c. a.
Sábado, 21 de mayo 2016, 11:40
El X Congreso Internacional de Molinología afronta hoy una nueva jornada después de uno primer día lleno de ponencias, comunicaciones e interesantes visitas. Los 72 congresistas asistieron ayer al primer gran bloque, dedicado a la historia, el patrimonio, la etnografía y el folclore. Hasta seis mesas de comunicaciones incluyó. En ellas, los expertos expusieron sus últimos trabajos, fruto de intensas investigaciones sobre una materia que apasiona: las máquinas o ingenios movidos por la energía del agua, el viento y la fuerza humana o animal.
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«Nos ha llamado tremendamente la atención la exposición que han hecho los investigadores mexicanos, que han hablado sobre los molinos hidráulicos de trigo en aquel país y el ejemplo del molino hidráulico de la Hacienda Zabaleta. Ha sido interesante comprobar la similitud existente en aquellos molinos mexicanos de los siglos XVI, XVII y XVIII y los españoles, pues España había exportado esa tecnología. Los documentos que nos han enseñado son idénticos a los que podemos encontrar en cualquier archivo español. Esto es algo evidente, pero no deja de llamar la atención cuando lo ves expuesto de la forma en que hoy lo hemos visto», señala el ingeniero industrial José María Izaga, impulsor de este congreso internacional que se celebra en Segovia hasta mañana domingo, organizado por la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos.
La jornada comenzó a primera hora de la mañana, con la recepción de los congresistas y la inauguración del congreso por parte de las autoridades. Junto a José María Izaga estuvieron el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, el concejal de Empleo y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Segovia, José Bayón, y la jefa del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, Ruth Llorente. Las ponencias se sucedieron durante toda la tarde. En el teatro Juan Bravo, lugar de celebración, se habló de los molinos hidráulicos del río Cuerpo de Hombre, en Béjar; de molinos de Genil, Cartagena... De los molinos medievales de la Orden de Santiago en el Campo de Montiel, etcétera.
El día concluyó con una visita técnica a la Casa de la Moneda. Los congresistas tuvieron oportunidad de admirar el resultado de las obras de restauración y de escuchar a los arqueólogos que intervinieron en ellas y al propio José María Izaga, que junto a Jorge Soler Valencia reconstruyó las ruedas hidráulicas que en su día sirvieron para mover las máquinas de acuñar moneda.
Izaga recordó el trabajo desarrollado, basado en criterios científicos y en la documentación de la época. «Jorge y yo trabajamos con mucha ilusión. Reconstruimos las ruedas a partir de criterios científicos, basados en la documentación existente, en la interpretación de esa documentación, en la tecnología de aquel momento. Quiero decir que no es una reconstrucción hipotética. En todo momento pretendimos que las máquinas funcionaran y que el público pudiera entender el funcionamiento que en su día tuvieron. Tenemos cuatro ruedas, aunque hubo catorce en su día, y un ingenio de laminar», explicó Izaga.
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