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Álvaro Gómez san Frutos
Segovia
Miércoles, 24 de octubre 2018, 14:16
Un jabalí que sale de su zona habitual o un perro doméstico que se escapa de su dueño se convierten en obstáculos imprevistos para los conductores en el momento en que pisan el asfalto. Si le añades la falta de atención al volante, en algunas ocasiones fruto de distracciones o incluso del cansancio posterior a la jornada de trabajo, el resultado puede ser fatídico. Entre los años 2014 y 2016, fueron 1.134 los accidentes ocurridos en las carreteras de la provincia por choque con animales de los que tiene constancia la Jefatura Provincial de Tráfico de Segovia, y aunque no pueden ofrecer aún datos del año pasado y de este 2018, la tendencia es similar a la etapa documentada según explican. Los siniestros ocasionados tras arrollar animales han crecido anualmente, pues los 465 del año 2016 suponen un incremento del 50% respecto a los 309 de dos años atrás. Por lo tanto, cada vez es mayor el peligro, ya que viajar a cien kilómetros por hora y chocar de frente con un animal (un caballo, por ejemplo, pesa más de media tonelada) genera un impacto que puede tener consecuencias muy graves.
De hecho, estos accidentes ocurridos del 2014 al 2016 ocasionaron 17 heridos, con una persona fallecida en 2015, tras colisionar una ambulancia con una vaca y perder la vida una mujer de avanzada edad que estaba siendo trasladada en el vehículo. Según el jefe provincial de Tráfico de Segovia, Pedro José Pastor, los accidentes causados por el atropello de animales son una parte importante de los siniestros totales en las carreteras de Segovia. Los 465 ocurridos en 2016 suponen el 27,9% del total, es decir, uno de cada cuatro incidentes de tráfico estuvo relacionado con el choque de vehículos con animales.
La provincia de Segovia registró el 5,44% de los accidentes de tráfico con animales implicados en las carreteras de la región entre los años 2012 y 2017, ambos incluidos. El porcentaje es similar en cuanto a las víctimas, pues Segovia tuvo 40 de las 698 de todo Castilla y León. Los datos fueron aportados por el Gobierno en una respuesta parlamentaria a los diputados de Ciudadanos y han sido recogidos por la Agencia Efe. En ellos puede observarse que los accidentes causados por el choque o atropellos con animales de la región suponen el 36,2% de los del total de España. Uno de cada tres, por tanto, se produjo en Castilla y León, durante el periodo estudiado, siendo Burgos y León las que encabezan el ranking, no solo de la comunidad sino de toda España, con 10.316 y 9.074 respectivamente. Segovia es la segunda provincia con menos accidentes (2.372) y tan solo Valladolid, con 2.221 tuvo una cifra inferior. De esta manera, en Segovia se produjeron el 5,7% de los accidentes de tráfico causados por animales entre 2012 y 2017. En cuanto a víctimas, fueron 40, seis veces menos que las 257 que hubo en León. SoloZamora y Soria, con 36 y 28 víctimas, tuvieron menos que la provincia segoviana. En cuanto a personas fallecidas en estos siniestros, en los seis años estudiados fueron siete en la región, una de ellas en Segovia. El resto se reparten en Ávila, Burgos, León y Salamanca, con una víctima, y Zamora con dos fallecidos en este periodo. Fueron, por lo tanto, el 25% de los fallecidos en los siniestros a nivel estatal.
La mayoría de estos accidentes (84,7%) se debieron a la fauna silvestre, siendo más de la mitad de ellos causados por corzos, que originaron 490 de estos siniestros, y otra gran parte generados por el choque de vehículos con jabalíes. Una muestra más del incremento de estos siniestros es que en 2014 fueron 131 los causados por corzos y, en 2016, la cifra ascendió a 218. Otro dato a destacar es que en ese año hubo dos sucesos causados por el atropello de lobos. En cuanto a los animales domésticos, presentes en 159 de estos sucesos, la gran mayoría fueron perros (101), y el resto se repartió entre vacas (siendo 14 de las 31 en el 2014) y caballos. De los accidentes que tiene constancia la Jefatura de Tráfico durante esta etapa, 15 no fueron identificados ni como silvestres ni como domésticos por su desconocimiento.
Las medidas preventivas son varias pero no destacan por su eficacia. La dificultad en controlar el paso de los animales por las carreteras resulta una tarea complicada según explica Pastor, quien detalla que alguna de las acciones que llevan a cabo son la emisión de sonidos por la zona que molesten a los animales para no acercarse a las vías, o la colocación de orines de animales depredadores para poder ahuyentarles.
Pastor indica que se prueban muchos sistemas pero «es muy complicado porque por ejemplo corzos hay por toda la provincia». Las recomendaciones de Tráfico pasan por extremar las precauciones, reducir la velocidad e ir muy atento para poder frenar o esquivar el animal en las zonas donde la posibilidad de que invadan la carretera es alta. El jefe de Tráfico extiende estos consejos a los ciclistas, pues recuerda que uno de los últimos fallecidos en accidentes causados con animales fue una persona que iba en bicicleta por una pendiente pronunciada y chocó con un corzo. Este siniestro ocurrió en el término municipal de Rascafría, en la Comunidad de Madrid, a comienzos del mes de agosto.
«Lo principal es intentar esquivar al animal, aunque si viene un vehículo de frente hay que frenar», explica Pastor, quien indica que «hay que tener cuidado con la maniobra evasiva porque a veces puedes perder el control del vehículo». Otro aspecto a tener en cuenta como es evidente es el tamaño del ejemplar, puesto que «colisionar contra un caballo o una vaca puede tener consecuencias en el vehículo y ocupantes muy serias». Las zonas con peligro de aparición de este tipo de animales están señalizadas pero «a veces, aunque no lo estén, vamos por zonas que se puede presumir que pueda aparecer alguno y lo que hay que hacer es reducir la velocidad e ir muy atento».
Además, conviene extremar el cuidado al conducir en las horas más comunes en las que suelen aparecer los animales, que son las que no hay luz. El 65% de los choques con animales en este periodose produjo de noche, entre la puesta y la salida del sol, cuando resulta más difícil vislumbrar a los ejemplares silvestres en la carretera. Otro dato que maneja la Jefatura Provincial de Tráfico es el mensual, que indica que de octubre a diciembre se produce una media de 130 accidentes al mes, cifra considerablemente superior a los 85 del resto de los meses del año.
La vía de la provincia donde se registraron más accidentes en este periodo fue la nacional N-110, con 303, una cuarta parte del total. Le sigue la CL-603, con 71; la SG-205 con 70 o la A-1 con 62 siniestros. Otras carreteras con mayor presencia de este tipo de sucesos son la A-601, la CL-605, la N-603, la CL-601 o la N-VI.
En estos sucesos ocurridos en carreteras de la provincia, la responsabilidad es del conductor en la mayoría de los casos, a excepción de algunos particulares, como por ejemplo durante una batida. En cuanto al atropello de mascotas en ciudad, es necesario analizar la situación para saber quién ha sido el culpable. «Si por ejemplo un perro, que debe ir debidamente atado, se suelta y se mete debajo del coche, evidentemente no es achacable al conductor», explica el jefe provincial de Tráfico. «Los conductores están obligados a mantener el control del vehículo en todo momento, pero hay veces que es imposible evitar el atropello», indica.
En cuanto al modo de actuar, si el animal ha quedado en la calzada, es necesario comunicarse con la Guardia Civil o el Servicio de Emergencias 112 para que acudan a retirarlo. Durante el tiempo que tarden en llegar, es necesario señalizar de manera visible el obstáculo en la carretera para evitar que otros conductores colisionen con él, aunque es preciso también tener precaución si el animal permanece con vida puesto que, según Pastor, «hay determinadas especies que son peligrosas y, al estar heridas, se pueden volver más peligrosas aún».
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