fernando de la calle
Domingo, 29 de mayo 2016, 21:11
«He tenido que llamar a mi madre para que me traiga una camisa, pantalones y hasta calzoncillos». La frase es de un joven y empapado caballista tras el primero de los intensos aguaceros que tanto el sábado como ayer domingo cayeron en la zona de Nava de la Asunción y que protagonizaron la celebración de las bodas de plata de la Feria de Primavera que organiza la Asociación Amigos de caballo de Nava.
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Tras un paseo urbano por las calles más céntricas, el primero de estos aguaceros sorprendió a decenas de caballistas y carrozas en pleno camino en dirección al recinto ferial de las Ordas. La intensidad fue tal que algunos de los caballos tuvieron que refugiarse en parcelas cercanas, mientras el resto, visiblemente nerviosos, se dispersaron hasta que dejó de caer agua y granizo. No tan agrupados como en años anteriores, la comitiva siguió su trayecto y en otra de las paradas, en pleno pinar, no faltaron las sevillanas, el rebujito y los aperitivos.
Ya en el recinto ferial, la lluvia deslució otro de los mejores momentos, la hora del vermú con decenas de equinos rodeando la inmensa carpa central del recinto ferial. Para guarecerse, en un primer momento fueron varios los caballistas que optaron por introducir los animales al interior de la carpa, pero la organización les ordenó desalojarla para evitar cualquier tipo de incidente.
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