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César Blanco Elipe
Jueves, 2 de marzo 2017, 06:11
La Junta de Castilla y León deja la puerta entreabierta a la recuperación de las ruinas de Torregil que el temporal derribó. Parece una paradoja que alguien quiera levantar de nuevo unos vestigios quebrados. Incluso, habría quien pensase que el vendaval había hecho el trabajo sucio de quitar de en medio una mole casi derruida. Hace tres fines de semana, la violencia del viento, en destructiva alianza con la incesante lluvia, terminó por tumbar unos restos que ya estaban muy castigados por el abandono y el paso del tiempo.
Torregil perdía su singularidad, se quedaba sin su parte más alta, sin el índice de piedra que apuntaba al cielo y que sobresalía en el paisaje. Y lo que es peor, la localidad de Gallegos y su entorno perdían su icono, su símbolo patrimonial e histórico, su seña de identidad, que incluso atraía como un imán a los conductores que transitaban por la carretera y que se desviaban para peregrinar hacia esta peculiar ruina. El azote de la tarde del 12 de febrero cercenó el Dedo de Dios.
El alcalde de Gallegos, Victoriano Sancho, lamentaba el desastre, ya no se trata solo del daño material ocasionado en el bien más singular, sino de que «ha quedado destruido un símbolo del pueblo». Las inclemencias no tuvieron piedad alguna del Dedo de Dios y tiraron «la parte de arriba de la torre, la más bonita», añadía el regidor.
Sin figura de protección
Tal pérdida movilizó al Ayuntamiento para solicitar la ayuda de las administraciones. Desde el primer momento la Delegación Territorial de la Junta, a través del Servicio Territorial de Cultura, ha proporcionado asesoramiento e información sobre las posibles actuaciones.
Los responsables autonómicos precisan que la torre que sufrió el derrumbe «no es un Bien de Interés Cultural, pero se encuentra en una zona arqueológica catalogada». Es el llamado yacimiento arqueológico de Torregil. Los técnicos se pusieron en contacto pocos días después con el Ayuntamiento de Gallegos y visitaron el lugar para evaluar los desperfectos. Tras esas inspecciones, el servicio territorial descarta que el derrumbe haya causado daños sobre el yacimiento.
El alcalde ha solicitado información de la viabilidad de posibles intervenciones y ha manifestado su intención de reconstruir la parte caída y de sanear y recomponer los revocos. «La recomposición de la parte caída no plantea problemas aparentes desde el punto de vista de la legislación de patrimonio cultural, dado que no tiene una protección específica referida a sus valores arquitectónicos, sino como resto emergente de un yacimiento arqueológico catalogado», detalla la Junta.
El Ayuntamiento mueve ficha
De todos modos, Gallegos deberá presentar una redacción previa del proyecto técnico para tramitar la solicitud de intervención, que luego deberá ser aprobada. De momento, el pasado 21 de febrero el ayuntamiento remitió a la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural una copia de la solicitud de subvención al Grupo de Acción Local Segovia Sur, en la que requiere un informe sobre la actuación que quiere ejecutar, tanto en Torregil como en un potro existente en el municipio.
La citada comisión estudiará el asunto en la sesión ordinaria de la última semana de este mes, e informará la consulta, confirma la Junta.
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