Más de 160 ciclistas aceptan el Desafío de las dos Villas entre Cuéllar y Fuentidueña

Más de 160 corredores tomaron la salida este domingo en la prueba Desafío de las dos Villas, una iniciativa del Club MTB Correcaminos que surgió el año pasado con motivo de su vigésimo aniversario y que en esta ocasión se ha consolidado. Esta maratón en bicicleta de montaña, que no es competitiva, contó con una buena participación, buen ambiente y un recorrido que transitó por caminos y zonas de gran belleza e interés paisajístico entre las localidades de Cuéllar y Fuentidueña, las dos villas que dan nombre al desafío.

Desde la salida estaba claro que la cita era una prueba no competitiva, con recorrido libre y salida neutralizada en el pabellón polideportivo de Cuéllar. La ruta después llevó a los participantes a conocer buena parte del casco histórico, antes de salir del municipio cuellarano por la carretera de Bahabón y comenzar el circuito, que recorrió los términos municipales de Membibre de la Hoz, Aldeasoña, El Vivar de Fuentidueña, Fuentidueña, Fuentepiñel, Adrados, Cozuelos de Fuentidueña, Olombrada, Frumales, Dehesa de Cuéllar y Escarabajosa de Cuéllar. Los corredores finalizaron de nuevo en Cuéllar, donde disfrutaron de una comida con sus acompañantes.

A sabiendas de la dureza de la ruta, el Club MTB Correcaminos diseñó dos recorridos para hacerla asequible al mayor número de ciclistas. El grueso de los participantes, en torno a un centenar, optó por el más largo, un maratón de 110 kilómetros y unos 1.200 metros de desnivel acumulado, pensado para practicantes habituales de la bicicleta con muy buena condición física.

El resto, alrededor de 60 corredores, optaron por la ruta corta, de 68 kilómetros y unos 420 metros de desnivel, que compartió gran parte del recorrido largo.

Aunque la mañana comenzó muy calurosa, el tiempo se mantuvo estable y nuboso. Estas condiciones ayudaron a que la prueba se desarrollase con normalidad; se pudo evitar el elevado calor de la edición anterior, cuando se llegaron a alcanzar los 40 grados. Aún así, la organización distribuyó líquidos y alimentos en varios avituallamientos distribuidos por todo el recorrido, además de en el punto de recuperación e hidrataciónhabilitado en la zona de llegada, situada en el pabellón polideportivo de Cuéllar.

Allí los primeros corredores de la ruta corta realizaban su entrada pasadas las 11:00 horas, mientras que el primero de la ruta larga conseguía hacerlo antes de la una de la tarde, superando así los tiempos marcados en la edición anterior, cuando el calor impidió a los participantes realizar mejores registros.

Un jamón para Carbonero Bike

Después, entre todos los participantes se realizó un sorteo de regalos, en el que se repartieron faros, maillots, guantes, una cámara go pro y bolsas de piñones, cedidos por algunos de los patrocinadores. Este desafío no competitivo también tuvo detalles para el club más numeroso, el Carbonero Bike, que participó con nueve corredores, gracias a lo que consiguió llevarse un jamón. El segundo club más numeroso, el Peñafiel Team, fue obsequiado con un lote de vino. Correcaminos también tuvo un regalo para el participante más longevo, Agustín Sancho Herranz, del club cuellarano y nacido en 1953.

La organización agradeció el trabajo, la labor y la colaboración de todos los que pusieron su granito de arena para conseguir que el Desafío de las dos Villas lograra ser un nuevo éxito, desde los patrocinadores hasta los participantes, pasando por los voluntarios y los espectadores que llenaron distintos puntos del recorrido para disfrutar de esta prueba de bicicleta de montaña.

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