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César Blanco Elipe
Martes, 12 de abril 2016, 10:17
El debate sobre si es necesario o no instaurar un servicio de radioterapia en Segovia viaja ahora a Zamora de la mano del delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia. Javier López-Escobar quiere dejar claro que «con el cáncer no se juega», y hace un llamamiento a atajar de una vez por todas la confrontación política en torno a la polémica que, por momentos, aviva sus brasas a golpe de declaraciones. «Estamos hablando de personas y no de sacar una rentabilidad económica o de ahorrar un dinero», esgrime con vehemencia el responsable autonómico.
Hay un documento fechado en 2013. Se trata del informe sobre Unidades Asistenciales del Área del Cáncer. Estándares y recomendaciones de calidad y seguridad». Aunque carece de carácter normativo, es la Biblia en la que hasta ahora se ha amparado la Consejería de Sanidad para rechazar las peticiones de radioterapia de Segovia, Ávila, Palencia o Soria, por ejemplo.
El delegado, sin querer caer en las comparaciones territoriales por la «gravedad» del trasfondo sanitario que late en el debate, asume los axiomas y estudios que recoge este documento para criticar la decisión de la Junta de haber instalado una unidad de radioterapia en la provincia zamorana. «Quizás me valga el puesto comenta Javier López-Escobar, pero que haya radioterapia en Zamora es una mala decisión desde el punto de vista del tratamiento». «No me parece acertado si estamos de una ratio de pacientes similar a la que tengan Segovia o Ávila».
El máximo representante de la Junta en la provincia explica por qué no comulga con aquella decisión, y vuelve a escudarse en el estudio de las sociedades científicas y las recomendaciones de los especialistas en oncología plasmadas en el documento sobre las unidades asistenciales del cáncer. El acelerador lineal no garantiza la supervivencia o una mayor tasa de cura, se deduce del informe cuando se refiere de territorios con menos de 500 pacientes diagnosticados de media al año.
Dos tipos de hospitales
Por lo tanto, no se trata de establecer un mínimo de casos, sino de que por debajo de ese cupo no es aconsejable ejecutar un proyecto de instalación de un acelerador lineal. El matiz es importante, precisa el delegado territorial. El año pasado se registraron 273 enfermos oncológicos en Segovia que requerían tratamiento radioterapéutico.
A tenor de la información que le consta al delegado territorial, en Zamora «no encuentran oncólogos» y «no tienen un segundo acelerador»», que es lo que también determina el estudio en el que se fundamenta su opinión cuando aborda las necesidades dotacionales. Ese susodicho informe, en el que también se inspira la Consejería, «habla de dos tipos de hospitales con acelerador lineal: uno es el que atiende a una población de al menos 250.000 habitantes y que debe contar con dos, no con uno solo; y los llamados hospitales de área que prestan cobertura al menos a un millón de habitantes, como es el de Valladolid, donde creo recordar que hay seis aceleradores», expone López-Escobar.
El definitiva, el delegado insiste en que «hay que dejar trabajar a las sociedades científicas»; recrimina el «victimismo» que cuantos se quejan del maltrato a la provincia, y apoya la opción de la consejería de elaborar «una estrategia regional que va a ser llevada a cabo por los especialistas, atendiéndose las sugerencias que haya; pero nadie habla de costes y tampoco de rentabilidad.
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