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claudia carrascal
Segovia
Sábado, 12 de junio 2021, 19:06
Cerca de la mitad de los accidentes de tráfico de la provincia tienen como origen la colisión con animales o se producen al intentar esquivarlos cuando aparecen en la calzada. El principal riesgo en estos casos es que los animales son imprevisibles por lo ... que la responsabilidad no solo recae en el conductor. De media, cada día dos conductores en la provincia tienen un accidente por la aparición en su camino de corzos, jabalís, caballos, ovejas o vacas, entre otros. El jefe provincial de Tráfico en Segovia, Pedro Pastor, afirma que la situación es preocupante, ya que este tipo de percances sigue aumentando. El año pasado se registraron en la provincia 737 accidentes con animales, lo que supone 30 más que en 2019, cuando la cifra fue de 707.
Unos datos poco alentadores si se tiene que cuenta que el tráfico llegó a reducirse durante los cuatro meses que duró el estado de alarma un 50% los días laborales y un 80% los fines de semana. Sin embargo, Pastor indica que esta disminución de la movilidad y la supresión de gran parte de la actividad económica y social provocó un incremento considerable del número de animales. Además, si se compara la cifra de 2020 con la de hace 10 años se puede observar esta tendencia al alza, ya que en 2010 hubo 290 siniestros de estas características, es decir, un 60% menos que en la actualidad.
La buena noticia es que la última década tan solo se ha producido un accidente con víctimas mortales. Ocurrió en 2016 cuando una ambulancia colisionó con un caballo y la persona a la que transportaban en la camilla murió a causa del golpe, según relata el jefe de la DGT en la provincia. Asimismo, señala que en ese periodo la cifra de heridos graves también fue baja, ya que solo cinco requirieron hospitalización y un total de 58 personas resultaron heridas leves. «Afortunadamente en la mayoría de los accidentes de este tipo no se producen lesiones personales graves, los daños más serios suelen ser materiales, pero hay que ser muy cautos porque se producen demasiados», recalca.
Una de las zonas en las que, según los datos de la DGT, hay más sucesos con fauna implicada son la N-110, que pasa por Ayllón, Riaza o Torrecaballeros hasta Villacastín. También en la SG-205, que va desde Cuéllar pasando por Hontalbilla o Cantalejo hasta enlazar en Cerezo de Abajo con la N-110. Otro punto de concentración de accidentes es la CL-603. En este caso recorre algunos municipios como San Miguel de Bernuy, Navalilla, Fuenterrebollo, Cantalejo y Cabezuela. No obstante, reconoce que hay otras vías como la A-1, la A-601, la CL-601 y otras cercanas a la sierra o ubicadas en zona pinares en las que estos percances son frecuentes.
Entre las ocho de la tarde y la medianoche es la franja horaria en las que se produce un mayor número de atropellos de animales y es que, tal y como explica Pastor, en estas cuatro horas se concentran un tercio de estos accidentes. Otros momentos del día con riesgo elevado son de 16 a 20:00 horas y de 4:00 a 8:00 de la mañana. Por meses, noviembre y septiembre han registrado mayor siniestralidad en los últimos años debido a la mayor movilidad de los animales, y en mayo disminuyen, en parte porque es la época de cría para un elevado número de especies.
Estos datos varían si se tiene en cuenta el atropello de animales de menor tamaño, que no suelen provocar accidentes. Según el presidente del Colectivo Azálvaro, José Aguilera, en el caso de especies cinegéticas como corzos o jabalís las épocas de caza hacen que los animales estén más alterados y se muevan más. Por su parte, la fauna silvestre responde a criterios biológicos por lo que el pico de mortalidad lo registra entre abril y septiembre, que es cuando «buscan nuevos territorios y se produce la dispersión de las crías».
Aunque en diferentes puntos del país la DGT está haciendo pruebas para analizar la viabilidad de determinados productos para ahuyentar a los animales de las zonas de paso ubicadas en calzadas, Pastor insiste en que la velocidad es el principal factor de riesgo. De hecho, confirma que a 80 kilómetros por hora se puede esquivar a un animal que aparezca a 30 o 40 metros de distancia, pero a una velocidad mayor «no hay tiempo para tomar decisiones y es muy complicado evitar un accidente».
Siguiendo esta recomendación, en caso de no poder impedir el choque al conductor le daría tiempo a reducir de forma considerable la velocidad y, por tanto, «las probabilidades de lesiones personales se minimizan e incluso desaparecen». A pesar de que los kilómetros pueden marcar grandes diferencias en caso de accidente en carreteras convencionales, «la gente alcanza los 120 o 130 y en muchas ocasiones cifras superiores», lo que genera que el 70% de los accidentes de tráfico con víctimas se produzcan en estas vías.
Por otra parte, informa de que instalar en el coche un silbato que emite ultrasonidos suele dar buenos resultados, pero en cualquier caso lo primordial es «evitar distracciones y no pisar el acelerador». Además, para advertir a los conductores de los puntos de mayor riesgo, la DGT ha reforzado la señalización indicando la posibilidad de que los animales crucen por la calzada.
Garantizar el buen estado de conservación de las carreteras o la eliminación de obstáculos en las lindes del trazado son otras de las acciones que ayudan a evitar daños. En autovías y autopistas hay menos accidentes de este tipo porque las vallas que se instalan a ambos lados impiden el paso de gran parte de los animales, aunque «siempre hay alguno que se cuela», matiza. En cuanto a las recomendaciones sobre cómo se debe actuar en estos casos, insiste en que nunca se debe tocar el claxon ni cambiar de repente las luces para evitar asustarlos. También es fundamental no frenar de forma brusca o dar un volantazo, ya que se puede invadir el sentido contrario con riesgo evidente de colisión contra otro vehículo o contra algún objeto. Además, con este tipo de maniobras lo más probable es salirse de la carretera e incluso provocar que el coche vuelque. Por último, si la colisión es inevitable aconseja girar la dirección para que el choque no sea frontal, así como dejar de pisar el freno con el propósito de que el morro del vehículo se levante y lograr que el animal no se introduzca en el habitáculo.
Los corzos y los jabalís ocasionan más accidentes graves en la provincia, aunque Pastor advierte de que una colisión con un caballo o con ganado vacuno tiene más probabilidades de ser letal porque su peso es mayor. Otros de tamaño mediano como zorros o perros grandes también entrañan riesgos y es que si se meten debajo del vehículo pueden hacer que el conductor pierda el control.
Desde el Colectivo Azálvaro iniciaron en 2016 un estudio sobre el atropello de animales en la SG-500 con el fin de detectar los daños que causan los vehículos a la biodiversidad en una zona protegida. Su presidente, José Aguilera, comenta que los datos de la DGT solo tienen en cuenta los atropellos que implican un accidente de tráfico, por lo que el número real es muy superior.
Gracias a su análisis 'in situ', detectaron en 4 años cerca de 145 animales muertos a causa de atropellos en un tramo de 13 kilómetros de la SG-500. Por su parte, la DGT en 3 años tan solo contabilizó 11 en este mismo lugar. Entre 2014 y 2020 la agrupación ha contabilizado un total de 290 muertes de animales a causa de vehículos y recuerda que a estas cifras habría que añadir todos aquellos animales heridos que logran escapar, pero que acaban muriendo fuera de la calzada.
Entre las propuestas destacan la adecuación de la señalización, haciendo referencia a la presencia de fauna silvestre protegida, al paso de animales en libertad y al paso de ciclistas o la limitación de la velocidad a 60 kilómetros por hora. En su opinión, es fundamental que se establezca una restricción adecuada de velocidad porque desde el ámbito político se está vendiendo esta reforma como una alternativa rápida al peaje, un planteamiento que califica de «erróneo» porque «podría contribuir a triplicar el tráfico que pasa por la travesía de San Rafael». También reclaman la prohibición de circular a vehículos pesados destinados al transporte de mercancías.
El Colectivo Azálvaro se ha comprometido a redoblar sus esfuerzos dentro del proyecto SAFE y, para ello, van ampliar el área de estudio a otras vías de riesgo como la N-VI Espinar-Adanero en un tramo de 45 kilómetros, la N-110 Villacastín-Segovia de 30 Kilómetros, y un tramo idéntico de la N-603 que va desde Guadarrama hasta Segovia.
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