Un zorro atropellado en la carretera entre El Espinar y Ávila. Colectivo Azálvaro

Azálvaro contabiliza treinta atropellos de animales en la carretera entre El Espinar y Ávila

El colectivo, que ha iniciado una campaña de seguimiento, advierte de que la ampliación de la carretera convertirá esta zona «en un cementerio de fauna protegida»

el nortE segovia

Sábado, 27 de mayo 2017, 11:20

Los números son esclarecedores. Treinta animales atropellados en la carretera AV-500 y SG-500, entre Ávila y Segovia, lleva contabilizados el Colectivo Azálvaro, «sin contar los que mueren alejados de los arcenes tras los atropellos y solo haciendo referencia a aves y mamíferos, más fáciles de localizar por los voluntarios o colaboradores», desde que iniciara una campaña de seguimiento. La organización conservacionista puso en marcha esta iniciativa al constatar que el incremento en el número de conductores que utilizan esta carretera como vía rápida para acceder a Madrid, «con el consiguiente ahorro en relación al peaje de la autopista», se ha traducido «en dos fenómenos indeseados que han surgido en paralelo: por un lado, el aumento de la inseguridad vial, y por otro, tal vez menos aparente a ojos del viajero, el incremento en el número de atropellos de fauna protegida».

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Según explica José Aguilera, presidente del colectivo y coordinador de las actividades de seguimiento de los atropellos, «el impacto de la reforma de la carretera prometida por la Junta de Castilla y León elevaría, sin duda, esta situación a la categoría de desastre ambiental para un paraje como es el Campo Azálvaro».

Con el objetivo de dar seguimiento a este problema ambiental y de seguridad vial, Colectivo Azálvaro ha diseñado una campaña de colaboración ciudadana para recabar información sobre los atropellos de fauna silvestre, que lleva por nombre Stop Atropellos en la Carretera 500 (http://www.colectivoazalvaro.com/stop-atropellos-carretera-500/). La finalidad de esta iniciativa es hacer acopio de información que pueda contribuir a atajar este peligro. «Una colaboración que nos permita, además, evaluar el daño producido en la actualidad, y prever las desastrosas consecuencias de la mejora anunciada». José Aguilera.

Con la campaña, añade, se pretende «aunar los esfuerzos de diferentes colectivos implicados en la conservación de este espacio, tales como ganaderos, ciclistas o naturalistas, etcétera; en definitiva, usuarios de la vía, amantes y habitantes de la Zepa Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos, a fin de colaborar en la defensa de este espacio Natura 2000. La idea es conseguir «datos fehacientes que puedan ser tratados estadísticamente», en un entorno «que se se encuentra protegido por mandato de la Unión Europea, lo que obliga a las Administraciones a emprender medidas que protejan adecuadamente este valioso patrimonio natural». La carretera AV-500 y SG-500 atraviesa el corazón de Campo Azálvaro, «espacio privilegiado más allá de las legislaciones que lo protegen», por lo que la ampliación en anchura y los arcenes «la convertirían, a la vista de los primeros resultados del seguimiento de fauna atropellada, en un cementerio de fauna protegida», asegura José Aguilera.

Esta situación, añade, «supone un goteo sangrante, que este espacio de interés comunitario no se puede permitir. Más aún cuando la alternativa, a juicio del Colectivo Azálvaro, es relativamente fácil, no supone gasto en infraestructuras y es más barata y segura que la que ahora está sobre la mesa: El peaje en la sombra, que permita a los profesionales locales mejorar el desarrollo de sus actividades económicas». En lo que va de año, voluntarios del Colectivo Azálvaro han detectado el atropello de seis zorros, cuatro tejones, tres jabalíes, un corzo, un erizo y dos liebres, «sin olvidar el número ingente de anfibios y reptiles, un ejemplo claro de cómo el desarrollo futuro proyectado para esta vía destruirá o deteriora el hábitats de mamíferos y aves», dice Aguilera.

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«Impacto negativo»

A tenor de estos datos, recogidos a pie de campo, la organización conservacionista ve claro «que el cambio de uso de la carretera está provocando un intenso impacto negativo en la comunidad biológica que puebla la ZEPA, un impacto de consecuencias difícilmente cuantificables». Colectivo Azálvaro apuesta por una alternativa «que permita a los humanos desplazarse y viajar con arreglo a sus necesidades sin que ello suponga un constante daño a la fauna local».

Advierte Aguilera de que «tal vez ahora mismo, mientras el lector hojea la prensa, una hembra de corzo o un joven tejón se estén viendo obligados a sortear el duro asfalto, sin garantías de que no sea su última decisión. Solo con voluntad social y política se podrá revertir esta tendencia».

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Las obras de ampliación de la carretera SG-500/AV-500 comenzarán en 2017 a pesar de la polémica suscitada por el impacto medioambiental que supone para Campo Azálvaro, según anunció el pasado marzo el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien explicó que se ejecutarán con el fin de «garantizar unas condiciones de movilidad modernas, razonables y absolutamente seguras». El Plan Regional de Carreteras 2008-2020 prevé ampliar esta vía dos metros más, hasta llegar a una dimensión de siete metros de ancho para hacerla «más transitable». Por ello, Suárez-Quiñones insistió en que «no se va a modificar el trazado», únicamente se añadirán 0,5 metros de pavimento en cada carril de circulación y un arcén de 0,5 metros a cada lado. Eso sí, aseguró que la obra se acometerá teniendo en cuenta «todas las alegaciones y controles medioambientales» porque, a su juicio, es un paso que »tiene que darse de la forma más exigente posible para que los valores naturales de la zona se conserven».

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