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El laboratorio segoviano de Louis Proust

El laboratorio segoviano de Louis Proust

El químico francés enunció la Ley de las Proporciones Definidas

Carlos Álvaro

Viernes, 17 de febrero 2017, 14:09

A finales del siglo XVIII, el Real Colegio de Artillería era ya un centro de enseñanza moderno, pujante y de referencia. La presencia de profesores como Louis Proust fue determinante en el prestigio en poco tiempo adquirido. Tras un breve paso por Madrid, donde enseñó química contratado por el Gobierno español, Proust se hizo cargo de las disciplinas de Química y Metalurgia del Real Colegio de Artillería, que con tanto éxito funcionaba en el interior del Alcázar segoviano. En Segovia, el químico francés impartió cursos de cuatro meses, a razón de tres lecciones semanales, y dejó una huella indeleble. De hecho, fue en el laboratorio del Real Colegio donde Proust realizó todas las experiencias que le permitieron enunciar la Ley de las Proporciones Definidas, con la que pasó a la historia como uno de los fundadores de la química moderna.

Había nacido Louis Proust en la población gala de Angers en 1754. Siendo un muchacho, compaginó los estudios en el colegio de los Oratorianos con el trabajo diario en la farmacia del padre, donde adquirió sus primeros conocimientos de química y herboristería. Incluso llegó a tomar parte en la creación de un jardín botánico en la ciudad. Con veintiún años, ganó por oposición, tras un brillante concurso, la plaza de farmacéutico jefe del hospital de la Salpêtrière de París, abriéndose ante él una etapa verdaderamente enriquecedora. A la vera del Sena conoció Proust a Lavoisier y a Pilâtre de Rozier, farmacéutico y pionero de la aerostación con quien realizaría una ascensión en globo en 1784, en presencia de Luis XVI de Francia y Gustavo III de Suecia. Para entonces, Proust ya había vivido su primera experiencia española, pues pasó casi dos años al frente de la cátedra de Química del Real Seminario Patriótico de Vergara (Guipúzcoa), fundado años atrás por la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País.

En 1786 llegó a Madrid, merced a un acuerdo entre Carlos III y Luis XVI, contratado por el Gobierno español. Enseñó química en la capital, pero rápidamente recaló en el Real Colegio de Artillería de Segovia, donde impartirá las enseñanzas de Química y Metalurgia hasta final de siglo. La llegada de Proust supuso una pequeña revolución en el Real Colegio, cuyo laboratorio fue dotado con los mejores medios del momento. En ese laboratorio, instalado en la llamada Casa de la Química, junto al Alcázar, desarrolló el francés numerosos experimentos, en los que estudió la composición de diversos carbonatos de cobre, óxidos de estaño y sulfuros de hierro, llegando a la conclusión de que la proporción en masa de cada uno de los componentes (por ejemplo, carbono, cobre y oxígeno en los carbonatos de cobre) se mantenía constante en el compuesto final y no adquiría ningún valor intermedio, independientemente de si eran un carbonato natural o artificial o de las condiciones iniciales de la síntesis. De esta manera, dos compuestos diferirían entre sí en función de las proporciones de elementos básicos. Estas conclusiones llevaron a Proust a enunciar la Ley de las Proporciones Definidas, que contradecía los postulados del químico francés Claude Louis Berthollet, convencido de la variabilidad en la composición de los compuestos en función de su método de síntesis. En 1811, el químico sueco Jöns Jacob Berzelius defendió el enunciado de Proust, que sentó las bases de la teoría atómica de Dalton.

Durante su estancia en Segovia, Proust dirigió la publicación de los "Anales del Real Laboratorio de Química de Segovia" (en dos tomos, de 1791 y 1795) y contribuyó a las pruebas aerostáticas que culminaron con la demostración del vuelo de un globo realizada ante el rey Carlos IV en El Escorial, en noviembre de 1792. En la exhibición tomaron parte los capitanes Pedro Fuentes, Manuel Gutiérrez y César González, los cadetes Gesualdo Sahajosa y Pascual Gayangos y un grupo de artilleros, todos ellos dirigidos por el propio Proust. Aquellos ensayos realizados en Segovia marcan el origen de la aerostación militar.

Nombrado director del Laboratorio Real de Madrid, Louis Proust dejó España en 1806 por motivos familiares, pero la situación política le impidió regresar. Murió en su Angers natal en 1826.

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