

Secciones
Servicios
Destacamos
César Blanco Elipe
Viernes, 12 de febrero 2016, 11:46
Si teclean en su GPS la plaza Francisco Franco de Cantalejo, el aparato les conducirá por las angostas rúas hasta una pequeña elipse de perímetro irregular. En una esquina está el antiguo edificio de lo que fue la Agencia de Extensión Agraria. Todavía cuelga el cartel. En una de las fachadas sobresalen de los desconchones los maderos envejecidos y cerrados a cal y canto de la ferretería de Baudilio, antaño «una verbena de la que entraba y salía gente todo el rato y donde vendían clavos al peso», recuerda la concejala de Nuevas Tecnologías y Relaciones Institucionales, Inmaculada Gómez. En otro vértice, sí que está abierta la droguería Zamarro. Pese a las pistas, cuando lleguen al destino al que les ha dirigido el GPS comprobarán que no es la plaza con el nombre del caudillo. En su lugar verán plaza de Los Briqueros.
¿Se habrá equivocado el aparatito? ¿Se habrán extraviado? Pues no. Lo que ocurre es que desde ayer la nomenclatura física del callejero de Cantalejo ha cambiado. Al igual que con la plaza Francisco Franco, otros seis puntos urbanos más han sido rebautizados con sus correspondientes placas, que también presentan un diseño diferente.
Su GPS ya no les conducirá ni a Queipo de Llano, José Antonio Primo de Rivera, General Mola, Falange Española, Dieciocho de Julio ni al Diecisiete de Julio; sino que el navegador les encaminará a las calles Empedrada, Villa de Cuéllar, Aranda de Duero, Novillos, la plaza del Viento y Siertería ( suerte en el dialecto autóctono). El gobierno municipal del socialista Máximo San Macario ha dado un paso más en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Ayer, los operarios retiraron las viejas placas y colocaron las nuevas.
«Plan de briquerización»
El primer trámite fue la aprobación en el pleno del Ayuntamiento de la supresión de la nomenclatura y vestigios heredados de la dictadura y la Guerra Civil. Tras el visto bueno político, «se seleccionaron las calles más urgentes», explica el regidor. Las de los nombres más reconocibles, dicho de otro modo. El equipo elaboró un pormenorizado estudio, se remontó a denominaciones pasadas, propuso las nuevas y, no sin debate, se escogieron los nombres que a partir de ayer lucen las placas.
La concejala concreta que esta modificación del callejero solo es el principio de un ambicioso plan para recuperar y ensalzar los valores propios de la ciudad y la comarca. Gómez señala que aún quedan otras vías con reminiscencias del franquismo; pero es que además el equipo que accedió al gobierno municipal el pasado mes de junio se ha propuesto acometer un «plan de briquerización». Este proyecto implica que «se cambiarán otra vez todas las placas para unificar su diseño». En ellas figurará el escudo de Cantalejo y toma protagonismo la gacería, variedad dialéctica y patrimonio oral de los briqueros. Por eso, junto a calle, las señalizaciones incluyen su equivalente, polvorosa.
En breve, el barrio de Aldeonsancho también renombrará la calle del Generalísimo, pero ayer no tocaba porque todavía no había placa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.