en el lugar. El jefe de Tráfico, Pedro Pastor, detalla que el porcentaje de denunciados por dar positivo en exámenes de sustancias estupefacientes o alcohol durante las campañas de vigilancia realizadas en Segovia es «bastante más bajo» que el promedio nacional. Sin embargo, la DGT se mantiene muy vigilante al dispararse en los últimos meses las multas por conducir ebrio: de 559 en 2022 hasta las 827 que arroja el recuento del último ejercicio cerrado.