Secciones
Servicios
Destacamos
César Blanco Elipe
Domingo, 13 de marzo 2016, 23:32
La exministra socialista, Carmen Alborch, ha arriado el telón, este domingo por la tarde, del ciclo de conversaciones del sexto Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo en un animado diálogo con la jefa de Culturas de El Norte de Castilla. La periodista y escritora, Angélica Tanarro, evocó la entrada de la valenciana en la vida política, «dueña de una melena pelirroja, con sus vestidos de colores llamativos y su sonrisa permanente dibujada por el maquillaje». La recordó como un símbolo de alegría y feminidad en un mundo, el parlamentario, a mitad de camino cromático entre el azul y el gris dominado por los hombres.
Esa imagen de Alborch era como un «manifiesto de que las mujeres hemos llegado para quedarnos, pero no nos vamos a disfrazar de hombres para estar en la vida pública», añadió Tanarro en su presentación de la última invitada al «pequeño parlamento de las mujeres en el mundo»
Desde aquella irrupción han pasado más de veinte años, y la conclusión de ambas es que aún queda mucho camino para alcanzar la meta de la igualdad de sexos. No solo en la política, sino en la educación, en la universidad (ámbito en que trabaja ahora Alborch), en las empresas o en las artes. Tanarro reveló que el «exiguo» 13% de los creadores que exponen en las colecciones públicas de arte contemporáneo en España son mujeres. De nuevo, el techo de cristal, al que Carmen Alborch añadió el «suelo pegajoso, que es lo que nos atrapa en la vida cotidiana».
Responsabilidad compartida
Mismos puestos que los hombres y sueldos más bajos. Comisiones Obreras calcula que una mujer ha de 'fichar' 57 días más al año para equiparar su nómina a la de un trabajador. Asimismo, la que fuera ministra de Cultura en el último gobierno de Felipe González llamó la atención sobre el sacrificado papel que juegan las mujeres en el cuidado del entorno familiar, una tarea que «debería estar en el centro de la economía y de la política». «Es como si la mujer no pudiera tener más ambiciones», lamentó la también escritora.
El escenario hacia la que hay que encaminar los pasos es el de la «corresponsabilidad, compartir esfuerzos, tareas y placeres». La profesora universitaria animó a presumir de feminismo; conminó a abandonar la invisibilidad y a rebelarse contra el ostracismo al que muchas veces se ven sometidos los logros de las mujeres, fundamentalmente por culpa de un sistema que persiste anclado en el patriarcado.
Reivindicó sacar «orgullo», incluso cuando el DNI coloca otro palo en la rueda por la igualdad. «Es muy importante no negar la edad, yo tengo 68 años», confesó la invitada arrancando la ovación cómplice de un auditorio eminentemente femenino. Y sentenció que «si las abuelas de este país hicieran huelga, la sociedad se paralizaría». Para Carmen Alborch, «el feminismo debería de ser patrimonio democrático de la Humanidad» y matizó que «no se trata de una lucha contra los hombres, sino contra un sistema que oprime a todos, aunque más a las mujeres». La exministra de Cultura admitió que «hay dificultades añadidas, que es la apariencia de libertad».
Tanto Angélica Tanarro como Carmen Alborch mostraron su preocupación por «la mala prensa del feminismo». La invitada argumentó que existe la «tendencia a culpalibizarnos» y se rebeló contra esos ejercicios de autocrítica mal entendidos, ya que de los que se trata es de «romper estereotipos y roles», y por el contrario el sufrimiento femenino se ve aumentado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.