Mientras su entorno cambia, Abades se mantiene. Es el lugar del arraigo, un término del que presume su alcaldesa, Magdalena Rodríguez. «Nos gusta mucho nuestro pueblo, no nos vamos salvo que no nos quede más remedio». Lo ilustra en el seguimiento fiel a las tradiciones: bailar la jota de una forma determinada, que las mujeres sean referencia provincial en los bolos, que los quintos pidan la rosca como toda la vida o la romería del 4 de junio, una cita obligada en el calendario. Esa identidad es una responsabilidad contra la amenaza que supone la despoblación
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A cuarto de hora de la capital, este pueblo que no llega al millar de habitantes –unos 850 tras perder casi a medio centenar en lo peor de la pandemia– ha logrado una estabilidad demográfica sin los grandes proyectos inmobiliarios de municipios vecinos como Valverde del Majano u Hontanares de Eresma. Décadas atrás, el pueblo se sostenía con pequeñas instalaciones agrícolas; actualmente, el principal empleo de sus vecinos está en el entorno de Segovia, aunque subsisten seis explotaciones ganaderas y su término municipal acoge a Octaviano Palomo, una de las industrias agrarias más importantes de la provincia. Abades también es conocido por sus cuadrillas de la construcción.
La residencia de ancianos, privada, es la que más puestos de trabajo genera en el municipio. Cuenta con 80 residentes y en torno a medio centenar de trabajadores; la mayoría, vecinos. «Da vida al pueblo porque salen de paseo y las familias van a los bares, consumen», subraya la alcaldesa. El Ayuntamiento tiene un número de plazas concertadas.
El casco histórico cuenta con pocos habitantes y las nuevas viviendas se están construyendo en las afueras. Tras un convenio con la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento hizo 19 viviendas de protección oficial, todas están ocupadas, y cuenta con suelo urbanizable residencial disponible para desarrollarlo si surge la ocasión, algo que marcará la demanda de población.
El mantenimiento de la población joven es un aspecto clave. El Ayuntamiento bonifica en un 95% la licencia de obras para quienes construyan su primera vivienda y tengan menos de 35 años y da una ayuda para el fomento de natalidad de 600 euros para el nacimiento del tercer hijo. La guardería es a demanda de los padres, ya sea requerida a las siete de la mañana o a las siete de la tarde, con el objetivo de «conciliar la vida familiar y que la gente se quede aquí a vivir». El comedor escolar ahonda en la misma idea.
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Como en tantos pueblos, el reto es demográfico. La alcaldesa habla de mantener y, si se puede, aumentar la población. «Eso pasará por intentar fijar algún tipo de industria que genere puestos de trabajo. A la vez que implementar los servicios, claro».
La residencia de ancianos Supone la principal fuente de empleo del municipio y una opción digna para sus vecinos.
Fijar algún tipo de industria Es un aspecto clave para asentar y aumentar la población en los próximos años
Web www.abades.es
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