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Ejemplares de aguilichos cenizo.

A buen recaudo nueve nidos de aguilucho cenizo

La Sociedad Española de Ornitología, con la colaboración de la Diputación de Segovia, lleva a cabo un programa de señalización y protección de las nidadas

el norte

Sábado, 4 de junio 2016, 16:08

El aguilucho cenizo es una rapaz considerada en situación «vulnerable». No debería ser así por cuanto esta esbelta ave tiene su hábitat predilecto en las estepas cerealísticas y ha establecido con el hombre una suerte de simbiosis. En Segovia no es raro verlo sobrevolando a baja altura los trigales, oteando insectos grandes o micromamíferos (topillos, ratones).

¿Por qué entonces esa vulnerabilidad? «Anida en el suelo, entre las espigas. Normalmente la cosecha se realiza antes de que los pollos abandonen el nido, con lo que la nidada tiene un alto riesgo de malograrse», explica Pablo Robledo, de Seo BirdLife, la Sociedad Española de Ornitología, y que en Segovia coordina un programa patrocinado por el área de Promoción Económica de la Diputación para la señalización y protección de los nidos.

Antiguamente esta situación no se daba. Pero el adelanto de las cosechas y la maquinización ha puesto en jaque a la población de aguiluchos cenizos. «Desde Promoción Económica entendemos que son aves que ayudan a controlar las plagas de topillos y otros roedores, a la vez que son un activo de nuestra diversidad ornitológica y medioambiental», explica Jaime Pérez, diputado del área, que aporta los 3.000 euros anuales al programa.

«También tienen depredadores»

Robledo coordina el equipo de voluntarios de Seo BirdLife que a lo largo del año primero detectan la ubicación de los nidos. «Vamos a zonas susceptibles de acoger poblaciones, establecemos oteadores y apostamos telescopios. Donde se posa la hembra puede haber un nido, así que los localizamos por GPS», explica. Posteriormente los ornitólogos vuelven a los nidos y analizan la evolución de la nidada. «Si la pollada va adelantada no hay problema, pero si va atrasada entra en riesgo y hay que actuar». Normalmente una nidada tiene entre tres y cinco huevos, pero no todos ni mucho menos salen adelante. «También tienen deprededores», explica Robledo.

El siguiente paso entonces es encontrar al agricultor responsable del cultivo, informarle y establecer una defensa del nido. «Los agricultores colaboran. Actuamos con el permiso de la Junta; las aves rapaces no se suelen molestar. No ponen pegas. Asimismo existe una pequeña compensación de 20 euros». La defensa consiste en un vallado metálico de protección sobre un espacio de 2,5 metros cuadrados alrededor del nido. Normalmente es suficiente para que la nidada salga adelante sin problemas.

Para la campaña de 2016, Seo BidrLife ya ha puesto en custodia nueve nidos, en Santa María, Abades, Turégano, Ayllón en las zonas cerealísticas de la provincia. «Es un buen dato, el año pasado acabamos la campaña con once y este año esperamos tener más», concluye Robledo.

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