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Vista de la plaza, con el hotel San Facundo al fondo. Antonio de Torre
La herencia del santo

La herencia del santo

La plaza debe el nombre a una iglesia románica que fue demolida en el siglo XIX

PPLL

Lunes, 4 de abril 2016, 10:44

La plaza de San Facundo, en el corazón de la ciudad, está comprendida entre las calles San Agustín, San Facundo y de la Catorcena. El nombre de esta plaza se debe a la antigua iglesia románica de San Facundo, situada en el centro de la plazuela, que fue destruida en el siglo XIX.

El escritor Santos San Cristóbal recoge en uno de sus artículos una descripción de este templo, que «estaba dedicado a los santos Facundo y Primitivo». Este autor explica que la iglesia constaba «de una nave cubierta de artesonado de madera, arco triunfal y capilla mayor con un ábside muy semejante al principal de la iglesia de San Millán. Tenía una gran portada principal y al lado derecho del templo estaba la torre y un atrio porticado. La capilla mayor era del patronato de los marqueses de Villafañe, que en ella tenían su enterramiento. El retablo mayor era de estilo renacimiento, obra de Diego Laínez, y contenía las imágenes titulares esculpidas en 1690».

Según relata San Cristóbal, la parroquia estuvo dotada con 19 capellanías, de la que se han conservado piezas, como una custodia de plata sobredorada existente en la iglesia de San Martín, en cuyo pie se lee: «Dieron esta custodia a la iglesia de San Facundo de Segovia don Esteban Bonifaz, conde de Santibáñez, y doña Manuela, su muger, año de 1740». Pero el edificio fue perdiendo esplendor. Mariano Sáez y Romero recoge en su ejemplar de 1918, titulado Las calles de Segovia, que «habiendo acusado ruina, hubo de ser demolida en los primeros meses de 1895 y poco antes trasladados a otro local los objetos artísticos y arqueológicos que allí se conservaban».

De hecho, la última etapa de este templo no fue precisamente para el culto, sino para albergar el denominado Museo Provincial de Arte, donde se colocaron «los mejores cuadros de los conventos suprimidos, que habían sido almacenados en la iglesia de San Juan de los Caballeros».

Otro de los encantos de esta plaza es que aún conserva el palacio de los Villafañe, cuya fachada es prácticamente entera de granito. Según el libro De Segovia y provincia, «presenta una portada guarnecida por sendas columnas del mismo material con candelabros, ménsulas de roleos y cornisa moldurada sobre la que se levantan dos pequeños pináculos que flanquean una ancha faja en bajorrelieve decorada con tallos enroscados en torno de un escudo laureado con las armas de doña Ana de Miramontes y Zuazola, mujer de Jerónimo de Villafañe».

El interior aún conserva el zaguán y el patio porticado en sus cuatro costados mediante «columnas de capitel dórico (las centrales), y tambor cilíndrico estriado (en los ángulos). En 1956 se descubrieron seis murales en grisalla de indudable interés, representando al fresco escenas mitológicas y también de inspiración flamenca».

El edificio fue el primer inmueble del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Segovia desde que comenzara a operar el 25 de julio de 1877, según recuerda Juan Antonio Folgado en el libro Las calles y plazas de Segovia y sus barrios incorporados. «La finca fue adquirida por escritura pública, de fecha 10 de enero de 1880, otorgada por don Juan Oller y Sánchez, como apoderado de doña Ana Martínez Canteli y de su marido don Laureano Cifuentes de Cabo, a favor del Monte, ante el notario don Antonio Leonor Menéndez, por el precio de 12.500 pesetas». Después sirvió durante años como oficina bancaria, hasta que fue cerrada en noviembre del 2015.

Otro edificio que destaca es el del hotel de cuatro estrellas San Facundo, ubicado en una casa-palacio del siglo XVI, construida por Francisco Arias y su mujer, recayendo «en 1721, en el marquesado de Paredes a la muerte de su último poseedor, don Juan Bravo de Mendoza. En la actualidad pertenece al ducado de Almenara», según recoge en el libro Casas blasonadas Juan de Vera. En su interior, se conservan numerosos arcos y un patio porticado con columnas de granito.

Busto

En esta plaza también se encuentra un busto de Lope de la Calle Martín (1850-1917), obra del escultor Emiliano Barral. La escultura recuerda a quien fuera periodista, abogado y director del Instituto General, así como secretario del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Segovia. De la Calle Martín también fue presidente de la Diputación Provincial, al menos en junio del año 1916. En esa época firmó la obra Estudio sobre las Escuelas Normales de maestros y de maestras de Segovia, en el que, como escribía en su prólogo, consignaba «datos y consideraciones referentes al difícil y complicado problema del sostenimiento de las Escuelas Normalessin desatender la situación económica y la potencia contributiva de los obligados a levantar las cargas de la provincia para la realización de los fines especiales, que la Constitución y las leyes encomiendan a las Diputaciones provinciales». En el escrito explica que los profesores de religión de las escuelas elementales cobraban 750 pesetas anuales y una portera, 250.

Incluso mandaron una circular «con lo que estaban dispuestos a subvenir anualmente para las instalación y sostenimiento de las indicadas escuelas». Contestaron en 1916, 58 municipios. Por ejemplo, el de Riaza ofrecía «cien pesetas anuales, los de El Espinar y Segovia ofrecían 250 y 5.000 pesetas y los de Turégano y Villacastín, 100 y 50 pesetas, respectivamente».

La plaza de San Facundo también es conocida porque en ella se encuentra parte del edificio de Correos de Segovia, y por ella tienen entrada y salida los camiones y motos de reparto. Esta circunstancia hace que en la otra esquina se encuentre desde hace años un establecimiento conocido como Bar Correos, que «procede de un establecimiento fundado a finales del siglo XIX por los antecesores de Sixto Tabanera, hasta que en 1955, Finito y Victoriano lo adquirieron para crear el mencionado Bar Correos», apunta Folgado.

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