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La Academia de Artillería estrena curso con 300 alumnos y bajo techoAlrededor de 300 alumnos estrenan curso en la Academia de Artillería, aunque en el acto solemne de inauguración tan solo pudo contar con la presencia de 137 alféreces cadetes y sargentos alumnos. La previsión de lluvia y viento obligó a trasladar la ceremonia a uno ... de los salones del Alcázar, lo que no impidió recordar a los estudiantes la necesidad de nutrirse de aprendizaje para «atreverse a tomar decisiones asumiendo riesgos». Un aspecto que cobra mayor importancia en la actualidad, cuando se viven «tiempos revueltos».
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Ana María Criado
Así lo aseguró este viernes el teniente coronel director de la Academia, Felipe Barahona, quien remarcó la obligación que tienen los alumnos artilleros, así como los oficiales y suboficiales, de «estar preparados para tomar decisiones muy complicadas, en situaciones de aislamiento o con un entorno cambiante». A su juicio, esta coyuntura conlleva a que la formación «deba ser todavía más rigurosa».
Desde hace 259 años, y salvo los «dos periplos» ocasionados por la Guerra de la Independencia española, la institución militar celebra la inauguración del curso en el Alcázar. En esta ocasión, la ceremonia no pudo llevarse a cabo en el patio de Armas -como estaba previsto-, sino que se tuvo que trasladar al salón de Reyes ante la amenaza de lluvia. Sus dimensiones reducidas imposibilitaron que los aproximadamente 300 alumnos que cada año se asientan en la ciudad para realizar sus estudios estuvieran presentes en la inauguración. «Solo han venido los cursos que egresan: quinto, con 47 artilleros, y tercero, con 90», explicó Barahona.
Las inclemencias deslucieron en cierta medida una de las jornadas más importantes para sus protagonistas, pero esto no obstaculizó la entonación del himno con gran pasión y la impartición de la primera de las lecciones del curso a cargo del jefe de estudios de la Academia, Francisco José Martín Moya, quien enumeró los principales hitos de la ciencia artillera -muchos de ellos con escenario en Segovia-, sus personalidades y los pilares de la enseñanza: competencias, liderazgo y formación integral. Todos ellos, enmarcados en la transformación digital.
«Si pensastéis que a este hermoso uniforme estaba anejo el desprecio del estudio, la galantería en el trato, la conquista de estrados y el poco respeto a las cosas de la devoción, os equivocasteis», pronunció, en referencia a las palabras del primer profesor del Real Colegio, José Antonio Eximeno. «Sabed que sois llamados al trabajo del estudio, a la fatiga de la campaña y a la virtud», afirmó, a la vez que insistió en el espíritu de equipo y superación que lleva aparejada la labor artillera.
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