«La de hostelero es una profesión dura, pero ¿cuál no lo es si te dedicas de lleno?»

Atesora una trayectoria profesional que comenzó con 12 años y de la que se retiró hace cinco. Félix Garzón (Villacastín, 1947) ha subido todos los escalones de la hostelería desde que en 1959 salió de casa para ser aprendiz en la barra de un bar de Villalba; un año después marchó a Madrid, aunque solo estuvo cuatro días en el histórico quiosco Canaletas, donde le tuvieron «cuatro días seguidos picando hielo». Volvió a Segovia y estuvo en muchos sitios. Entró en La Criolla con 15 y pasó por Duque, Casa Ricardo, El Abuelo y luego el hotel Sirenas, «que era como una escuela de hostelería». Allí se forjó en todas las facetas de camarero, hasta que rondando la veintena empezó a trabajar en Las Cuevas de Altamira, un local que entonces ofrecía baile todos los días con la orquesta que dirigía el maestro Arteaga. La mili interrumpió esa acumulación de experiencia y, cuando regresó, Luis Martín González y Joaquín Vera le ofrecieron entrar en la discoteca Ladreda 25, que fue un referente en media España entonces y durante años. «Fue una época muy bonita, con un nuevo sistema de trabajo; se trabajaba la coctelería y la atención a la clientela era muy profesional».

Desde entonces su vida profesional ha estado más dedicada a la coctelería y con ella a la Asociación de Barmen Españoles que fundó en 1980, el mismo año que salió de Ladreda 25 para abrir Disco-pub Vogue, que «supuso un cambio en la forma de alternar de Segovia». En la presidencia de la asociación española ha estado tres mandatos, y si la ha dejado, comenta, «es por la edad, porque la coctelería y la asociación siguen»; recuerda que en 1980 ya celebraron dos concursos nacionales en Segovia, que «la coctelería también ha tenido su época en Segovia» y que en Vogue «el 40% de las consumiciones que se servían en barra y en mesa eran cócteles, y era una coctelería más personal la nuestra que la internacional, en la que todo era alcohol».

Ha dado la vuelta a España y ha estado en muchos lugares del mundo con la coctelería, y remarca que «sigue habiendo grandes profesionales segovianos en todos los ámbitos de la hostelería». También reconoce que «es una profesión dura», pero agrega que «cuál no lo es si tienes dedicación plena». «Es verdad lo que dicen de los camareros, que somos como los ginecólogos: trabajamos donde otros se divierten», pero apostilla que «la relación con el cliente es muy gratificante».