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Clientes hacen la compra en un supermercado de Segovia.
Los precios han subido el doble en Segovia desde la llegada del euro

Los precios han subido el doble en Segovia desde la llegada del euro

La peseta dejó de circular hace quince años y cerca de 20.000 segovianos no han conocido otra moneda

Víctor Vela y César Blanco

Martes, 3 de enero 2017, 11:34

Busque por casa porque seguro que, quince años después, todavía tiene pesetas guardadas por altillos y cajones. Calcula el Banco de España que aún hay por ahí sueltos 1.651 millones de euros en pesetas (un pastizal), que pueden canjearse sin problemas hasta el 31 de diciembre de 2020 en las sucursales que la entidad tiene en varias provincias (en Segovia cerró hace unos años y las cercanas están en Valladolid, en la plaza de España número 15, y en Madrid, con dos sedes en la calle Alcalá).

Se cumplen justo ahora quince años de la entrada en vigor de una moneda, el euro, que trajo de cabeza a los segovianos, igual que al resto de españoles, en esas primeras horas en circulación. Cientos de personas se pasaron por las oficinas de seis entidades bancarias y cajas de ahorros que abrieron en la ciudad aquel 1 de enero de 2002 para facilitar el tránsito a la nueva moneda. Querían adquirir los nuevos billetes; y claro, hubo momentos de largas colas de espera de clientes dispuestos a trocar pesetas (que se despedían después de 133 años en circulación).

La sede central de la entonces Caja Segovia fue un hervidero de gente, a pesar de los euromonederos que se habían dispensado durante las jornadas previas. Solo al cabo de las mañana, cuando las ventanillas echaron el cierre a eso de las dos tarde de aquel primer día del euro y del año 2002, dicha oficina, situada en la que entonces era la avenida Fernández Ladreda, cifraba en unos 50 millones de pesetas la cantidad que se había cambiado por los euros.

Renfe obligó a pagar en euros. En los autobuses daban con ellos el cambio, aunque se abonara el billete en pesetas. Ylos segovianos, como todos los españoles, comenzaban a acostumbrarse a pagar con una moneda que ya les empezaba a sonar y que llegó con mala fama por culpa del redondeo. Nueve meses antes, en marzo de 2001, los supermercados habían empezadoa marcar sus precios en euros y eran habituales las calculadoras conversoras.

Que el domingo se cumplieran quince años de la implantación del euro supone que existe una generación completa que solo ha conocido esta divisa. Son 19.523 segovianos que tienen menos de 15 años. Chavales que solo han pagado y echado cuentas con el euro.

Durante este tiempo (entre enero de 2002 y noviembre de 2016)los precios han escalado el 35,3% en Castilla y León, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Son siete décimas por debajo de la media nacional. La cesta básica de la compra, que incluye cerca de 200 productos de consumo habitual, requería en 2001 un desembolso familiar de 4.600 euros al año, según un reciente informe de la Organización de Consumidores OCU. Ahora es de 4.850 euros, lo que viene a querer decir que la vida es un 5,4% más cara que cuando entró en vigor el euro.

Dos etapas

Además, hay que tener en cuentan que los consumidores han tenido que apretarse el cinturón, pues en 2011 ese gasto alcanzó los 6.800 euros al año. ¿Cuál es el problema?Pues que el incremento de los salarios no se ha producido, ni mucho menos, de forma paralela. Existe una desproporción, un desfase que deja a las nóminas en inferioridad de condiciones con respecto al encarecimiento relativo experimentado por esa cesta básica de referencia.

Lo confirman los datos del INE. El salario medio pasó de 19.802 euros en 2002 a 22.858 euros en 2014 (última cifra disponible). Una subida del 15%. Osea, menos de la mitad del incremento de los precios.

Los analistas, en todo caso, diferencian dos grandes etapas en estos quince años. La primera, hasta 2007 (cuando la subida de precios fue más acusada) y desde entonces, con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica, hasta la actualidad. La entrada en vigor del euro trajo consigo tipos de interés más baratos, lo que alimentó la fiebre del ladrillo y la concesión de préstamos a menor coste. Para hacerse un idea, entre los ejercicios 2002 y 2009, en Segovia las estadísticas de Fomento tienen contabilizadas 21.643 viviendas libres iniciadas, a las que habría que añadir el parque de las construcciones ya terminadas.

Solo en 2006 había en edificación 4.161 inmuebles. Si la lupa enfoca sobre el segundo periodo considerado por los analistas, entre 2010 y 2015, en la provincia había 2.460 construcciones de vivienda libre iniciadas, una décima parte aproximadamente de las que había antes del estallido de la burbuja.

¿A qué precios?El metro cuadrado de vivienda libre en el primer trimestre de 2002 costaba 853 euros. Alcanzó su techo a principios de 2008, con 1.640 euros. Ahora está a 989,1. Aunque ha bajado, está el 15,9% más cara que cuando el euro empezó a circular. Yeso es algo que no solo ha afectado al mercado inmobiliario. El coste de hoteles, cafés y restaurantes ha subido, por ejemplo, el 46%, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), que solo atribuye descensos de precios al ocio, la cultura y productos electrónicos.

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