El Ejército perfecciona el tiro

El Centro de Adiestramiento y Simulación (CAS) es el cofre en el que se encuentran las joyas de la corona de la Academia de Artillería: los simuladores de tiro. Organizado en el año 2001 con la misión de apoyar la formación de los alumnos de la Academia y el adiestramiento de las unidades artilleras, el CAS agrupa los distintos simuladores que el centro ha ido incorporando a lo largo de los últimos años: el Simulador de Artillería de Campaña (Simaca), los tres simuladores de misil antiaéreo Mistral (el último llegó hace escasos días y empezará a funcionar esta misma semana) y el simulador de cañón antiaéreo 35/90. Por las instalaciones del CAS, donde la actividad bulle a diario, pasan las unidades artilleras de toda España, además de los propios alumnos del centro militar de estudios.

Pero el CAS está en continuo proceso de modernización; es normal, por otra parte, teniendo en cuenta el peso que la tecnología de última hora tiene en su funcionamiento. El tercer simulador de misil Mistral supone un paso adelante muy considerable, pues permitirá la realización de ejercicios a nivel pelotón, y, con la plena interconexión de estos simuladores con su elemento de mando y control, posibilitará adiestrar no solo a los tiradores, sino a todos los elementos clave de las baterías Mistral. Pero lo mejor está por venir. La consolidación de la fase de modernización del Simulador de Artillería de Campaña (Simaca) es el gran objetivo para el año que acaba de arrancar. El avance estriba en la incorporación de un sistema con tecnologías de última generación capaces de practicar la producción de apoyos de fuego y su integración en la maniobra terrestre. «También tenemos previsto comenzar el desarrollo de una segunda fase de modernización que incluirá nuevas capacidades, como la observación de fuegos aéreos, la adquisición de objetivos aéreos mediante vehículos pilotados por control remoto y no tripulados, la conexión del sistema con otros simuladores, como el del helicóptero Tigre, o la integración automática del simulador con el sistema de mando y control de artillería de campaña Talos», asegura el teniente coronel Miguel Ángel Cervera Martín, jefe del Centro de Adiestramiento y Simulación de la Academia de Artillería. Todo este proceso correspondiente a la segunda fase puede llevar un periodo de tres años, pero lo importante es que, una vez culminado, el centro dispondrá de un simulador de fuegos conjuntos «muy completo» que pueda obtener, allá por el año 2019, el certificado OTAN como Simulador de Adiestramiento de Observador de Fuegos Conjunto.

El teniente coronel Cervera nos acompaña en una visita por las distintas salas del Centro de Adiestramiento y Simulación, donde integrantes de una unidad artillera realizan los ejercicios del día que les han preparado los instructores. Varios trabajan en el simulador de cañón antiaéreo 35/90, que permite simular el trabajo del apuntador. «En la realidad, esta labor requiere un sistema de puntería con láser, y el láser puede dañar la vista de los pilotos; por tanto, es básico emplear el simulador, pues no se hace instrucción en la realidad», explica Cervera. Este simulador posee asimismo un calculador y un ordenador que transforma la puntería del apuntador en datos de tiro, además de un visor donde se representa, de manera virtual, el mundo que es preciso recrear, con las distintas rutas que el instructor haya determinado previamente, graduadas en función de la dificultad necesaria.

Uno de los lanzadores del misil antiaéreo de corto alcance, el llamado Mistral, es otra de las paradas obligadas del recorrido. Con el último en incorporarse ya son tres los simuladores de este tipo que posee el centro. «Con estos tres simuladores tenemos un espectro más amplio de posibilidades de ejercicio; por un lado, hay varios puestos de tiro en el campo, y hemos de conseguir que no se le dispare más de un misil al mismo avión, por lo que se trata de distribuir los fuegos entre distintos aviones, cuando confluyen varias amenazas. Por otro lado, hemos añadido un sistema de visión técnica, copiando el sistema real, en el que se representa en el visor la imagen correspondiente al sistema de cámara térmica existente en las unidades reales. Otra posibilidad que vamos a tener, y que estamos ultimando, es la de conectar estos puestos Mistral con su sistema de mando y control», explica el responsable del Centro de Adiestramiento y Simulación.

Otros puntos importantes del CAS son los puestos del observador avanzado, preparados con modernos equipos. En el transcurso del último año se han instalado nuevas pantallas panorámicas que ofrecen una detallada imagen virtual del terreno sobre el que deben desarrollarse las operaciones. «El puesto tiene todos los aparatos que el observador necesita: los binoculares, dotados con tecnología láser para el cálculo de distancia al objetivo; una brújula digital interna que le permite saber hacia dónde se está apuntando; un goniómetro, que posibilita una precisión mucho mayor que la de la brújula o el binocular, y un GPS». La pantalla panorámica ofrece una visión sumamente realista. «Estábamos deseando tener pantallas así, pues las anteriores se habían visto superadas por los videojuegos modernos. Ante pantallas como estas, el observador tiene verdaderos problemas y dificultades a la hora de encontrar los objetivos. Y es de lo que se trata: tener ante sí una situación lo más real posible».

También cuenta el centro con varios cañones reales, piezas que en su momento fueron utilizadas sobre el terreno pero que han sido adaptadas y conectadas al simulador. En ellas se trabaja de manera muy real, con la ventaja de que el simulador recoge los datos del tiro y los transforma en la trayectoria de un proyectil que impacta sobre el objetivo. Estas piezas están reservadas a los alumnos de la Academia.

En el corazón del simulador están los setenta ordenadores que permiten su funcionamiento. Ingenieros de la empresa Tecnobit vigilan el proceso y aseguran el mantenimiento diario. Esta empresa es la que está acometiendo la puesta al día de los simuladores, enmarcada en el proyecto de I+D que sufraga la Dirección General de Armamento y Material y la Dirección de Sistemas de Armas del Mando de Apoyo Logístico del Ejército, ambas dependientes del Ministerio de Defensa.