Segovia
Unos 8.000 espectadores disfrutaron de la última Muestra de Teatro AficionadoSegovia
Unos 8.000 espectadores disfrutaron de la última Muestra de Teatro AficionadoLa Muestra Provincial de Teatro, una apuesta de la Diputación Provincial que acaba de cumplir 26 años y que cierra el ciclo anual de los grupos segovianos, obtiene siempre una espléndida respuesta de público. La última edición, celebrada en noviembre en el teatro Juan Bravo, ... convocó a alrededor de 8.000 espectadores. Fueron 17 representaciones que prácticamente agotaron todas las entradas, informa el diputado de Cultura, José María Bravo.
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Cada año se trata de absorber al cien por cien de los grupos de teatro aficionado de la provincia para que puedan actuar, aunque, en ocasiones, por cuestión de fechas, no todos pueden asistir. Es tal la demanda para actuar, que además de los viernes y sábados, días preferidos por todos los grupos, se han abierto fechas los jueves e incluso algunos miércoles y domingos.
Es tal la demanda de grupos y público, que ya se está trabajando en la edición del próximo año, en la que seguramente se abra la muestra a finales de octubre y se pueda prolongar incluso hasta el primer fin de semana de diciembre. «Cada vez hay más grupos. Quieren actuar en el Juan Bravo porque su meta es poder representar en un teatro profesional. Para ellos es un orgullo y para nosotros también», señala Bravo.
Y así lo sienten todos los grupos que pasan por el teatro, que muestran la ilusión y la motivación que supone para actores, actrices y directores no profesionales su paso por las tablas del Juan Bravo, un teatro que durante el mes de noviembre alberga comedias, adaptaciones de obras clásicas y obras escritas por los directores de los grupos, una amalgama que también facilita que los pueblos estén vivos a través del teatro.
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«Es una experiencia increíble», señala Daniel Gómez, director del grupo de teatro Nuevos Horizontes, de Fundación Personas en Cuéllar, que lleva participando en esta Muestra Provincial desde sus inicios. Gómez destaca cómo sorprende la existencia de profesionales de sonido, iluminación, sala, sin olvidarse de que es un «teatro en condiciones», con sus asientos, entradas, e incluso los nervios de antes. «Vamos a otros certámenes, pero somos un grupo amateur, y los actores, cuando vamos a Segovia, están encantados», apunta.
En esta ocasión pusieron en escena 'Esto no es una peli romántica', una obra que se adapta para el grupo. Es el director quien se encarga de adaptar o buscar obras ya creadas, realizando las modificaciones necesarias para los actores, teniendo en cuenta las capacidades de cada uno. Para ensayar utilizan uno de los centros que Fundación Personas tiene en Cuéllar, pero también aprovechan una de las salas de la Casa Joven e incluso en sus casas si es necesario. Para esta obra, «que costó un poco más», ensayaban tres tardes a la semana de cinco.
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El trabajo con este grupo, formado por nueve chicos y chicas, es como el de cualquier otro. «Empezamos reuniéndonos todos en una mesa y leyendo el guión», y cuando van calando las frases, comienzan con el atrezo, los movimientos y la puesta en escena, jugando con los tiempos. Además, poco a poco van introduciendo tecnología, con grabaciones de los propios actores para quitarles algo de carga, sin olvidar que con el teatro trabajan lectura, memoria, atención y enfrentarse al miedo escénico. También entre todos elaboran los decorados y los atrezos, realizando una actividad manipulativa y trabajando la motricidad fina, por lo que el taller de teatro «es una actividad muy completa».
También lo es para los miembros de Teatro Antares, de Olombrada, que pusieron en escena 'Pelópidas con ton y son' hacia la mitad del ciclo. En su caso, la intensidad se debe a los ensayos, que para esta obra se realizaron con trece actores y actrices, ante los cuales su director, Fernando Cárdaba, se quita el sombrero. Para coincidir, los ensayos se programan por la noche, lo que hace que la energía sea otra. «Es complicado, pero todo el mundo hace un esfuerzo por ir al ensayo», cuenta.
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La del Juan Bravo fue una actuación tras la que salieron «muy contentos» ante el llenazo, además de «muy satisfechos con su trabajo», tal y como afirma el director del grupo, que hace hincapié en la ilusión que supone para aficionados actuar en un teatro de esas características. Cárdaba destaca cómo les impresiona ser recibidos por los técnicos, el personal de carga y descarga, el de sala… y cuestiones como tener un camerino profesional o ver cómo el público va llenando el teatro, lo que al principio produce temor, pero el momento de los aplausos y las risas «es mucho más placentero».
En esta ocasión se optó por una comedia, pero elegir las obras es «casi lo más complicado de todo». Cárdaba señala que comienzan a reunirse cuando apetece hacer un nuevo montaje, para leer una vez cada dos semanas, y se van llevando propuestas de obras que puedan encajar en el número de participantes. «Como la mayoría de las veces hay mayoría de mujeres, hay que buscar obras que se puedan adaptar o que tengan más personajes femeninos y eso es complejo».
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Y no fue leyendo, sino acudiendo al teatro, cuando Jesús Arias, que dirige el grupo La Hacendera, de Cabezuela, descubrió 'Piedrecitas azules', obra escrita por Antonio Martínez que le enamoró hace una década. Ya la dirigió con otro grupo en Madrid, por lo que la conocía al dedillo, y, tras hacerse cargo del grupo de Cabezuela y realizar dos sainetes el año pasado les propuso la posibilidad. Arias asegura que al principio «hubo un poco de resistencia», pero empezó a ensayar con los niños y después consiguió que se apuntaran las madres, hasta llegar a los trece miembros, entre los que se encuentran actores aficionados de entre los 8 y los 80 años. Ya están pensado en los estrenos del próximo año, que posiblemente sean dos obras, una para el grupo más antiguo y otra para los más jóvenes, e incluso en la posibilidad de incluir algo de musical.
Según Arias, actuar en el Juan Bravo supone «sentirse importante, valorado y orgulloso, porque representas a tu pueblo, a tu comunidad, y la cultura es muy importante y la estamos descuidando», afirma, destacando que fueron muchos los vecinos de Cabezuela que también se desplazaron hasta Segovia para ver su actuación. Además de destacar el papel de los técnicos, el director de La Hacendera hace hincapié en que la experiencia «es algo que no se olvida, es imposible que se olvide».
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Para Bernardo Ladrón, integrante del grupo segoviano Par Cour, «es una oportunidad tremenda que grupos de aficionados podamos estar en el Juan Bravo, uno se siente genial, es un teatro de verdad, te sientes un poco como un profesional», destacando la belleza del lugar y que se actúa ante más de 400 personas, cuando lo habitual en los grupos aficionados es actuar ante, como mucho, un centenar.
Par Cour es una asociación de Segovia surgida del taller municipal de teatro con Maite Hernangómez como directora. Su jubilación y la pandemia hicieron mella en el grupo, por lo que varios de los antiguos alumnos intentaron mantener su afición por el teatro. «En principio, lo hicimos para poder seguir haciendo cosillas, y con la inercia y el impulso surgió la idea de todos los años poder realizar una obra». Así, cada año, un grupo de aficionados se sube a las tablas. No son una formación fija; depende de la disponibilidad de aquellos aficionados. Hay quien se anima a dirigir y van surgiendo las obras, como 'Sin piedad', que el año pasado llevaron al Juan Bravo cerca de una quincena de personas. Este año los actores se han reducido, pero se espera poder contar con más para el próximo año, cuando ya se está pensando en «una obra con muchísima gente, una producción muy currada, una cosa muy pretenciosa de comedia, que es 'Mortal Kombat, el musical', proyecto que ya han empezado a mover.
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Otro de los grupos que se sube cada año al escenario del Juan Bravo es Mandala, de Nava de la Asunción, formado únicamente por mujeres, cinco en estos momentos, que representan obras escritas y dirigidas por una de ellas, Ana Mayo, quien se encarga de preparar unos textos específicos con papeles para féminas, puesto que «una obra para cinco mujeres es muy difícil de encontrar», explica Mercedes Sáiz, una de las integrantes del grupo. En esta ocasión fue 'Por los pelos'.
Las 'Mandalas', como se nombran cariñosamente, fueron las encargadas de cerrar el ciclo de 2023. «Pedimos al Juan Bravo que nos den la última fecha, cuanto más tarde, mejor», pues Ana Mayo termina de escribir las obras a primeros de septiembre, por lo que tratan de tener algo más de tiempo para poder preparar los textos y la puesta en escena. «Siempre estrenamos en el Juan Bravo, es un fallo nuestro, porque no es lo mismo rodar la obra y luego ir al Juan Bravo».
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El teatro segoviano es para ellas «un lujazo, otro mundo», apunta, recordando que existen municipios que tienen salas o centros culturales muy dignos, pero nada comparable con las instalaciones de Segovia.
Hasta el coliseo de la capital también se desplazan vecinos de Nava de la Asunción, «y sentimos su apoyo», tanto, que parte del público que vio el estreno en el Juan Bravo, repetirán estos días, cuando el grupo actuará en la localidad.
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