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Juan José Martín, Miriam, y María Nieves Rodríguez presentan la peregrinación a Lourdes con enfermos que se organiza desde Segovia.
Peregrinos a Lourdes con las maletas vacías

Peregrinos a Lourdes con las maletas vacías

La Hospitalidad Diocesana de Segovia organiza la tercera peregrinación con enfermos, una experiencia que «llena de emociones» el equipaje de vuelta

César Blanco Elipe

Viernes, 3 de junio 2016, 13:34

A Miriam le tiembla la voz cuando recuerda cómo conoció a su primo Higinio en su primera peregrinación a Lourdes. Ella debutaba junto a muchos otros segovianos que se animaron a coger el autobús y hacerse las cerca de diez horas que dura el trayecto hasta la ciudad francesa. Pero cuando se juntaron con la expedición palentina, mucho más numerosa, le dieron una de las mayores sorpresas de su vida. «No le conocía», dice emocionada. Fue una vivencia inolvidable que todavía le pone la carne de gallina a esta mujer con síndrome de Down.

Así que, si le pregunta por si recomendaría el viaje a este destino de fe, que no excursión, no lo duda: «¡Claro, está genial!». Ella conoció a un familiar y todos encuentran «una paz y tranquilidad» enormes, subraya Juan José Martín, vicepresidente de la humilde y modesta hospitalidad segoviana si se compara con Madrid o la misma Palencia, que va a cumplir veintinueve años.

La presidenta, María Nieves Rodríguez, comenta entre chanzas que lo que aconseja a los peregrinos, voluntarios y enfermos que se unen al viaje es que «vayan con las maletas vacías, porque a la vuelta van a volver llenas de emociones».

Este año, la hospitalidad diocesana organiza la tercera peregrinación con enfermos a Lourdes. Saldrán a las siete de la mañana del 1 de agosto de Segovia; se juntarán en algún lugar del camino con los compañeros palentinos, y llegarán ese día al destino francés a eso de las cinco de la tarde. Casi sin tiempo para recuperarse del viaje, dejarán los bártulos, cenarán, conocerán su alojamiento las siguientes cuatro noches, y hacia las nueve tendrá lugar la presentación de la peregrinación en la capilla de San Cosme y Damián. «Sí, ¡es preciosa!», exclama Miriam.

El momento de la inmersión ante la Virgen

Por delante les espera un intenso programa en el que destacan, por ejemplo, el Vía Crucis en la montaña o la procesión de las antorchas, sin olvidar la fiesta antes de emprender el viaje de retorno, ese en el que los peregrinos volverán con exceso de equipaje de ilusión y emoción, reitera la presidenta de la hospitalidad. María Nieves Rodríguez apunta que en ese retorno no hay tristeza ni nostalgia, sino «mucha energía porque notas que has cargado las pilas para todo el año».

Pero si hay un momento realmente conmovedor, ese es la primera inmersión en las piscinas ante la imagen de la Virgen. «Ella es la que nos ha tocado el corazón y nos ha llamado», explica Rodríguez esa devoción del peregrinaje.

«Lourdes es una fuente de fe», ratifica el vicepresidente, quien siente cierta envidia sana de la cantidad de palentinos que participan en la experiencia. Sobre todo, de los jóvenes que atrae la peregrinación con enfermos, que «también es una forma de promover el apostolado ante la juventud». Juan José Martín, aunque suene a tópico, no encuentra palabras para explicar lo que se viven en esos cinco días de convivencia serena, «es una inyección, pero lo mejor es verlo y no contarlo».

Tres en una

En el fondo son tres peregrinaciones a Lourdes en una sola. Una es la de los peregrinos en sí; otra es la más espiritual que encarnan los enfermos, unos físicos y otros a los que la presidenta segoviana denomina «en silencio» porque no quieren que, salvo sus compañeros de viaje, nadie sepa de su mal; y la tercera, la de los voluntarios. A cada uno se le asigna un enfermo, al que cuidan y miman no solo durante los cinco días de la vivencia en Lourdes, sino también los 360 días restantes del año, ha subrayado María Nieves Rodríguez. Se crea un vínculo muy especial, inciden los promotores, que han contado con la colaboración de la Marcha de Mujeres a la hora de acceder al transporte.

Antes del viaje, los voluntarios pasan por una formación previa. Personal sanitario les prepara ante cualquier eventualidad en materia de primeros auxilios, apostilla la responsable de la hospitalidad segoviana. La anterior peregrinación llenó un autobús destino a Lourdes, de los que alrededor de veinte personas eran enfermos.

El precio de toda la peregrinación, con alojamiento y trayecto incluido, es de 280 euros, ha informado el vicepresidente, quien también anima a los sacerdotes a acompañarles en la experiencia para que luego puedan transmitírselo a sus fieles en sus parroquias.

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