Vista general de la nave del CIC de Villacastín en la que se observan muelles de descarga y los canales de vacuno o congelación.

El Centro Integral Cárnico de Villacastín, tasado en casi 26 millones, espera nuevo dueño

El alcalde, Jesús Grande, asegura que «al menos seis o siete empresas» han visitado las instalaciones interesadas en adqurirlas

César Blanco Elipe

Miércoles, 25 de mayo 2016, 18:50

Una cosa es lo que desea el alcalde de Villacastín y otra bien diferente es la realidad. Jesús Grande asume que los procesos concursales que se dirimen en los juzgados llevan sus plazos y su tiempo, mientras tanto las instalaciones que pretendieron ser el mayor matadero de la comunidad autónoma continúan sin actividad ni titularidad desde hace cuatro años y medio. En diciembre de 2011 el ambicioso Centro Integral Cárnico cerró sus puertas por entrar en quiebra.

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La deriva de la fase de liquidación acabó en blanco y sin acuerdo con los acreedores. Así pues, el telón ya está levantado por parte de los administradores concursales para la adjudicación del complejo al mejor postor, bien a través de una subasta o mediante la comercialización directa. Interés en la compra hay, como revela el alcalde de Villacastín; quien no oculta su deseo de ver cuanto antes la luz al final de túnel y que se materialice la venta para que el Centro Integral Cárnico pueda ser lo que se pensó que fuera y que nunca llegó a ser.

17.700 metros construidos

Es decir, un complejo dedicado a la transformación y producción cárnica que pudiera dar empleo directa e indirectamente a unas cuatrocientas personas, calcula Jesús Grande. El regidor apunta que «al menos seis o siete» empresas del sector que han sopesado la opción de hacerse con el centro han visitado la planta y conocido sus espacios.

El Centro Integral Cárnico de Villacastín se levantó sobre un parcela de 80.000 metros cuadrados. La zona construida, que se extiende por una superficie de unos 17.700 metros cuadrados, alberga, por ejemplo, dos túneles de congelación para almacenar alrededor de treinta toneladas de carne diarias cada uno; diez cámaras de conservación de vacuno con capacidad para setecientas reses, además de una línea específica para el porcino capaz de tratar 300 cerdos a la hora.

«Antes de septiembre tendremos nueva propiedad»

  • Jesús Grande, Alcalde de Villacastín

  • Es complicado hablar de plazos cuando hay una administración judicial por medio, y así opina el alcalde de Villacastín, porque Jesús Grande ha ido poniendo plazos a los trámites y siempre se han alargado un poco más de lo querido y deseado. Una vez resuelta la liquidación, a falta de determinar tasaciones propuestas por las ofertas, y visto que hay empresas que se han interesado en adquirir el Centro Integral Cárnico, el regidor se aventura a dilucidar una salida. «Antes de septiembre tendremos nuevo propietario», vaticina. Una vez que el conglomerado industrial tenga dueño, el siguiente anhelo del alcalde es que genere el empleo que se preveía al principio, eso sí, si la planta funciona al 100% de su capacidad; es decir, unos 400 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Porque desde que arrancó hasta su cierre nunca ha gozado de un rendimiento total, lamenta Grande. Además, durante el largo proceso concursal se ha solucionado el problema de las tomas de electricidad, «que antes estaban a veinte kilómetros y ahora las van a tener a cuatrocientos metros».

Jesús Grande apostilla que ahora están inmersos en la tasación del complejo para que las potenciales ofertas puedan concretarse ya en una propuesta económica, que el alcalde cree de viva voz que ninguna puja llegará en ningún caso a aproximarse a los cerca de 26 millones de euros, que es el precio fijado por los administradores concursales para el conjunto de instalaciones. Sumado el total del pasivo que acumula el grupo, el montante llega a alcanzar los 60 millones.

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En bastante buen estado

Hace no mucho tiempo, el centro se sometió a unas pruebas que dieron como resultado que la funcionalidad y operatividad apenas se habían resentido con el cierre de la planta que construyó y promovió el grupo Avigase. Costó que fuera una realidad entonces, y ahora la reactivación no está siendo menos compleja ni barata. El que fuera el matadero más grande de la comunidad autónoma entró en servicio hace siete años. La inversión que se necesitó para poner en marcha este conglomerado empresarial fue de 21 millones de euros, una alta y elevada ambición que pretendía compensarse con una previsión de ingresos anuales que rondaba los 55 millones de euros gracias a la comercialización de en torno a veinte millones de kilos de carne. Sin embargo, nunca se cumplió.

La quiebra y el posterior cierre del centro propiciaron la apertura del proceso concursal, que incluyó un expediente de regulación de empleo previo a la paralización de la producción. El regidor de Villacastín calcula que aquella clausura afectó a unos setenta trabajadores, a pesar de que esa composición de la plantilla supusiera que la planta únicamente funcionara a un 10% de su capacidad, añade Grande.

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