Miguel Ángel López
Lunes, 6 de febrero 2017, 14:52
La palabra de María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991) sigue presente en las aulas del Instituto Mariano Quintanilla de Segovia, donde estudió el Bachillerato entre 1915 y 1921. El pensamiento de la profesora de Filosofía, escritora y ensayista sigue hay más vigente que nunca porque su obra es hoy una de las más estudiadas de los autores del siglo XX y motiva muchas tesis doctorales. Así lo atestiguan los profesores Mercedes Gómez Blesa y José Luis Mora, encargados este lunes de hacer una semblanza de Zambrano en el homenaje que le ha dedicado el centro de enseñanza.
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Al homenaje a la escritora han asistido los responsables de las instituciones que tienen algo que ver con ella: el rector del campus María Zambrano de la UVA, Juan José Garcillán; el director del IES de El Espinar que también tiene su nombre, José Luis Esperanza; Mar Melchor, directora de la Escuela Oficial de Idiomas, que ocupa el mismpo espacio físico del antiguo instituto; Rafael cantalejo, presidente de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, heredera d ela Universidad Popular donde Blas Zambrano, àdre de María, fue profesor, y entre otros la concejala de Cultura, Marifé Santiago, coautora con Mercedes Gómez de un libro sobre la escritora y responsable de preparar el programa con el que el Ayuntamiento de Segovia conmemorará el centenario de la llegada de Antonio Machado a Segovia, en los que María Zambrano tendrá un apartado importante.
Mercedes Gómez Blesa, profesora de Filosofía y patrona de la Fundación María Zambrano, cita a Max Aub para poner en situación sus propias palabras sobre la escritora: «Uno es de donde hace el Bachillerato». María Zambrano, nacida en la localidad malagueña de Vélez-Málaga, lo estudió durante seis años, entre 1915 y 1921, en el Instituto General Técnico de Segovia, cuyas paredes acogen hoy el IES Mariano Quintanilla, y por tanto no es erróneo decir que era de Segovia.
La impronta de aquellas vivencias en las aulas segovianas marcó a la pensadora, y la luz y los rincones de la ciudad le inspiraron recuerdos y escritos, como recogió muchos años después de marchar en su ensayo Un lugar de la palabra: Segovia, un encargo de Camilo José Cela de 1964 que fue publicado en España, sueño y verdad un año después.
Hace tiempo que el viejo instituto de la plaza de Día Sanz guarda el nombre de María; ahora también está en la entrada de su biblioteca y en la placa de piedra colocada nada más pasar la antigua puerta principal del centro, que conmemora el vigésimo sexto aniversario de su muerte.
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Dos alumnas con la misma edad que tenía Zambrano hace cien años han descubierto este lunes la placa (con alguna dificultad para retirar la tela roja) encargada en memoria de «la ilustre filósofa alumna de este centro». Y que el nombre esté en el acceso a su biblioteca también es «un acierto» porque es el nombre «de alguien que escribió por qué se lee y por qué se escribe», como ha manifestado José Luis Mora, profesor de Filosofía, patrono de la Fundación y uno de los protagonistas del homenaje.
La idea de la profesora Gómez Blesa tuvo una excelente y rápida acogida en los claustros de profesores del centro y de la Escuela Oficial de Idiomas, en la Dirección Provincial de Educación, el Ayuntamiento de Segovia, la Fundación María Zambrano y la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Estas tres últimas instituciones tiene preparado un convenio de colaboración pero la firma ha quedado pospuesta porque no ha sido posible ajustar el acto con la agenda del alcalde de Vélez-Málaga. Llegará esa firma en su momento para que la fundación comparta su sede de la localidad andaluza con la segoviana, donde tendrá un lugar relevante en el programa con el que el Ayuntamiento de Segovia conmemorará el centenario de la llegada de Antonio Machado a Segovia en 1919, ha comentado la concejala de Cultura, Marifé Santiago, coautora con Mercedes Gómez de un libro sobre la escritora.
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El homenaje tiene también la forma de la exposición temporal que ha preparado el instituto con los principales hitos de la vida de la escritora, resumidos en varios paneles con fotografías y textos. Son breves muestras para que alumnos y quienes visiten el centro conozcan algo más de María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991), cuya palabra sigue presente en las aulas del instituto Mariano Quintanilla, donde estudió el Bachillerato entre 1915 y 1921.
El pensamiento de la profesora de Filosofía, escritora y ensayista sigue hoy muy vigente, su obra es una de las más estudiadas de los autores del siglo XX y motiva muchas tesis doctorales, comentó MercedesGómez. «Es uno de los pensamientos más vivos del panorama intelectual español porque es una mujer que, sobre todo, lo que nos propone es una forma de vida, nos enseña a vivir y eso es intemporal, no tiene fecha de caducidad. Lo que busca es que la persona se haga a sí misma y tenga en cuenta sus sentimientos y sus pasiones».
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Rincones de segovia
La profesora recomienda la lectura de Un lugar en la palabra: Segovia, la obra que escribió veinticinco años después de exiliarse en 1939, en la que Zambrano utiliza cada uno de los rincones de la ciudad «como símbolo de su propio pensamiento, de los tipos de palabra y de razón que ella distinguía; hablaba de San Marcos como el lugar del pan y la palabra que es para consumirse con los demás en comunión, la palabra del silencio de San Juan de la Cruz... Utilizó la orografía segoviana como símbolo de su propia trayectoria filosófica, la luz de Segovia como metáfora que sitúa cada cosa en su lugar natural». Y también fue la ciudad donde descubrió los «polos entrelazados que formaron su razón poética», San Juan de la Cruz y Antonio Machado, ha destacado.
Y si Mercedes Gómez ha calificado a Zambrano como «la mejor discípula del aire puro de Segovia», el profesor José Luis Mora ha explicado la trascendencia del paso de la escritora por el instituto, como institución que es parte fundamental de la ciudad porque es donde los jóvenes se forman y adquieren la valoración de las cosas, donde la escritora comenzó a pensar en su concepto de educación nacional, que no nacionalista, con una secuencia que comienza en Segovia y sigue en Castilla, España, Europa y América. Aunque, para Mora, este homenaje del instituto no hay que verlo como un acto nostálgico, sino «de recuperación de un periodo en que se entendían la cultura, la ciencia, el arte y la moral como base de la sociedad y de la nación».
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En cierto modo, lo ha anticipado en su intervención Marifé Santiago. La concejala ha hablado del «espíritu democrático» de María Zambrano en su concepción de la persona formada e independiente como parte esencial de la democracia y, como pensadora que fue en la segunda República y en la Edad de Plata española, «una personalidad de ámbito universal cuya manera de entender la vida es una fuente de inspiración».
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